“Estoy que no me lo creo”: las sensaciones de Mili y cómo sigue el tratamiento que empezó en China
La joven sanfrancisqueña viene experimentando cambios increíbles en su visión y está muy enfocada en su rehabilitación para alcanzar su sueño de ver por primera vez.
Milagros Boscacci regresó de China, donde inició su tratamiento para lograr ver por primea vez en su vida y, ya en su casa de San Francisco, sigue teniendo avances increíbles.
Desde hace una semana, la joven está experimentando nuevas sensaciones en su entorno hogareño y familiar. La felicidad y la emoción de percibir de otra manera a seres queridos contagian a su mamá, que la acompaña en este progresivo tratamiento de implantación de células madre.
"Estoy cada día notando mejores resultados", le manifestó la joven no vidente a LA VOZ DE SAN JUSTO. De hecho, desde el día uno de su tratamiento en el centro Wu Medical Center de Beijing ya pudo empezar a distinguir luces fuertes.
Ahora, con su gente y en la comodidad de su hogar, la joven de San Francisco continúa trabajando en su proceso con un trabajo integral de rehabilitación coordinado entre los médicos que la atendieron en China y profesionales locales.
Durante seis meses, Mili atravesará un proceso constante de estimulación para recuperar de manera paulatina su visión. Con un cronograma bien detallado que se trajo del país asiático, comenzó a hacer trabajos de rehabilitación visual y sesiones de kinesiología que consisten en masajes de cara, cabeza y cuello, para mejorar la irrigación sanguínea, permitiendo así que las células implantadas lleguen más rápido y más fácil a la retina.
Rodeada del amor y
l contención de su familia, Mili está más esperanzada que nunca.
La esperanza aumenta
La madre de Mili, Argentina Boscacci, le comentó a este medio que el haber encontrado este tratamiento hace que la esperanza de que su hija logre ver no tiene techo. Cabe recordar que desde hace 15 años se viene experimentando con la implantación células madre para distintas patologías, esto hace que las metodologías se vayan perfeccionando y, con ellas, los resultados.
Solamente con la medicación, la joven sanfrancisqueña ya comenzó a distinguir luces y bultos a corta distancia. "Lo de Mili fue realmente inmediato", destacó su mamá.
No solo sus familiares están sorprendidos, sino también los profesionales orientales que siguieron este proceso. Entrando en detalles, hay una serie de factores que jugaron a favor, como el hecho de que Mili solamente tenga retinopatía y que tuviera sus ojitos sanos.
Una Mili alegre e
iluminada recibió a LVSJ en su casa.
Los avances desde casa
A pocos días de regresar a San Francisco, Milagros no pudo contener el llanto y la emoción al poder distinguir a sus mascotas. "Estoy que no me lo creo. No sé cómo explicar la sensación que siento. Nos emocionamos todos, estábamos con mi hermano acá en el sillón y el perro estaba ahí y le dije 'mirá, lo vi al Batman'. Nos pusimos a llorar", le compartió a este medio.
"Estoy que no me lo creo, no sé cómo explicar la sensación que siento", agregó. Es lógico que no encuentre las palabras para describir lo que está viviendo, porque lo está sintiendo.
Su madre, con las emociones a flor de piel, relató que día a día va experimentando nuevas sensaciones. Lo más esperanzador en todo esto es que, más allá de lo conseguido hasta ahora, los especialistas esperan que Mili, después de los segundos implantes, que se colocará dentro de un año, pueda lograr una visión que le permita vivir con mucha más autonomía.
Durante estos primeros días en casa, Argentina observó que, sumado a la alegría y la positividad que irradia Mili, su actitud frente a su entorno cambió. "Se levanta constantemente buscando. Es un mundo nuevo para ella y para nosotros. Es un nuevo comienzo", indicó.
Cómo sigue el tratamiento
Se espera que durante los próximos seis meses, con el cuidado intensivo y los trabajos de rehabilitación, la joven sanfrancisqueña, progresivamente, pueda seguir recuperando su campo visual, siempre bajo la supervisión de profesionales.
Mili se vino de China con una valija llena de medicación para este período. Debe cuidarse mucho porque de enfermarse o tener fiebre, las células madre que le fueron implantadas pueden morir.
Dentro de un año, va a tener que volver al país asiático para realizar una segunda implantación y así completar el tratamiento. En esa oportunidad, el tiempo es crucial. Ahora sí hay una fecha límite. Antes podía haber retrasos, porque recién iniciaba este proceso, pero ahora es necesario que Mili esté allá en el plazo establecido por los especialistas.
Ante esta nueva cuenta regresiva, en pocos meses se reiniciará la campaña "Una luz Para Mili, no solo porque falta relativamente poco para regresar a China, sino también porque el tratamiento aumentó. "Ni vendiendo el auto y la casa tenemos acceso a pagarlo. Queremos ir por ese poquito más que es posible", admitió la madre. Para finalizar, tanto Mili como su madre les agradecieron a todas las personas que colaboraron en la causa. Al mismo tiempo, Argentina Boscacci renovó el pedido de ayuda para que su hija pueda culminar este largo proceso de una vez por toda y para que ella, como mamá, pueda decir: "Hice todo lo que estaba a mi alcance y me siento en paz".