El Xanaes, dueño de una de las travesías más populares en medio de la llanura
La naturaleza invita a los amantes del canojate a compartir un día diferente en familia y con amigos.
Desde épocas remotas el río es fuente de vida. Estar junto al él significa reeditar un pasado aborigen, experiencia que pueden revivir todos aquellos que cada año participan del Desafío del Xanaes, la travesía que permite conocer los lugares turísticos que tienen los distintos pueblos aledaños al Río Segundo (o Xanaes), fomentar la concurrencia de familias al cauce del río, creando además una conciencia sustentable.
Esta aventura se distingue de otras similares por realizarse en un río que atraviesa la llanura en nuestra región, mientras el canotaje es más común en ríos de montaña.
La travesía se divide en cuatro partes, siendo la parte 3 (Villa del Rosario- Arroyito) una de las más convocantes y que a pesar de haber sufrido varias interrupciones en los últimos años, a causa del clima desfavorable, es una de las más esperadas por los amantes del canotaje en nuestra región.
Una aventura que nació de una idea de amigos
Si bien esta tercera etapa se realizó por primera vez en 1994, el desafío nace allá por el año 1989. "Un grupo de amigos de la localidad de Río Segundo en una reunión de palistas y amantes del remo, se desafiaron a recorrer el río Xanaes navegándolo con sus embarcaciones desde Despeñaderos hasta la localidad de Costa Sacate, el cual se realizó con éxito y camaradería", comentó a LA VOZ DE SAN JUSTO Julio Ellena, integrante de aquella primera comisión organizadora de la tercera etapa de la travesía, junto a otros amigos como Fernando Álvarez y Claudia Oberto.
"Desde entonces, se arraigó la idea de contagiar a todos los de la cuenca del río y de ese modo se fueron formando comisiones e intercambiando ideas de como ya navegarlo en toda su extensión", continuó.
"Luego de distintas reuniones, se tomó la decisión de dividirlo en partes: el primer tramo desde Despeñaderos a Río Segundo/Pilar; el segundo, desde Río Segundo/Pilar a Villa del Rosario y el tercero, de Villa del Rosario hasta Arroyito.".
Ellena recordó que la comisión de Arroyito lanzó su primer desafío un 13 de marzo de 1994 con un éxito desbordante. "Si bien comenzamos en el 94, desde el año 90 empezamos a recorrer el río para conocer su condición y brindar el estado del mismo para aquellos que participarían del desafío".
Luego, la misma se abocó a organizar la cuarta parte Arroyito- Puente de Marull, en 1995, el cual se realizó de manera selectiva, dada la peligrosidad de la misma. Cuatro años después, se suma la quinta parte, que une el Balneario El Puente, de Marull, con Miramar.
En una balsa hecha por sus propias manos, Ellena recorrió el Xanaes
El paso de la Expedición Atlantis
Entre los principales recuerdos de Ellena, hoy de 78 años, se encuentra uno de los primeros desafíos, allá por los años 1996 y 1997 en el que participaron más de 400 embarcaciones. "Fue el año que más gente convocó la travesía", rescató.
Asimismo, destacó la presencia de dos de los cinco palistas argentinos que protagonizaron la denominada Expedición Atlantis, quienes en 1984 efectuaron el cruce del océano Atlántico partiendo desde el puerto de Tenerife, en las islas Canarias, y llegando 52 días después a La Guaira, en Venezuela.
Durante la expedición, los palistas recorrieron unos 5.000 kilómetros en una embarcación rudimentaria, una balsa construida con troncos, sin timón y con solo una vela con lo que quisieron probar que 3.500 años antes que Cristóbal Colón, navegantes africanos pudieron haber llegado por accidente a las costas de América conducidos por la corriente marina.
"Alfredo Barragán- el capitán de esa expedición- fue el que participó junto a uno de sus amigos del Desafío del Xanaes. En esta oportunidad hubo gente de distintas partes del país", destacó Ellena.
Julio junto a sus hijos Marcela, José Luis y Mario, integrantes del "equipo dorado"
Desafío del Xanaes, una travesía en familia
Además de ser uno de los pioneros en la organización de esta travesía, Ellena participó en varias oportunidades del desafío, inclusive completando su recorrido dos veces. En una de ellas, con un catamarán construido con tubos de PVC, lo que fue reflejado hasta en las páginas de la revista Weekend en 1998.
"Debido a la peligrosidad del río, la cuarta etapa, que unía Arroyito con Marull, se realizó sólo en dos oportunidades y de manera selectiva. En una de ellas, hice el recorrido con un catamarán que yo mismo construí", comentó Ellena.
El recorrido total consta de más de 500 kilómetros y según rescató Ellena, es una experiencia única que te permite estar en contacto con la naturaleza, compartiendo al mismo tiempo con familiares y amigos. De hecho, en varias oportunidades, Ellena compartió este desafío (en la parte 3) junto a sus hijos Marcela, José Luis y Mario, quienes integraban el denominado equipo dorado (por el color de sus embarcaciones) y a la que en alguna que otra edición se sumó su esposa, Marta.