Esther de Bailetti, “la reina del microondas”, que enseñó cocinar a varias generaciones

Esther Rita de Bailetti fue la encargada de enseñar a cientos de mujeres de la ciudad y la región a cocinar con un horno microondas. Siendo la primera instructora en el país, para ella el artefacto es su forma de cocción desde hace 30 años y en su casa no existe la cocina convencional.
Por Stefanía Musso | LVSJ
¿Existe la posibilidad que una persona construya su casa sin una cocina convencional?
"Sí, por supuesto. Tengo la llave de gas por la habilitación de la obra de mi casa y una cocina eléctrica porque me obligó el arquitecto pero todo lo hago en el microondas. Es una cocina barata, sana, limpia y rápida. Todo se puede hacer en un microondas".
Esas son las palabras de Esther Rita Battistino de Bailetti, la mujer que revolucionó la cocina convencional convirtiéndose en la primera instructora de manejo de microondas del país formada por una empresa internacional.
"Sigo cocinando para mi familia enorme, pero como profesión tuve que dejar de manera involuntaria porque a los 50 años tuvo una operación muy importante en su columna debido al trabajo que tuvo durante 31 años: el de cocinera. Fueron muchos años de cocinar, de batir, de trasladar, bajar y subir microondas. Con el paso del tiempo tuve que operarme".
Lo más curioso de "la reina del microondas", como la conocían las alumnas sus alumnas de los talleres es que ahora no tenga un teléfono celular
A sus 60 años, prefiere comunicarse solo a través de WhatsApp que instaló en una Tablet y pocos tienen el número. "Cuando las mujeres hacían los cursos conmigo, yo les decía. Cuando hagan el almuerzo y la cena y se les quemen los papeles me llaman, porque es preferible que lo solucionemos en un minuto a que tiren la comida´. Viví con el teléfono inalámbrico a mi lado durante 30 años, fue mi herramienta de trabajo y sonó siempre a la hora de la comida. Cuando todo terminó dije, quiero privacidad y disfrutar de mi familia". Y así es su vida. "Disfruté muchísimo de mi trabajo. Debo ser de las pocas personas que hizo de su hobby, su modo de vida".
De cocinar con la abuela al microondas
Esther comenzó a cocinar con su abuela como muchas niñas. "Andaba por todos lados con el delantal de ella. Después, empecé a cocinar con mi mamá hasta que fui a estudiar en el secundario con la señora Mirta Marozzi, que enseñaba a hacerlo de manera tradicional".
"Mientras mis amigas estudiaban ingeniería, yo empecé a trabajar en el área administrativa de Aerolíneas Argentinas pero seguía estudiando cocina. Hice cursos de decoración de tortas, Método Wilton en Buenos Aires y elaboraba tortas, pastas caseras y bocaditos para vender".
"Por aquellos tiempos, todavía no existían los hornos microondas y si había alguno, era solo para calentar", contó la entrevistada.
Esther recorrió el país con su enseñanza en el uso del microondas.
La primera y más joven
Con experiencia en la cocina, un día recibió un llamado de una casa de electrodomésticos de la ciudad y le cambio su historia al lado de las hornallas. "Me comentaron que la firma BGH estaba buscando mujeres que estén relacionadas con la cocina para que capacitaran a otras en el uso de microondas, es decir, dar cursos gratuitos a todas aquellas clientas que compraran uno de sus aparatos"
Con su hija María Julia muy pequeña, empezó a viajar a Buenos Aires embarazada de cinco meses de Bruno acompañada por su mamá para formarse en el uso de microondas. "La primera vez que vi el microondas quedé fascinada, me enamoró porque hay mucha gente que causa daño a la salud y no es así", comentó.
"El aprendizaje me fascinaba. Me había traído un microondas de Buenos Aires y me dedicaba a practicar no solo a cocinar sino a presentarme, porque tenía que formar a futuras cocineras de microondas y en un encuentro podía haber hasta 200 mujeres".
Por la situación de Esther, con un embarazo avanzado y la premura de comenzar cuanto antes a enseñar a las clientas, la reconocida marca aceleró los tiempos de formación y ella se convirtió en la primera instructora mujer del país recibida. "Ellos consideraban que San Francisco tenía un amplio alcance al público y yo estaba esperando a Bruno. Por eso, me formaron más rápido que al resto de la mano de Manuel Aladro (el reconocido chef de Utilísima que cocinó a la par de grandes como Choly Berreteaga)".
Romper el molde
No solo fue la primera, sino que ella rompió con todos los moldes de la época. "El prototipo de mujer que cocinaba en aquellos tiempos era la de una dama madura y con cuerpo real. Yo tenía 26 años y era súper flaquita. Cuando rendí, muchos del jurado no me querían aprobar pero uno de ellos dijo: ´Ella va a ser nuestra instructora porque si estamos hablando de cocina moderna tenemos que tener una cocinera joven´", recordó.
"El aprendizaje me fascinaba. Me había traído un microondas de Buenos Aires y me dedicaba a practicar no solo a cocinar sino a presentarme, porque tenía que formar a futuras cocineras de microondas y en un encuentro podía haber hasta 200 mujeres", expresó la mujer más moderna de los ochenta. (Fotos: Manuel Ruiz)
La revolución
Como ocurre con todo nuevo artefacto tecnológico, el microondas causó una verdadera revolución en la vida doméstica de las personas. "Era tal el furor que viajaba por toda la provincia de Córdoba hasta Río Cuarto y toda nuestra zona. También, recorrimos Santa Fe, Sastre, San Jorge, Rafaela y San Guillermo. Como mi esposo haciendo carrera bancaria, nos mudábamos mucho y eso era el combo perfecto para la empresa para cual trabajaba", apuntó Esther.
"El trabajo a distancia, que ahora está tan impuesto por la pandemia en aquel momento era impensado. Yo trabajaba sola pero luego me enteré que algunas mujeres que participaba de mis presentaciones, era de la empresa, pero ellas no se identificaban ante el público".
La labor de Esther no era poca cosa. Tenía en sus manos la responsabilidad no solo de mostrar, sino de enamorar a una generación de mujeres con este nuevo producto. "Mucha gente tenía desconfianza en estos productos y eran caros y considerados de lujo. Los negocios organizaban verdaderos shows donde yo cocinaba en vivo. Ahí se mostraba lo que era el microondas y todos sus beneficios".
Para fortalecer su discurso antes el exigente público, la empresa capacitó a sus instructoras en Estados Unidos. "Ellos necesitaban que las instructoras muestren seguridad y tengan certezas al responder el bombardeo de preguntas que hiciera la gente", indicó.
La cocinera recorrió con su auto y sus microondas ciudad, pueblos, hoteles, salones y negocios. "Hacia budines, tortas, pollo al spiedo. También hacíamos sorteos de vajilla y de todo tipo pero los meses de enero y febrero mi familia eran mis conejitos de india que probaban platos nuevos".
Con su experiencia, también dio clases de manera particular. Llegó a tener dos espacios dedicados a la tarea y 8 microondas en funcionamiento. "Armaba a grupos por modelos de BGH y las que tenían otra marca, venían en otros momentos".
Ante los avances de los modelos de microondas, Esther nunca dejó de estudiar ya que por sus manos llegaron a pasar 50 tipos diferentes. "Los microondas dejaron de ser para calentar a convertirse en verdaderas cocinas. Un horno sirve para calentar algo, pero con estos modernos aparatos podías cocinar pastas, verduras, todo lo que se me ocurra. En los últimos años, los modelos sancook permitían hacer frituras sin necesidad de mucho aceite y solo en minutos".
"El microondas es el mejor invento. Cuando lo conocí sabía que esto era el futuro y tenía que compartirlo con la gente. Tengo los mejores recuerdos de mi vida con mi trabajo y el microondas es mi alma gemela", concluyó.