Análisis
Experiencias sin aprendizajes

La repetición de dinámicas políticas en el abordaje de crisis sociales genera frustración y pone en riesgo principios republicanos como la alternancia en el poder, mientras maniobras dirigenciales priorizan intereses personales o sectoriales sobre necesidades de impostergable solución.
Por Fernando Quaglia | LVSJ
Se asemeja a una partitura ensayada. El Congreso volvió a debatir proyectos que abordan temas sensibles para la sociedad. Se renovó la discusión sobre mejoras de las jubilaciones y la extensión de la moratoria previsional, así como la declaración de una emergencia para el sistema de atención a las personas discapacitadas.
No es llamativo que se ingrese en la misma espiral del año anterior. Pasan los meses y la situación de los jubilados no ha mejorado. Transcurren las semanas y las respuestas en torno a los lógicos reclamos de las familias de las personas discapacitadas tampoco obtienen resultados satisfactorios. Pero en lugar de encontrar ámbitos de diálogo, oficialismo y oposición refrendan el ritual de aprobar lo que luego será vetado.
En efecto, la política, azuzada por la cercanía de las elecciones legislativas, reincide en una dinámica estéril que terminará provocando nuevas frustraciones. Ahora el Senado deberá analizar los proyectos aprobados en Diputados. Lo tendrá que hacer bajo el escrutinio cuestionador surgido a raíz de que sus miembros decidieron incrementar significativamente sus dietas. Desajuste notorio entre sensibilidad social y prioridades sectoriales.
Cristina candidata
El escenario bonaerense, por su parte, condensa los ajustes previos a la contienda electoral. Cristina Fernández de Kirchner anunció su candidatura a un cargo provincial, lo que constituye una maniobra orientada, con claridad, a obtener fueros que la mantengan al resguardo de una eventual condena firme.
La Corte Suprema de Justicia acaba de rechazar la recusación contra el juez Ricardo Lorenzetti, y todo indica que el fallo en la causa Vialidad podría conocerse antes del 19 de julio, cuando vence el plazo para la presentación de listas. Si la Corte decide antes de esa fecha, la narrativa está cantada: se reinstalará la idea de la proscripción. Por cierto, suceda lo que suceda, la magnitud del revuelo tendrá lógica correlación con el hecho de que la figura de la expresidenta continúa siendo determinante, aunque el kirchnerismo esté transitando un repliegue que podría convertirlo en una fuerza regional, con eje en el conurbano bonaerense.
También en Buenos Aires se impulsa un proyecto que habilitaría la reelección indefinida de intendentes y otros funcionarios. La justificación oficial apela también a la noción de “proscripción”. Sin embargo, lo que está en juego no es un derecho vulnerado, sino un principio republicano fundamental: la alternancia en el poder. Al respecto, el dramaturgo angloirlandés George Bernard Shaw, Premio Nobel de Literatura en 1925, advirtió hace mucho que “los políticos son como los pañales, deben ser cambiados con frecuencia y por la misma razón”. La ironía aplica a este caso.
Otras crisis
Grave es la situación que se vive en el ámbito de la salud, donde las protestas de profesionales en hospitales de referencia reflejan un malestar profundo. En ese contexto, declaraciones como las de la inefable diputada Lilia Lemoine -quien sugirió a los médicos residentes que “hubieran estudiado otra cosa” si no están conformes con sus ingresos- rayan con el ridículo. Otra vez George Bernard Shaw brinda una definición ajustada. Cuando se refirió a un personaje fatuo y presumido, dijo: “No sabe nada y cree saberlo todo, eso claramente apunta a una carrera en política”.
La emergencia educativa, finalmente, plantea un desafío de similar gravedad. Los últimos resultados de las pruebas Aprender indican que apenas el 14,2% de los estudiantes secundarios alcanza un nivel satisfactorio en Matemáticas. Este dato, que debería conmover a todo el arco político, apenas encuentra lugar en la agenda pública.
La política de hoy gira sobre un desgastado eje: aprueba proyectos en temas sensibles que serán vetados, no abre canales de diálogo para resolver la dramática situación de las jubilaciones y la discapacidad, así como exhibe conductas que apuntan a candidaturas- sea para eludir a la Justicia o para mantener prerrogativas-. Mientras, la salud y la educación desbarrancan.
Habrá que darle la razón a George Bernard Shaw: “Lo único que se aprende de la experiencia es que no se aprende nada de la experiencia”.