Es sordo y se recibió de profesor para enseñarles a chicos con su misma condición

Cristian Brusa tiene 26 años. Con su experiencia, quiere aportar desde la docencia para superar las barreras de la comunicación y hacer del mundo un lugar más inclusivo.
Por Isabel Fernández
Desde su experiencia de vida con sordera, Cristian Brusa de 26 años, quiere enseñar a niños hipoacúsicos y, sorteando todas las dificultades, se recibió de Profesor Superior en Educación Especial con Orientación en Sordos e Hipoacúsicos.
Cristian es sordo desde muy pequeño, a los 4 años detectaron que no terminaba las oraciones y le detectaron hipoacusia. Con su oído derecho no escucha nada y en el izquierdo tiene una hipoacusia moderada a severa neurosensorial.
Creció con el apoyo del Centro Municipal Interdisciplinario de Recuperacion Infantil (Cemiri), la Asociación Civil de Sordos de San Francisco y llevó adelante su educación en escuelas comunes, usando un audífono lo que le permitió escuchar y poder aprender.
Hace unos días terminó la carrera que eligió convencido de mejorar la educación de los niños sordos.
Sin ocultar su orgullo por haber conseguido el ansiado título de profesor, Cristian dijo en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO que su objetivo"es trabajar en San Francisco y la zona porque hace falta una mejor educación para los niños sordos".
Al mismo tiempo remarcó que a pesar de tener una discapacidad"se puede estudiar, con esfuerzo y dedicación se puede lograr lo que uno sueña, no hay ningún impedimento".
"Hace falta una mejor educación para los niños sordos", aseguró
Una educación más completa para hipoacúsicos
Cristian aseguró que está enfocado en la educación de la comunidad sorda, en la lengua de señas, ya que conoce de cerca la problemática que hay en los niños sordos y lo que es necesario para que su educación sea más completa.
Dijo que tras recibir el título seguirá sumando experiencia en buenos Aires en escuelas especializadas y luego volverá a San Francisco para enseñar en la Asociación de Sordos que contiene a chicos de distintas edades de la ciudad y la zona.
"Con el audífono yo puedo escuchar y hablar, entender las palabras, en la escuela compartía normalmente con los compañeros y las docentes, constantemente iba al apoyo de los profesores Noelia Aimar y Juan José Quaranta. Pero hay niños que no tienen esas posibilidades, porque son sordos profundos o tienen otra discapacidad como también ser ciegos o autistas o con retraso mental y es más complicado incluirlos en una escuela común", aseguró Cristian.
Añadió que esos chicos pueden aprender de otra manera y"como profesor puedo enseñar con lengua de señas en la escuela de sordos".
En San Francisco no contamos con una escuela de sordos y el objetivo que tiene la asociación es fundar una, ya que las necesidades que tienen los chicos sordos son muchas.
"Los niños que nacen con problemas de audición, dependiendo el grado que tengan, pueden ser incluidos en una escuela común para aprender a leer y escribir, mientras que hay otros que no pueden ir a la escuela común y no tienen un espacio adonde poder aprender", advirtió.
Recordó que cuando era chico, en la escuela hacían diferencia porque no conocían sobre la hipoacusia."Me hacían bromas o burlas por ser sordo y por eso es importante difundir para que los chicos con este problema no tengan que pasar por eso. Creo que es importante que todos aprendan la lengua de señas, aunque hay una ley que establece su uso en las escuelas no se enseña porque no hay muchos profesores. De todas maneras hay escuelas que de a poco empiezan a implementarla", afirmó.
Finalmente, satisfecho de haber llegado a la meta, agradeció al Cemiri, a la Asociación de Sordos, a los amigos y a la familia, a todos los que a lo apoyaron en estos años de estudio en el Instituto Superior de Profesorado de Educación Especial de Buenos Aires.