El mundo de las sospechas

Después de un inicio tranquilo, en los momentos "calientes" de la copa aparecieron las polémicas y el descreimiento de que el juego se resuelve solo dentro de la cacha y en 90 minutos.
La Copa América terminó de la manera menos soñada. En
realidad no muy distinta a cualquiera de las competiciones que organiza
Conmebol en este último tiempo, ya sea de equipo o selecciones. La corrupción
ha manchado tanto al fútbol, que se sospecha de todo. El claro reflejo de esto, es que en cada aparición del
presidente Alejandro Domínguez, aún aquí en Brasil (supuestamente el
beneficiado esta vez), el público lo reprueba y le hace saber su descontento,
como pasó este domingo en el Maracaná. La copa venía bien en la fase de grupos. Más allá de
algunas pariciones del VAR en aspectos puntuales, que generaban críticas más
que sospechas, todo era normal y nadie ponía en tela de juicio el desarrollo
del torneo. Pero en los cuarto de final, en el partido entre Chile y
Uruguay, donde la "Celeste" fue claramente perjudicado aparecieron las primeras
voces. Es que a priori, el equipo uruguayo era el único que podía poner en
peligro la consagración del dueño de casa. Todo se terminó de oscurecer en el duelo de semifinales
entre Brasil y Argentina, donde nuestra selección fue despojada de la
posibilidad de ganar y las declaraciones de Messi encendieron la mecha. Ya el fútbol sudamericano volvió a ser lo mismo de
siempre. Quejas, lamentos, fallos dudosos y muchas sospechas. El revuelo que se
generó fue por el "10" argentino. Su palabra es muy "pesada" como para no
tenerla en cuenta. Encima, en el duelo por el tercer lugar, Messi fue
injustamente expulsado, volvió a tirar con munición gruesa, habló de corrupción
y eso provocó incluso que la entidad madre del fútbol sudamericano emita un
comunicado, tan poco creíble como su gestión. Como terminó el torneo, con Brasil campeón y con el
último gol convertido también con polémica. La frutilla del postre. Pero acá
todo se va haciendo normal. Habrá que ver si hay solución pensando en lo que
viene, mientras tanto, estamos en el mundo de las sospechas.