Conflictos Bélicos
El principal hospital de Gaza se convirtió en un gigantesco centro de refugiados
El centro de salud se llenó de personas que perdieron sus casas o temen perderlas pronto por los bombardeos.
Hacinados bajo improvisados refugios de lona en el aparcamiento, durmiendo en los pasillos o en los rellanos, pasando las horas del día en las escaleras, tendiendo la ropa en el tejado... miles de gazatíes desplazados llenan todos los espacios del hospital Al Shifa.
El principal hospital de la ciudad de Gaza se convirtió en un gigantesco refugio para las personas cuyas casas han sido bombardeadas, o temen que lo sean, durante el asalto militar de Israel a la Franja de Gaza, que acaba de entrar en su segundo mes.
"Huimos de nuestra casa debido a los intensos ataques aéreos", sostuvo Um Haitham Hejela, una mujer refugiada con niños pequeños en
una tienda improvisada con telas, cuerdas y esterillas.
"La situación empeora día tras día. "No hay comida ni agua. Cuando mi hijo va a por agua, hace una cola de tres o cuatro horas. Han atacado panaderías, no tenemos pan".
Los periodistas de Reuters que visitaron el hospital el martes vieron a gente tumbada a ambos lados de los pasillos, dejando solo un estrecho espacio para que alguien pudiera caminar, efectos personales almacenados en las escaleras y en los alféizares de las ventanas, y montones de bolsas de basura. La impresión general era de hacinamiento extremo.
La situación no es exclusiva de Al Shifa. La Organización Mundial de la Salud calcula que 122.000 gazatíes desplazados se refugian en hospitales, iglesias y otros edificios públicos de la franja, y otros 827.000 en escuelas.
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La guerra se desencadenó tras un ataque a Israel el 7 de octubre por parte de combatientes de Hamás que mataron a 1.400 personas y tomaron a otras 240 como rehenes. En respuesta, Israel ha lanzado una ofensiva aérea, marítima y terrestre contra Hamás que, según las autoridades de Gaza, ha matado a más de 10.000 personas en la poblada franja costera.
"De miedo en miedo"
Para los hospitales, la crisis de los desplazamientos está agravando una situación ya de por sí catastrófica, con escasez de suministros médicos y electricidad a medida que llegan a diario enormes cantidades de pacientes gravemente heridos. El personal está recurriendo a medidas desesperadas, como operar sin anestesia.
En Al Shifa, los desplazados dijeron que habían venido en busca de seguridad, pero que no se sentían seguros debido a los ataques aéreos cercanos y a la proximidad del ejército israelí. Israel declaró que sus fuerzas habían rodeado la ciudad de Gaza. El ejército israelí acusó al movimiento islamista Hamás de
ocultar entradas a túneles y centros operativos en el interior de Al Shifa, lo que Hamás ha negado.
"Hemos huido del miedo al miedo", dijo Um Lama, una madre afligida refugiada en un pasillo con varios niños y parientes mayores. Su hija Lama fue una de las víctimas mortales del ataque contra una ambulancia el viernes a las puertas del hospital. El director del hospital dijo que 15 personas habían muerto y 60 habían resultado heridas.
Israel declaró que había atacado una ambulancia en la que viajaban combatientes de Hamás. La Media Luna Roja Palestina declaró que la ambulancia formaba parte de un convoy de cinco que intentaba evacuar a heridos graves.
"Miren nuestra situación. ¿Qué tipo de vida es esta? No tenemos comida, ni electricidad, ni agua. Dormimos en los pasillos", dijo Um Lama.
Israel conminó a los gazatíes que aún viven en el norte de la franja que se trasladen al sur, que también está siendo bombardeado aunque con menor intensidad.
El martes, en una rueda de prensa, se preguntó a un portavoz militar israelí por las noticias de que habían estallado bombas incendiarias sobre Al Shifa durante la noche. "Soy consciente de que ocurrió. Probablemente había alguna necesidad operativa", expresó.
"Estamos intentando que la gente se marche, es todo lo que puedo decir al respecto. Este es el tipo de mensajes para que la gente intente salir de allí".
Pero las mujeres refugiadas en el hospital dijeron que, a pesar de las terribles condiciones de vida y el miedo, no tenían intención de marcharse, ya que no tenían adónde ir y ningún lugar era seguro.
"Somos fuertes. Hagan lo que hagan con nosotros, no nos iremos de Al Shifa. Nos han cortado el agua, la electricidad, no tenemos comida, pero somos fuertes. Solo podemos comer galletas y frutos secos. Podemos comer cualquier cosa", dijo Hejela.