El Tala, una fábrica de amistades
Finalizó con éxito una nueva edición del encuentro "Nuevos Amigos" que organiza todos los años el club "albo". Fueron tres días de mucho básquet, risas y momentos que perdudarán en el tiempo.
Es domingo pasado el mediodía. En la cantina, con cara de haber dormido muy poco en los últimos días, los padres cuentan que la noche anterior algunos cayeron rendidos del cansancio y otros se desvelaron jugando a la play. Se van terminando los partidos... anfitriones y huéspedes se saludan con un dejo de tristeza y nostalgia anticipada.
Han compartido tres jornadas intensas en las que el básquet fue la excusa para cultivar nuevas amistades que -seguramente- regalarán un nuevo encuentro en el futuro.
El "Nuevos Amigos" de El Tala cumplió su 28ª edición y confirmó que más que un torneo es ya toda una tradición del deporte sanfrancisqueño.
Con casi tres décadas de existencia, ya lo jugaron varias generaciones. Por ellos muchos de los que hoy lo viven como padres en un tiempo lo hicieron como deportistas y la esencia se transmite familiarmente.
Y precisamente el de los padres es el trabajo menos perceptible pero quizás el más importante: alojar a chicos que ya no son nenes pero tampoco son del todo independientes, hacerlos sentir cómodos, levantarse temprano para llevar al huésped a una cancha y al propio hijo a otra, paliar alguna "extrañitis", atender la cantina, preparar la comida y muchas tareas más que se realizan siempre con una sonrisa en el rostro. Porque de eso se trata: de disfrutar viéndolos disfrutar.
Qué decir de los "profes" y dirigentes, quienes en estos tiempos difíciles hacen magia para que no falte nada y el encuentro siga siendo atractivo para quienes llegan desde otras latitudes.
Y los chicos, los protagonistas de la fiesta, los que le ponen alegría, espontaneidad e inocencia al asunto. Esos que apenas pisan la casa de su anfitrión preguntan la clave del wi-fi, para contarle a sus padres que los recibieron de la mejor manera posible y que ya se sienten como en el propio hogar.
A ellos no les importa el frío, caminar de una cancha a la otra o jugar hasta tres partidos por día. Ellos vinieron a divertirse y así lo hicieron. Muchos, el año que viene serán U13 y allí comenzarán a contarse los puntos y con eso se perderá mucho de lo mágico de esta edad, pero la amistad permanecerá firme a pesar de la distancia y el paso del tiempo.