Arquitectura
El nuevo corazón del hogar: cómo cambió el living según la mirada de una arquitecta local
:format(webp):quality(40)/https://lvdsjcdn.eleco.com.ar/media/2025/11/living_arquitectura.jpeg)
La arquitecta Victoria Carossio analiza la evolución del espacio central de la casa. Habla de flexibilidad, autenticidad y del regreso a los materiales nobles en una época donde el confort y la identidad pesan más que las modas.
Durante años, el living fue la “vitrina familiar” por excelencia: un espacio rígido, pensado para recibir visitas más que para vivirlo. Esa concepción quedó atrás. Hoy, el corazón de la casa se transforma al ritmo de los nuevos modos de habitar. “El living se resignifica: deja de ser solemne para convertirse en un ámbito multifuncional de intimidad, pertenencia y vida cotidiana”, explica Victoria Carossio, al frente de victoriacarossio.studio, en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
El cambio, aclara, va más allá de la estética. Es una respuesta a la vida contemporánea, marcada por la movilidad y la mezcla de funciones. “Los modos de vida actuales son móviles y cambiantes: familias que se ensamblan, hijos que se van y vuelven, personas que trabajan desde casa. Esto exige que el living sea flexible y no una escenografía fija”, detalla.
El impacto del home office reforzó esa tendencia. Ya no alcanza con improvisar una computadora sobre la mesa del comedor: hacen falta luz natural, confort acústico y espacios que permitan trabajar sin perder intimidad. “El living se volvió un híbrido: puede ser lugar de encuentro, pero también un refugio personal”, resume. Esa dualidad entre lo colectivo y lo íntimo es, para Carossio, la gran conquista del espacio.
Diseñar con sentido
El punto de partida, sostiene, no está en el color del sofá, sino en la arquitectura. “La proporción, la luz natural, la ventilación cruzada y la circulación definen mucho más que una paleta de color”, dice. Para ella, pensar la arquitectura interior antes que la decoración es clave para lograr un living equilibrado.
Una vez definido el espacio, llega el momento del mobiliario, siempre en diálogo con la escala y las necesidades. Pero, más allá de las decisiones técnicas, Carossio destaca una premisa fundamental: la autenticidad. “El living no debe ser una réplica de una tendencia, sino una expresión de quien lo habita. Libros, obras de arte, discos, objetos de viaje o piezas heredadas construyen un universo personal y otorgan sentido de pertenencia.”
La iluminación cumple un rol escenográfico. “La luz natural es el primer material del proyecto”, explica, y se complementa con luces cálidas, puntuales o difusas que aportan profundidad. Las texturas como maderas, textiles o piedras suman espesor visual y táctil. “Un espacio no se diseña solo para verse bonito, sino para sentirse”, sostiene. Incluso menciona elementos como cortinados o alfombras no solo por su aporte estético, sino también por su función acústica: ayudan a controlar la reverberación y aportan confort sensorial.
:format(webp):quality(40)/https://lvdsjcdn.eleco.com.ar/media/2025/11/victoria_carossio_arquitecta_de_san_francisco_en_casa_foa_2025.jpeg)
Materiales nobles y diseño consciente
En los livings actuales, la elección de materiales y el uso del espacio responden a una misma búsqueda: autenticidad, funcionalidad y sostenibilidad. La arquitecta observa una vuelta consciente a lo noble y lo honesto, donde la materia expresa el carácter del hogar. Mármol y piedras naturales reaparecen con acabados texturados —opacos, arenados o leather— que aportan relieve y profundidad. También resurge el acero inoxidable, reinterpretado con un lenguaje más cálido, en diálogo con maderas, linos y cueros naturales.
“La terracota artesanal, con su textura porosa y color de tierra cocida, conecta con lo primitivo, lo simple, lo que no pasa de moda”, describe. En los proyectos actuales, conviven piezas icónicas del diseño industrial, mobiliario clásico de autor y objetos contemporáneos, en una composición donde cada elemento aporta identidad.
En los hogares urbanos, donde cada metro cuenta, el desafío es diseñar con precisión. “La falta de espacio no implica resignación, sino estrategia. Hay que liberar lo innecesario y priorizar lo esencial”, plantea. Para eso, el mobiliario modular, plegable o liviano se convierte en un aliado, junto con una planificación que contemple el uso del espacio desde el inicio del proyecto.
La sostenibilidad, cada vez más presente, completa esta mirada integral. “Se priorizan maderas certificadas, textiles naturales, pinturas sin solventes e iluminación LED. Pero la verdadera sostenibilidad empieza desde el proyecto: orientar bien la vivienda, aprovechar la luz y la ventilación natural, usar materiales locales”, explica. Y concluye: “Creo en lo sostenible como lo cercano, lo posible, lo lógico. No se trata solo de materiales, sino de crear espacios que duren en el tiempo y puedan transformarse sin agotarse”.
Tendencias y mirada futura
Más que modas, Carossio prefiere hablar de atemporalidad y confort sensorial. “Materiales nobles, líneas suaves, curvas sutiles. La rigidez da paso a formas orgánicas. Lo imperfecto, como el lino arrugado, la lana tejida a mano, cobra valor porque transmite lo humano”, sostiene.
El living también amplía sus fronteras: se integra con la cocina, el comedor y los espacios exteriores. “Los límites se desdibujan: la cocina, el comedor y el estar conviven en continuidad, con paneles móviles o grandes aberturas que conectan con patios, balcones o terrazas”, comenta.
Al proyectar hacia adelante este sector del hogar, imagina un espacio donde convivan tecnología y sensibilidad artesanal. “El living del futuro será flexible, tecnológico y humano a la vez. Flexible, para adaptarse a distintas formas de vivir; tecnológico, para mejorar el confort; y artesanal, con materiales reales, obras de arte y objetos afectivos. El verdadero lujo será habitar un espacio que nos representa y nos contiene”.
