Día Internacional de la Enfermería
Enfermeras, guardianas de la salud que “lo dan todo”
Mujeres y hombres que velan por nuestro bienestar, consuelan y son quienes nos toman de la mano en los momentos más duros que nos presenta la enfermedad. En esta nota, el testimonio de profesionales de Hospital Iturraspe.
Por Isabel Fernández | LVSJ
Todos, en algún momento de nuestras vidas, recibimos su cuidado, no solo nos administraron medicamentos o curaron heridas, sino también lloraron con nosotros ante un diagnóstico adverso, el fallecimiento de algún familiar o se alegraron cuando llegaba el alta.
Las enfermeras y enfermeros cumplen una tarea imprescindible en el tejido social, acompañan, educan, consuelan y son “permanencia” porque cuidan las 24 horas, los 365 días del año, a los pacientes en los distintos niveles de atención, siguiendo las directivas de los médicos. Todos merecen un fuerte reconocimiento por parte de la sociedad por su tarea incansable en la que hay mucho de empatía y también capacitación para afrontar los desafíos que la salud impone en estos tiempos.
Desde 1965 el Día Internacional de la Enfermería se celebra cada 12 de mayo alrededor del mundo con el firme objetivo de rendir un homenaje a todos los profesionales de enfermería, que a nivel mundial ejercen esta profesión para toda la humanidad. También para rendir tributo a Florence Nightingale, que nació un 12 de mayo de 1820 y que es considerada la fundadora de la enfermería moderna.
Este año, el Día de la Enfermería se celebra en todo el mundo bajo el lema "Nuestras enfermeras. Nuestro futuro. El poder económico de los cuidados". LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con las licenciadas en Enfermería del equipo del Hospital “J. B. Iturraspe”, María Isabel García de Terapia Intensiva, Carina Fernández de Clínica Médica; Flavia Gilli de la Guardia Central; Claudia Calcagno, jefa de Sección; Graciela Reinero, jefa del Servicio de Clínica Médica; Sandra Barbero, jefa del Servicio y Rosa Cabrera, supervisora, que forman parte del gran plantel de 143 profesionales que trabajan en el nosocomio. Algunas de ellas contaron su historia y todas no dudaron en manifestar la necesidad de ser más reconocidas.
Un trabajo “apasionante” en la terapia
María Isabel García o Marisa como la llaman todos, trabajó mucho tiempo en la parte privada y desde hace 14 años cuida a los pacientes internados en la Terapia Intensiva del Hospital. En la enfermería primero vio una salida laboral pero luego en la terapia encontró su vocación y su camino.
“El de la enfermería es un trabajo muy apasionante –consideró Marisa-. Me gusta mucho la terapia intensiva, vivo con esa adrenalina de la urgencia, de salvar vidas cuando se puede, también es lindo que los pacientes te saluden cuando se van porque están agradecidos, es un vínculo muy especial el que se genera”.
Añadió que, si bien el trabajo es importante en cualquier servicio, “la terapia intensiva es un espacio especial hay que capacitarse constantemente, por eso actualmente estoy cursando la especialidad de terapia intensiva, a pesar de que hace varios años que soy enfermera me sigo preparando y actualizando para brindar una atención de calidad. Humanizar los cuidados es una de las propuestas que hicimos en la terapia y la seguridad del paciente, desde la medicación al cuidado”.
Marisa es una de los 21 enfermeros y enfermeras de la terapia intensiva que cuenta con once camas. “Nuestro trabajo es constante, pasamos por la pandemia de covid y actualmente afrontamos los casos de dengue. Siempre digo que en el Hospital me humanicé porque pude ver el sufrimiento humano y somos testigos de muertes y despedidas, pero también de buenas noticias y recuperaciones”, afirmó.
“Es mi vida”
Destacó que para ella ser enfermera “significa mucho, es mi vida. Significa ser reconocida, tener una profesión que muchas veces no es reconocida económicamente, los títulos son eso y nada más, creo que la sociedad misma no los reconoce. Pero estamos en esa lucha para ser más reconocidas en todos los aspectos”.
Como buena trabajadora de la salud recordó que la “prevención es todo, es importante que no lleguen a sufrir complicaciones. Que los jóvenes y adolescentes tomen conciencia de la necesidad d usar casco cuando circulan en moto para evitar heridas graves que pueden ser fatales. También están las adicciones que pueden arruinar la salud y la vida. Es importante que todos se cuiden bien”.
"Siempre digo que en el Hospital me humanicé porque pude ver el sufrimiento humano y somos testigos de muertes y despedidas, pero también de buenas noticias y recuperaciones”
Cuidar y educar
En el servicio de Clínica Médica el trabajo no tiene tanta adrenalina, pero para la enfermera Carina es el cuidado fundamental que recibe el paciente después de la terapia intensiva. Hace más de 23 años que es enfermera y conoció la profesión porque otros le sugirieron que la estudie por sus ganas de querer ayudar a los demás. Decidió hacerlo y hoy no se arrepiente.
“La descomplejización continúa en Clínica Médica. No solo cuidamos, sino que también educamos al paciente para guiarlo en qué tiene que hacer cuando vuelva a su casa. También acompañamos no solo al paciente en la aceptación de su problema, sino también a la familia para que comprenda que va a pasar cuando salga del Hospital”, afirmó Carina.
Destacó que la idea “es trabajar siempre interdisciplinariamente, entender de que la enfermera sola no puede hacer todo, tenemos que trabajar en conjunto y en equipo. Si bien somos las que permanecemos mayor tiempo con el paciente y la familia, deben entender que no podemos cubrir todo lo que ellos demanden. Es un vínculo que tiene mucho de empatía, porque cuando el paciente es crónico se genera un vínculo especial, muchas veces nos sentimos satisfechas porque sabemos que lo acompañamos bien humanamente, porque no es solo el conocimiento”.
“En Clínica Médica también trabajamos con pacientes oncológicos en etapas terminales y nuestro trabajo es lograr que el paciente comprenda su enfermedad que obviamente es difícil y acompañar, a veces solamente estando al lado parado y sosteniéndole la mano”, contó.
Carina es de Córdoba y llegó a San Francisco hace mucho tiempo, pero se siente en casa. “El Hospital es mi segundo hogar, mi familia primaria no está acá y ellos son mi familia, somos con una familia disociada, somos tan diferentes pero también iguales porque tenemos un mismo objetivo y una misma vocación”.
“Un antes y un después”
Por otro lado, Flavia Gilli recordó lo que fue la pandemia de covid 19. “Para la enfermería la fue un antes y un después. No importaba si estaba el suero equino o no, porque se nos moría gente, familias que se despedían”.
“Para mí, la enfermería es un instrumento de Dios, del universo y nos encontramos sosteniendo una mano para que ese paciente no se muera solo. Era así los pacientes te miraban a los ojos, que era lo único que se nos veía y nos decían gracias. Esas cosas fueron más significativas”, manifestó.
El mayor de los reconocimientos
La jefa del Servicio, Sandra Barbero hace 33 años que está en el Hospital, la mitad de ese tiempo la pasó en el plantel operativo y luego en la conducción del servicio, estuvo de los dos lados y manifiesta un gran reconocimiento a todo el equipo de enfermeras y enfermeros.
La jefa del Servicio del nosocomio, Sandra Barbero saludó a todo el personal que se desempeña en las diferentes especialidades “buscando los más altos estándares en calidad de atención. Siempre y pese a los obstáculos, enfermería dice ‘presente’ las 24 horas, los 365 días del año, dejando todo de sí, tanto antes como durante la pandemia y actualmente con el dengue, sin descuidar el resto.
“Merecen el mayor de los reconocimientos de todos los niveles y por eso les decimos gracias infinitas por su profesionalismo, ética y dedicación”, remarcó.
Manifestó que el plantel de Enfermería del Hospital “está presente y siempre estuvo presente. Ni se imaginan lo que hicieron durante la pandemia todos los servicios, con su readecuación en los diferentes espacios físicos de la institución para poder tener camas para internaciones. El equipo se merece un gran reconocimiento porque lo dan todo”.
Agregó: “Me gustaría el reconocimiento no solo social, sino de todos los niveles, económico y humano, porque parece que creen que las enfermeras son las que ponen un inyectable o toman la presión, pero es mucho más lo que entrega”.
“Los enfermeros se capacitan constantemente, nadie tiene idea lo que saben de farmacología, de nutrición, hasta de psicología porque son las primeras que detectan cuando un paciente necesita atención psicológica y muchas cosas más”, finalizó.