El sanfrancisqueño que puede hablar de Tevez en "primera persona"
El jugador Emiliano Pérez compartió cinco años junto a Carlos Tévez en Boca Juniors y recordó con LA VOZ DE SAN JUSTO los momentos vividos con el "Apache". Fútbol, una computadora y el partido de la selección argentina sub-17 que trajo al ídolo "Xeneize" a nuestra ciudad. El sanfrancisqueño conoce detalles que se cambiaron en la serie recién estrenada en Netflix y lo cuenta en este mano a mano.
¡Vamos que hay que ganar muchachos. Es la final y para algo llegamos! Se escucha en el vestuario de la octava división de Boca Juniors a punto de jugar contra Vélez Sarsfield, según cuenta la historia de Netflix.
Como toda serie, "Apache: la vida de Carlos Tévez" se da sus permitidos, pero su compañero de aquel entonces, el sanfrancisqueño Emiliano Pérez , recordó muy bien que ese día no se jugaba una definición sino que era el estreno del equipo contra los de El Fortín. "El partido contra Vélez fue el debut de todos nosotros en novena división, no una final como cuentan en Netflix", dijo.
La serie muestra a Carlitos dándole el triunfo al equipo y el campeonato, pero en realidad fueron tres los goles frente a Vélez y el primero fue del actual jugador de Club 9 de Julio Olímpico de Freyre.
De todos modos, Pérez se convirtió en un espectador más que dio su aprobación a la historia contada en la plataforma. "No sabía tanto de Carlitos. Sé que tuvo una vida difícil pero la serie me nutrió más aún", expresó.
Cinco años de fútbol juntos y cientos de partidos compartidos con la remera de Boca, hacen a Pérez palabra autorizada para hablar del pibe de Fuerte Apache. "Carlos tenía más personalidad, pero en la serie lo muestran como un chico sumiso. Cuando nos retaban, los chicos de Buenos Aires desafiaban a los entrenadores mientras que los del interior nos asustábamos. En su grupo de amigos en el club que en su mayoría eran de Buenos Aires, él era el cabecilla, el que mandaba siempre", recordó.
Esa forma de ser, según Pérez, viene de la dura vida de Carlos en su barrio Ejército de los Andes. "Había un montón de chicos que tenían una vida difícil como él. Un día llegó un compañero con un arma dentro del botinero, nos la mostró y dijo: 'vengo de trabajar en el tren'. Era obvio que venía de robar antes de entrar a entrenar. Algunos hasta desaparecían un mes porque caían en cana pero eso no le pasó a Carlos porque siempre contó con el apoyo incondicional de su familia y lo seguían en su carrera como futbolista".
Jugar con Tévez
Emiliano jugaba en el club 2 de Abril en el Baby Fútbol cuando a los 12 años, fue convocado para participar con el Club Argentino de Vila en el torneo infantil "Argentinitos" de Morteros. Con su equipo llegó a semifinales donde se enfrentó con Newell´s de Rosario.
Aunque Emiliano y sus compañeros no clasificaron para la final, dos veedores de Boca se acercaron a él y le pidieron hablar con algún mayor que lo estuviera acompañando. Ese fue el momento en que su padre, Luis "Lucho" Pérez, entabló un diálogo con Abel Almada, captador de talentos de Boca Juniors y que en su momento trabajaba con Jorge Griffa, director general de las Inferiores.
En enero de 1997 Emiliano fue invitado a participar de un torneo con Boca en la ciudad de Mar del Plata. Allí todavía el sanfrancisqueño no se había cruzado con Carlos porque era un torneo solo para chicos del interior.
En ese entonces, Pérez comenzó a conocer a algunos de los compañeros con los que luego jugó en la novena división de Boca. Pero fue recién a mediados de 1997 cuando llegó el llamado para ir a jugar a San Rafael, Mendoza, que se mezclaron los del interior con los que estaban ya en las infantiles de Boca, entre ellos, Carlos Tévez. "Ese torneo lo jugamos juntos con Carlos. En ese evento, me acuerdo, algunos padres que habían presenciado el torneo compartían la picada con nosotros y entre los jugadores, invitaban a Carlitos", contó.
"En inferiores siempre jugó como delantero. La gran virtud de él era jugar de espaldas al arco. Recibía muchas pelotas de espalda y la aguantaba bien por eso jugaba con dos canilleras, una atrás y otra adelante, por las patadas que recibía", bromeó el jugador de nuestra ciudad.
En 1998 Pérez fue convocado para formar parte de la novena división de las inferiores de Boca y residió en Casa Amarilla hasta 2002. "Los entrenamientos eran en el predio de Ezeiza. Los que vivíamos en Casa Amarilla o los que estaban cerca, nos trasladábamos en una combi hasta la cancha. Carlos iba por su cuenta", rememoró.
El tío de Tévez, Segundo, merece un párrafo especial en esta nota. Según Pérez, "era una excelente persona, muy ubicado y respetuoso. Mi papá "Lucho" se sentaba con él a ver nuestros partidos".
Emiliano recordó una anécdota muy cercana a Tévez y tiene que ver con un elemento muy preciado en ese momento. "Abel Almada compró una computadora y como me tenía mucho cariño, la instaló en mi habitación. Todos los chicos de Casa Amarilla y los que no vivían ahí, incluido Carlitos, venían a usarla. Cuando él comenzó a jugar en primera, vino a mi habitación con su tío Segundo y me dijo: 'Le compré la computadora a Almada y me la llevo'. Asique se llevó la PC que usábamos el resto", contó.
El partido que no fue
En 1999, tanto Emiliano como Carlos se probaron para el sub-17 de la Selección Argentina de Fútbol. En ese entonces había otros jugadores que llegaban de distintos clubes como es el caso de Maxi López, Javier Mascherano; ambos pertenecientes a la cantera de Club Atlético River Plate. "Estuve un mes ahí entrenando, él siguió pero yo no. Me acuerdo que apenas me dieron de baja, vinieron a jugar a San Francisco ante un combinado de la Liga Regional San Francisco, me dio una bronca", evocó el jugador del 9 de Freyre.
Para 2001, "cuando llegamos a la sexta división en Boca, él ya empezó a entrenar con la reserva y nos fuimos alejando, cada cual emprendió su camino". El 21 de octubre de ese año fue el debut en Primera División del jugador nacido en Fuerte Apache.
Al año siguiente, Emiliano se fue a Nueva Chicago y Carlos quedó en el club de La Rivera. Dos años después, Tévez se consagraba como ídolo junto a la selección masculina de fútbol ganando la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas. "Me acuerdo que coincidí en un boliche con Carlos ese año y él estaba rodeado de patovicas. Un compañero me dijo de ir a saludarlo y le dije que no, que total no nos iba a reconocer. Él fue, lo saludó y al ratito me vino a buscar porque Carlitos quería saludarme". Se fundieron en un abrazo, se sacaron fotos, charlaron y uno de sus hermanos se acordó que hacían goles juntos.
La última vez que Pérez y Tévez se vieron fue en 2004 y a pesar de que pasaron 15 años, el sanfrancisqueño aseguró que el "Apache" seguramente lo reconocería. "Vivimos los mejores momentos juntos, la primera etapa de los dos en Boca Juniors y de ese momento no te olvidás más", concluyó.