Estación de carga para autos eléctricos
La UTN de nuestra ciudad se convertirá en pionera en la fabricación de este tipo de surtidores.
La Facultad Regional San Francisco de la UTN firmó recientemente con una empresa local un convenio para la elaboración de un prototipo de surtidor de carga para vehículos eléctricos. De acuerdo al protocolo suscripto, la casa de altos estudios de nuestra ciudad, a través del Laboratorio de Servicios del Departamento de Ingeniería Electrónica, proyectará y construirá el surtidor para la empresa. En ese contexto, ambas partes se comprometen a llevar adelante actividades conjuntas e interdisciplinarias en el área electrónica con el objetivo de diseñar e implementar el prototipo.
Se indicó que la finalidad de esta iniciativa es desarrollar en forma completa una estación de carga para vehículos eléctricos, que debe cumplir con todos los requisitos que se deben poseer para que pueda funcionar de acuerdo a las previsiones técnicas. Todo está dado para que esto se transforme en un hecho pionero en la ciudad y ponga la primera marcha hacia un destino en el que los automóviles eléctricos serán moneda corriente en las calles.
Este acuerdo entre la universidad y el sector privado permitirá potenciar los estudios de ingeniería necesarios para abrir una etapa novedosa y anticiparse a todos los cambios que se avizoran en la industria automotriz. En ellos, la electricidad asoma como el "combustible" futuro ante la fuerte corriente que reclama la eliminación de la contaminación y la emisión de gases que origina el cambio climático.
Las estadísticas mundiales señalan que existen aproximadamente mil millones de automóviles. Solo 5 millones (el 0,5%) son eléctricos. Sin embargo, en países como China, Japón y los Estados Unidos este tipo de autos se están vendiendo cada vez más. Ya existen, incluso, mercados de segunda mano y se registra una mejora notable en la performance de las baterías. Por cierto, sería irresponsable señalar que en pocos años el transporte se moverá todo en base a electricidad. El cambio no será radical, llevará mucho tiempo y quizás durante largos períodos conviva con el sistema "antiguo" originado por la era del petróleo.
El siglo XX fue el año de los automóviles. La industria automotriz ha impactado en todos los órdenes. Se ha hecho cultura. Es un aspecto central de la vida del hombre que tiene repercusiones sociales, políticas y económicas enormes. Pero las condiciones que devienen de los peligros generados por el cambio climático obligan a modificaciones sustanciales en la industria del transporte automotor, lo que implica un cambio cultural que sin dudas llevará tiempo.
En este contexto, no puede pasar inadvertida la firma del convenio que dio origen a esta columna. Es un hecho singular, y por lo tanto merece resaltarse, que en San Francisco ya se esté proyectando una estación de carga para autos eléctricos.