El reclamo por la seguridad en Frontera
Ante el reclamo de los vecinos, históricamente, lo único que sucede es mayor presencia de los efectivos policiales cuando las críticas arrecian, pero que mengua considerablemente al poco tiempo, dejando otra vez expuestos a los vecinos.
Encabezados por el cura párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, un grupo de vecinos de Frontera ha comenzado un movimiento de reclamo hacia las autoridades de la provincia de Santa Fe, con el objetivo de poner algo de límites a la ola de inseguridad que aqueja a la vecina ciudad. Así, una comisión de ciudadanos se reunió con autoridades de la Unidad Regional V y de la Agencia de Investigaciones Criminales santafesina.
En ese cónclave se analizó la sucesión de hechos delictivos ocurridos en las últimas semanas en Frontera y Estación Frontera, así como se planteó la necesidad de reforzar definitivamente los recursos de la policía en virtud de que la ciudadanía no puede vivir tranquila y que la delincuencia se ha enquistado en algunos sectores, atacando a vecinos, saqueando inmuebles y dañando incluso con instituciones educativas y religiosas.
En verdad, la inseguridad en Frontera es una realidad tan añeja como persistente. Desde hace mucho tiempo los vecinos reclaman y exigen que la policía de Santa Fe y la Justicia de la vecina provincia establezcan bases reales de acción en la ciudad. Históricamente, lo único que sucede es mayor presencia de los efectivos policiales cuando las críticas arrecian, pero que mengua considerablemente al poco tiempo, dejando otra vez expuestos a los vecinos.
La comisión vecinal autoconvocada que está haciendo las gestiones anunció que en los próximos días llegarán a la ciudad de Frontera tres nuevas motocicletas que tendrán como destino la comisaría 6ª. Y que desde que asumieron las nuevas autoridades en la dependencia de Frontera, las respuestas son más rápidas. Sin embargo, ratificando la sensación de que esta mejora puede ser solo pasajera, el cura párroco reclamó la "permanencia de un rumbo y un crecimiento en lo que respecta a la seguridad de los vecinos", puesto que cuando se producen cambios de autoridades "cambia todo, porque lo prometido no se cumple y en vez de avanzar, se retrocede".
El planteo de mayor cantidad de agentes y móviles no es nuevo. Así como tampoco lo es la indefensión en la que vive la gran mayoría de la población fronteriza. Es que ha costado a las autoridades santafesinas asumir que es su obligación atender la problemática de la seguridad. Un tema que, si bien tiene características definidas localmente, exige análisis profundo y presencia permanente. Las idas y vueltas de siempre ya no se resisten.
Es que, desde siempre, el reclamo es que el Estado provincial se involucre en la lucha contra el delito y decida los caminos y estratégicas para aliviar la tensión que viven miles de ciudadanos frente al crecimiento del delito en esa ciudad que, obvio es afirmarlo, pero conviene nuevamente que se lo remarque, forma parte de un conglomerado urbano que incluye a San Francisco. Por lo tanto, cualquier avance en materia de seguridad en Frontera repercutirá favorablemente en nuestra ciudad.