En el merendero de La Milka, la copa de leche viene con una clase de inglés
Una puerta a la inclusión. Gonzalo Giuliano es el encargado de enseñar el idioma a chicos de entre 5 y 13 años, de escasos recursos. Mirá el video.
Desde hace un tiempo, los comedores comunitarios y merenderos dejaron de poner la mira de manera exclusiva en la cuestión alimentaria para brindar otros servicios que son igualmente importantes para los chicos que de otra manera no podrían acceder a los mismos y generan un valor agregado que potencia la tarea solidaria de estos espacios sociales.
De esta forma, al apoyo escolar se le agregó el dictado de clases de inglés y con ello, estos pequeños encuentran una puerta abierta a la inclusión, a un mundo nuevo, signado por mayores posibilidades de acceder en un futuro un empleo o bien formarse en una carrera universitaria.
En el comedor solidario Paso a Paso, de barrio La Milka, se dictan clases de inglés a cargo del profesor Gonzalo Giuliano, quien en lugar de una confortable aula en un instituto privado, imparte su conocimiento entre ollas y tazas en medio de un galpón rodeado de 15 alumnos que se muestran muy entusiasmados por la posibilidad de aprender otra lengua.
Los alumnos de Gonzalo tienen entre 5 y 13 años, "la edad ideal para aprender un idioma", según indicó el docente en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Esta experiencia es reciente, llevo dos clases con los chicos pero ya los noto muy entusiasmados", indicó quien además lleva adelante una iniciativa similar en el comedor La Virgencita, en barrio Parque, y en el merendero que funciona en barrio Roque Sáenz Peña.
"Los chicos están
muy entusiasmados"
En cuanto a la experiencia que recién se inicia en barrio La Milka, Gonzalo explicó que "la mentora de todo esto es Silvia Whindolz quien nos convocó para dar talleres. En mi caso, soy profesor de Historia e Inglés y de inmediato ofrecí dar clases de Inglés mientras que otro profesor brinda apoyo escolar".
En su clase se respira mucho entusiasmo por parte de los pequeños. "Los chicos van los sábado a la mañana a clases con mucho entusiasmo. Ellos saben que es su oportunidad de aprender un idioma porque jamás podrán pagar una cuota que se cobra en un instituto privado de inglés", agregó.
Gonzalo comentó que "los chicos están muy entusiasmados. Para muchos inglés en la escuela genera muchos problemas como así también más tarde el inglés se puede volver a cruzar ya sea para conseguir algún trabajo o para viajar al exterior. Entonces, más vale que uno haga las paces con ese idioma y empiece a aprenderlo -continuó-. Hacerlo de esta manera y como juego preparar una materia, una prueba o arrancar primer grado de manera amigable con el inglés, es una cosa muy útil y así lo ven estos chicos que reciben la enseñanza con mucho entusiasmo".
Además, "está muy buena la experiencia que marca que el inglés venga con desayuno, dulces y medios audiovisuales para que los chicos del merendero disfruten de este aprendizaje que para ellos es maravilloso", señalo.
"Los chicos están muy entusiasmados a punto tal que una vez que han venido luego vuelven con algún hermanito o amigo para que comparta con ellos. Esto significa que las cosas van mejorando", insistió.
Y dijo por último: "Está muy bien que los niños vayan al comedor a alimentarse, pero esto solo no sirve, porque de lo contrario no estamos promoviendo al ser humano. Para que eso ocurra, tiene que haber un valor agregado como la enseñanza de un oficio o el acompañamiento en todo el trayecto educativo del niño hasta el final de la escolarización de manera que puedan tener cada vez mayores oportunidades que les permitan salir de la situación en la que se encuentran".