En Paraná le prohíben a los sacerdotes estar solos con niños

El Arzobispado puso en marcha un protocolo de protección para "prevenir y concientizar" sobre los abusos a menores.
El arzobispo de la ciudad de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, aprobó un protocolo para "prevenir y concientizar" a los feligreses sobre "la gravedad que revisten los abusos a menores de edad". A través de este instrumento se establece un marco de normas de actuación para las denuncias de estos delitos.
El cuerpo normativo se denomina "Normas arquidiocesanas de comportamiento en el trato con menores de edad y adultos vulnerables". Al mismo tiempo también se activó el "Protocolo arquidiocesano de actuación ante la sospecha o descubrimiento de abusos sexuales".
La abogada y licenciada en Derecho Canónico María Inés Franck, integrante de la Comisión Arquidiocesana para la Protección de los Menores de Paraná, dijo que "es una norma de protección para todos" y especificó en diálogo con Cadena 3: "nos dicen mucho que es exagerado, pero preferimos exagerar un poco".
"Las personas que estén en contacto con menores tienen que tener algunos principios a la hora de acercarse a ellos y un absoluto respeto por la intimidad de los chicos", indicó y explicó que esta iniciativa solo rige en la ciudad de Paraná.
La noticia se dio a conocer por Puiggari durante la celebración religiosa de Semana Santa. Los textos serán "de cumplimiento obligatorio para todos los adultos que se desempeñen con menores en los espacios arquidiocesanos", lo que incluye a clérigos, religiosos y laicos.
Asimismo, prohíbe los "castigos físicos o el uso de lenguaje humillante o degradante"; "realizar cualquier insinuación, comentario o chiste sexual"; "poseer o exhibir cualquier material sexual o pornográfico" y "consumir alcohol o drogas".
También determina la prohibición de "involucrarse en conductas sexuales secretas o manifiestas con menores o adultos vulnerables"; "ejercer extrema prudencia en los medios audiovisuales que se utilicen" y evitar "expresiones de afecto exageradas".
"Se prohíbe dar o recibir regalos personales o desproporcionados"; "se debe evitar en todo momento el contacto físico" y "si es el menor o adulto vulnerable quien inicia gestos, la respuesta debe ser sobria, breve, apropiada y siempre en lugares públicos y delante de otras personas", advierte el documento.
Las "normas de comportamiento" también exigen que "un adulto nunca debe permanecer a solas ni recorrer largas distancias con un menor o adulto vulnerable" y prohíbe "reuniones en dormitorios o habitaciones privadas".
Además, prohíbe "exigir secreto o confidencialidad a los menores" y establece que las "comunicaciones virtuales" deberán ser siempre prudentes y responsables.
De activarse este protocolo el acusado "será apartado de su oficio" sin que ello signifique admitir la culpabilidad del hecho y, además, "las personas afectadas tendrán acceso a ayuda espiritual y/o psicológica.