El verdadero Francisco, el “santo” revolucionario

Nuestra ciudad ha quedado emparentada con el Santo de Asís. Un Francisco de grandes proporciones es quien recibe a los que llegan a la ciudad desde el oeste. No obstante, el nombre originario no se debe a él, mucho menos a un supuesto fortín que existió en la zona.
Por Manuel Montali | LVSJ
José Bernardo Iturraspe nunca lo explicó. Jamás confirmó la elección del nombre de nuestra ciudad. Sin embargo, la fundación en 1886 de las colonias San Francisco, Iturraspe (apellido paterno) y Freyre (apellido materno) no deja mucho lugar a las invocaciones religiosas. El fundador no tenía una devoción especial por ninguna figura eclesiástica, mucho menos por el santo de Asís. Sí sentía el cariño lógico por su familia, en especial por su hermano menor Francisco Demetrio, su protegido.
José Bernardo había nacido un 30 de julio de 1847. Fue el sexto u octavo hijo (las versiones de un lado y otro del camino interprovincial se contradicen) de José Iturraspe y doña Carmen Freyre. El matrimonio tuvo en total entre doce y dieciséis hijos (nuevamente, hay diferentes datos según la genealogía consultada).
No abunda la documentación sobre "La batalla de los Cachos", mucho menos sobre Francisco Iturraspe. Se presume que el hermano del fundador nació en 1849, un 4 de octubre, día que en el santoral católico está consagrado a Francisco de Asís, y que por ello recibió ese nombre. Algunos diarios de la época en Santa Fe, como "El Santafesino" o "La Prensa", sí recogen detalles de la insurrección, a la par de investigaciones posteriores de autores como Miguel Ángel de Marco y Ricardo Kaufmann.
Es en la literatura, gracias a "La casa de los cuervos" del cordobés Hugo Wast (Gustavo Adolfo Martínez Zuviría), de 1915, donde encontramos uno de los mejores retratos de Francisco Iturraspe y de "La batalla de los Cachos".
La novela aborda la conspiración opositora del exgobernador Patricio Cullen, en 1877. "La vida era angustiada por las frecuentes revoluciones que se tramaban contra el gobierno, para derrocar a don Servando Bayo y para destruir la influencia omnipotente del doctor Simón de Iriondo. En Santa Fe no era posible desinteresarse de la política; o se era opositor, o se era gubernista", narra Wast.
Francisco Insúa
Al hermano de fundador es al único personaje real al que en la novela se le cambia ligeramente el apellido (se llama Insúa), quizá por las licencias románticas de la historia.
Es el protagonista principal de la obra. El autor lo describe como "heredero de una gran fortuna en campos y haciendas", que pasaba la mayor parte de su tiempo fuera de la ciudad, en su estancia, casi siempre con "proyectos revolucionarios".
Cabe señalar aquí que, uno de sus mayores refugios, era la casa de su hermano José Bernardo, quien hacía las veces de protector. En sus instalaciones siempre había lugar para guardar las armas, y animales para carnearles a las tropas.
El personaje de Francisco se presenta como un renegado desde niño, cuando abandona por primera vez la escuela porque no le interesa ni "la estéril gramática, ni la complicada aritmética", sacando en limpio solo "una profunda admiración por los filisteos gigantes" y por Sansón. Expulsado luego también de un colegio jesuita por no soportar la férrea disciplina. "Turbulento y fuerte, acaudillaba a todos los muchachos de su edad, sometidos a él por la destreza insuperable con que boleaba patos y chorlitos en las orillas del Salado, y por su bravura en las peleas y aun por su descreimiento en las cosas que no se veían", afirma el autor. Si bien aquí ya estamos en el terreno de la ficción, no deja de ser curioso que un personaje así inmortalizado vea hoy su nombre confundido con el del santo que supo hacer prédica del despojo y la fraternidad.
José Bernardo Iturraspe empieza su apogeo cuando muere el "enemigo" de su hermano, y cumple el sueño de Francisco al convertirse en gobernador en 1898.
Cullen e Iriondo, el poder desde la cuna
Hugo Wast estaba bastante bien documentado no solo por haber estudiado y vivido en Santa Fe, sino por haberse casado con Matilde de Iriondo Iturraspe, emparentada tanto con Simón de Iriondo como con el fundador de San Francisco. Ambos fueron gobernadores de Santa Fe, el primero durante 1871-1874 y 1878-1882, y es por ello uno de los personajes gubernistas importantes en las acciones de la novela, el gran némesis de Francisco Insúa, incluso por encima del mismísimo gobernador Servando Bayo (1874-78), que de hecho había llegado al poder prácticamente por designación de su antecesor. Es la autoridad casi monárquica de Iriondo la que Cullen e Iturraspe querían finalizar con la revolución. El vínculo de Iriondo con el poder santafesino le venía desde la cuna, pues su abuelo Francisco Candioti había sido el primer gobernador federal de la provincia, en tanto que su padre Urbano de Iriondo tuvo distintos cargos de suma relevancia.
Pero algo similar era la situación en la casa de los Cullen e Iturraspe. Todos eran estancieros y de grandísima fortuna. El período en que se da el pasaje de poder de los Irondo a los Iturraspe coincide bastante con la definición de los límites provinciales, el establecimiento de colonias, extensión de ferrocarriles y desarrollo de municipios autónomos. Los lazos familiares, como en el caso de la esposa de Hugo Wast, no finalizan allí, pues Patricio se había casado con doña Elena de Iturraspe, y su hija Dominga contraería nupcias, más tarde, con su primo: el mismo José Bernardo.
Patricio Cullen, a quien responde Francisco, había sido gobernador de Santa Fe entre 1862-65. Su hermano José María también ocupó el cargo (1855-56). Ya su padre, el inmigrante español Domingo Cullen (la familia se había asentado en Canarias, pero este linaje aristocrático tenía origen irlandés), había asumido brevemente como primer mandatario provincial. Enfrentado con Juan Manuel de Rosas, fue derrocado y fusilado. Don Patricio, que formó parte de las filas de Justo José de Urquiza, vengó la memoria del padre participando de la batalla de Caseros, en donde terminó el gobierno de Rosas. Personaje muy querido en la provincia, a lo Facundo Quiroga, se creía casi intocable, lo que lo envalentonaba para planear conspiraciones contra Iriondo y Bayo por no estar conforme con distintas medidas de gobierno autonomistas, principalmente impositivas y agropecuarias.
"La batalla de los Cachos"
Patricio Cullen y Francisco Iturraspe, a mediados de marzo de 1877, empezaron a bajar desde el norte de Santa Fe, sublevando a las poblaciones de colonos y gauchos, para tomar el Cabildo. El primero comandaba peonadas a caballo, "muy resueltas aunque mal armadas", cuenta Wast. El segundo iba por otros caminos, con sus gauchos "sin ley ni rey" y con colonos suizos de Helvecia, Romang, Alejandra, Colonia Galense. "Tiradores eximios y partidarios todos de Patricio Cullen", añade el autor de "La casa de los cuervos".
Sus aliados en la capital se les iban a unir cuando sonara la revolución, por lo que el triunfo parecía seguro. No obstante, esta insurrección de los liberales contra los autonomistas fue derrotada finalmente el 20 de marzo en "La batalla de los Cachos".
Como "Paso de los Cachos" se conocía a un cruce sobre el Saladillo en el departamento Garay, cerca de una de las estancias de la familia Iturraspe, que los insurgentes pensaban vadear con canoas para ingresar desde allí a Santa Fe.
Los gubernistas, anticipando este movimiento, enviaron al batallón "7 de Abril" para que aguardara a los rebeldes desde la otra costa, escondidos detrás de pilas de leña, y los recibieron a los tiros. La batalla fue prolongada y sangrienta. Cerca del anochecer, cuando los insurrectos estaban haciendo retroceder a las tropas enemigas, Francisco fue herido de muerte, lo que provocó el desbando de los hombres a su cargo.
Al día siguiente, mientras su ladero agonizaba o ya había muerto, Cullen fue con su tropa al encuentro de las milicias oficiales, donde cayó derrotado por Francisco Romero y Esquivel. En la retirada, sobre un tordillo que se le plantó ya sin fuerzas, terminó siendo alcanzado en cercanías de Calchines por parte de la caballería gubernista. Por un momento, siguió creyéndose intocable. Pero, cuando lo bajaron de un lanzazo del caballo, entendió que no le iban a perdonar la vida. Wast recoge sus momentos finales narrando que les dijo a sus captores que su padre había sido fusilado por Rosas y que él quería morir de la misma manera, a balazos... Pero no le dieron el gusto: lo cribaron a lanzazos y le cortaron la cabeza.
El sueño del hermano
Después de la fallida "Batalla de los Cachos", Simón de Iriondo volvió efectivamente a gobernar Santa Fe y falleció algunos años más tarde, en 1883. Con la muerte del "enemigo" de Francisco, comienza el apogeo político de los Iturraspe, de la mano de José Bernardo. La compra de estas tierras cordobesas a Crisólogo Oliva, junto a Antonio Agrelo, es un regalo navideño de finales del mismo año. La fundación de las colonias San Francisco, Iturraspe y Freyre es de 1886.
José Bernardo, el "Viejo molinero", el protector de Francisco, entendió que, para dominar al sistema, para tomar el poder, no hacía falta una revolución épica que terminara en novela, sino ser parte de ese mismo sistema, y ganarlo desde adentro. Sin disparar un solo tiro, con base en su fortuna y su obra colonizadora, José Bernardo se convirtió en gobernador santafesino en 1898, y cumplió así el sueño del hermano menor: el sueño de San Francisco.