“Estamos muy desprotegidos”, dijo el remisero al que le partieron la cabeza con una botella para robarle
Entre la necesidad de trabajar y el miedo a la inseguridad por las noches. “Nadie hace nada por nosotros”, dijo Víctor Córdoba y pidió más protección en el turno nocturno.
Con más de 20 años de experiencia como remisero, Víctor Córdoba no olvidará nunca más el triste episodio de inseguridad por el que tuvo que atravesar el pasado martes por la noche en un intento de asalto ocurrido en la vecina ciudad de Frontera.
Hay "mucha inseguridad" en su trabajo, afirmó y reconoció que "los remiseros en la noche estamos muy desprotegidos".
Según denunció Córdoba, ese día tomó un pasajero en San Francisco cerca de las 21 quien le solicitó que lo traslade hasta una dirección en Frontera, pero cuando llegó a destino en la intersección de las calles 17 y 100 de Frontera, el pasajero lo agredió golpeándolo con una botella en la cabeza, provocándole una herida de la cual se está reponiendo en su domicilio.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, Víctor explicó que "esta es la primera vez que me pasó algo así en más de 20 años como remisero" y recordó que "me avisan de la central que tenía que recoger un pasaje cerca del Bar Mis Amigos y me habían dicho que se trataba de un hombre y una mujer. Cuando llego al lugar observo que se trataba de una sola persona, un joven que me pidió que lo lleve por la calle 98 en Frontera".
Apenas se subió al móvil, el remisero advirtió que el pasajero llevaba una bolsa que contenía una botella. "Yo pensé que iba a comer un asado. En un momento que íbamos conversando llegamos a la esquina de las calles 17 y 100 y me preguntó cuánto era el viaje. Al prender la luz del interior del vehículo y me doy vuelta para decirle la tarifa sentí un fuerte golpe en la cabeza".
De inmediato, Córdoba intentó escabullirse, aunque sin éxito al tiempo que trataba de detener a su agresor. "Yo quería manotearle la botella para que me dejara de pegar y en un momento pasé la mano sobre él mientras me seguía pegando hasta que no vi nada más porque me había entrado sangre de la herida en los ojos".
En medio del forcejeo, la víctima pudo despejar la sangre de sus ojos y recuperó, al menos parcialmente, la posibilidad de observar qué estaba ocurriendo. "En ese momento me tiro hacia el costado del vehículo para ubicarme en el asiento del acompañante y ahí veo que el tipo de baja del coche e intenta agarrarme desde la ventanilla mientras me decía 'dame la plata', 'dame la plata' y en un momento logró agarrar el celular que uso para trabajar y toqué la bocina sin querer. Ahí reaccioné y me prendí a la bocina y de inmediato comenzaron a sentirse los gritos de la gente y el tipo se escapó y no lo volví a ver".
Un poco más calmado y con el apoyo de los vecinos que llegaron rápido al lugar dijo que "alcancé a bajarme del auto, pero no veía nada porque nuevamente tenía la cara cubierta de sangre. Alguien me alcanzó un trapo con agua para poder limpiarme. La gente no quería que me baje del vehículo y me pedían que permanezca sentado porque no sabían qué daños podía tener por el ataque".
"Los remiseros en la noche estamos muy desprotegidos".
Tras dar aviso a la fuerza policial y al dueño del vehículo que conduce, Córdoba dijo que "la policía me pedía que deje el auto en la subcomisaría y luego llevarme al Hospital para ser atendido y yo no quise hacerlo. Yo firmé un consentimiento en el cual no quise irme en la ambulancia y me trasladé hasta la Clínica Regional del Este donde fui atendido muy bien por una médica de guardia".
Al hacer referencia a las características de su agresor, dijo que "era un joven que difícilmente llegue a tener 30 años, delgado y no muy alto. En ese momento usaba una gorra".
Luego Víctor recordó que el ladrón "quería el dinero de la recaudación, pero no le entregué nada" ya que como consecuencia de este episodio "solo logró llevarse el celular que uso para trabajar que no le va a servir de nada".
Como ocurre con todos los remiseros que realizan su tarea en horario nocturno Córdoba dijo sentir "mucha inseguridad" en su trabajo.
"Los remiseros en la noche estamos muy desprotegidos. Nadie hace nada por nosotros", concluyó.