El rol de la familia y el equipo de salud en el cuidado de prematuros

El rol del equipo de salud en el empoderamiento de los padres y la familia durante la internación y tratamiento de un bebé prematuro, el estrechamiento del vínculo temprano en la neonatología y la importancia de tener en cuenta la interculturalidad en el ámbito de la salud fueron temas de debate en el Hospital "J. B. Iturraspe" en el marco de la Semana del Prematuro.
Este año se hizo hincapié en el
derecho número ocho del Decálogo del Prematuro que dice: "La
familia de un recién nacido prematuro tiene pleno derecho a la
información y a la participación en la toma de decisiones sobre su
salud a lo largo de toda su atención neonatal o pediátrica".
La capacitación estuvo a cargo de la licenciada en Psicología y especialista en Psicología Clínica, María Laura Macías, del Servicio de Salud Mental del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad de la ciudad de Córdoba y miembro del departamento Materno Infantil de la Clínica Universitaria Reina Fabiola y la licenciada en Psicología, Constanza Díaz, con formación de posgrado en Psicología Comunitaria y Salud Social y comunitaria. También es miembro del equipo multidisciplinario de la Dirección de Atención Primaria de la Municipalidad de Córdoba y parte de la Red Serenar.
"Es necesario escuchar la voz del niño, y por eso hablamos de vínculo temprano, la importancia del vínculo, cuándo se puede alterar el vínculo y cómo el niño que aún no tiene el lenguaje desarrollado manifiesta su malestar porque siente que el vínculo no está completo", afirmó la licenciada María Laura Macías en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Agregó que el bebé "tiene diferentes formas de manifestarlo por ejemplo con alteraciones en el sueño, en su alimentación, en el control de esfínteres, entonces es importante pensar en herramientas que puede tener el equipo de salud para darle palabra al niño que nos quiere decir algo que no lo está haciendo sentir bien dentro de su núcleo familiar".
Macías recordó que dentro de la neonatología "hay diferentes situaciones que pueden obstaculizar el establecimiento del vínculo temprano, se trata de un nacimiento disruptivo, es un bebé que cuando la mamá lo ve piensa que no es lo que imaginaba, muy pequeñito y frágil, imaginaba que lo iba a llevar a su casa, la aparatología, el tecnisismo y el nivel médico hace muchas veces que las madres sientan que no tienen el saber para ser mamá, creen que la vida de su bebé depende del cuidado de otros y no de ellas".
"Los padres tienen que conocer y hacer conocer sus derechos. Entonces parte de la función del equipo de salud es empoderar a los padres porque son ellos los que cumplen la función materna y paterna que es irreemplazable -remarcó-. Hay objetivos que se persiguen a través de las Maternidades Seguras y Centradas en la Familia es la participación activa de la familia, donde la familia es la protagonista con el ingreso irrestricto a la neonatología tanto de la mamá, como el papá, los hermanos, abuelos; favorecer la lactancia materna, el contacto piel a piel porque muchos bebés permanecen internados durante mucho tiempo".
Las licenciadas María Laura Macías y Constanza Díaz brindaron la capacitación en el Hospital "J. B. Iturraspe"
Personas culturales en la salud
Por su parte, la licenciada Constanza Díaz, quien tuvo experiencias comunidades indígenas andinas y se desempeñó en Bolivia, se refirió en su disertación a la salud e intercultularidad. "La propuesta es poder pensarnos como personas culturales en la salud. El derecho en el que se hace énfasis es el de que las familias puedan conocer y ser parte del tratamiento y el proceso de atención, entonces es muy importante el mirarnos a nosotros como profesionales y a los otros como sujetos culturales", recordó.
Remarcó: "Se debe tener conciencia que el espacio de encuentro entre las familias y los equipos, también es un espacio intercultural, porque se ponen en juego los saberes, las pautas y las creencias que el otro trae".
"A veces en los hospitales ocurre que se ve la urgencia, lo fisiológico, recuperar las funciones básicas pero además de eso hay que tener en cuenta cómo se ponen en juego esas creencias. Como sociedad afrontamos el desafío de las migraciones de los países limítrofes y las migraciones internas", dijo.
Díaz afirmó que entonces "la propuesta es poder pensar cómo cada cultura ve el tema de la maternidad, la crianza, qué significa un niño para una familia, la concepción acerca de la muerte y la vida. Muchas veces interpela a los equipos de salud que la mamá en la cultura andina, ante la inminencia de la muerte de su hijito pareciera como que no le afectara, pero esto no quiere decir que no le afecte sino que el proceso de duelo es distinto a lo que vivimos nosotros".
"Los rituales para despedirse de una persona que fallece van ayudando en el proceso de duelo y culturalmente se permiten un tiempo para ese proceso. Qué pasa cuando nacen dos bebés, o la creencia ante prematuros, entran en juego muchas creencias que tienen que ver con lo comunitario", comentó.
La licenciada afirmó que generalmente "los profesionales pensamos que nosotros transmitimos saberes a la familia y también nuestras creencias, saberes y expectativas. Pero la propuesta de interculturalidad es el diálogo y encuentro entre dos culturas, voy a tomar algo de esa cultura para mi como profesional y también voy a transmitir".
"Es importante poder construir un espacio inter, entre las dos culturas que se ponen en juego en los espacios de la salud. Esa propuesta hace que se cumpla el derecho de que la familia pueda participar del tratamiento. Es un ida y vuelta, hay saberes diferentes de las partes que intervienen y hay que construir un nuevo saber entre todos, ese el desafío que tenemos como sociedad argentina", finalizó.