El monumento de Juana Azurduy invita a repensar el pasado y su traslado, el presente
Recordamos esta nota, publicada en nuestro diario tiempo atrás, a Andrés Zerneri, escultor de la obra.
Por Juamps Lídiam
Por disposición de la Legislatura Porteña, el monumento a Juana Azurduy será trasladado a la Plaza del Correo, frente al Centro Cultural Kirchner (CCK). El mismo había sido ubicado el 15 de julio de 2015, detrás de la Casa Rosada, en reemplazo de la estatua de Cristóbal Colón, durante el último gobierno de Cristina Kirchner.
Juana es emblema de los pueblos originarios y de la lucha de la mujer, por ello el desplazamiento de su monumento no puede -no debe- tomarse como un hecho arbitrario. Recordar esta nota a Andrés Zerneri, escultor de la obra, invita a no olvidar el porqué.
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El pasado miércoles la presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto a su par boliviano, Evo Morales, inauguró el monumento de Juana Azurduy. Se trata, ni más ni menos, que de la escultura de bronce más grande del país, que reemplazó a la estatua de Cristóbal Colón, generando no pocas controversias al respecto.
El escultor de la obra Andrés Zerneri con sus palabras invita a reflexionar sobre los héroes de antaño y su lugar en la actualidad.
"Buenos Aires siempre se jactó de ser una ciudad totalmente europea, hoy está abriendo los ojos, un poquito, a su latinoamericanidad", afirma no sin un dejo de crítica.
Las esculturas dotan de significado al espacio, no se tratan de meros artificios de piedra o metal. En nuestro cotidiano deambular nos topamos con espacios que forman parte de la identidad cultural de la ciudad en que vivimos, sin embargo en pocas ocasiones nos detenemos a pensar qué elementos forman parte de los mismos. El espacio público debe pensarse como un espacio de resignificaciones, aun cuando ciertos momentos históricos sean más (o menos) proclives a permitirlo.
Los monumentos, como lo afirma Zerneri, "no son algo inocente y estático". Deben pensarse como parte de un escenario en el que afloran producciones hechas por el hombre, incorporadas con una intención determinada a la historia de una ciudad.
El aval de la trayectoria
Evo necesitaba un escultor para la obra y el nombre de Andrés Zerneri no tardaría en aparecer. "Hace tres años, el presidente de Bolivia, a través de su embajadora en nuestro país, buscaba referencias de algún escultor que hiciera esculturas grandes y en bronce (que era el material a utilizar para el homenaje a Juana Azurduy) como donación del pueblo de Bolivia al pueblo argentino, y en esa búsqueda dieron con mi nombre".
"La embajadora le dio referencias mías por dos razones: en primer término, por contar con experiencia en obras de gran tamaño que requieren trabajos de logística e ingeniería, y segundo término, por haber realizado el primer monumento de bronce al Che Guevara (emplazado en Rosario) , que se hizo con donaciones de llaves de parte de mucha gente; y también por una obra que ya lleva 5 años de trabajo: el monumento a la Mujer Originaria, una escultura de 10 metros de altura-uno más que el de Juana Azurduy-", comenta Zerneri y agrega: "La concatenación en términos políticos de la obra del Che influyó para que pudiera realizar el monumento a Juana Azurduy".
Repensar los monumentos y la polémica por la escultura de Colón
Qué mejor que un escultor para expresar su opinión sobre la necesidad de repensar las esculturas y su significación en los espacios públicos. Zerneri no apunta a medias tintas: "Los monumentos no son algo inocente y estático. Con la controversia generada por el traslado del monumento a (Cristóbal) Colón, nos hemos dado cuenta de que sigue siendo un medio de comunicación y es un lenguaje muy vigente, a pesar de que esos monumentos se instalaron hace 100 años (como también el del General Roca)".
"El monumento sigue manteniendo un status muy importante en el espacio público del que todos somos dueños, al punto de que todos sentimos que podemos opinar en igual jerarquía. Es muy bueno que eso suceda", afirma el escultor.
"Asimismo, tenemos el derecho a decir si queremos seguir sosteniendo esos discursos que se dijeron cuando se inauguró el monumento a Colón, cuando nos decían que había que agradecer la llegada de los colonos por la cultura, porque pensábamos que no teníamos otra".
"Nos hemos ido enterando de nuestras propias raíces, de nuestra propia historia, que no se remontan ni a los últimos 200 años cuando hablamos de la Argentina, ni a los 500 años cuando hablamos de 'la raza humana' pisando esta tierra. Colón no fue un genocida, pero todo lo que deviene de su llegada queda como el símbolo de una imposición de una cultura sobre otra y en términos violentos", afirma el escultor.
"No se está destruyendo el monumento a Colón, sino que se lo restaura y traslada a otro lugar y se resignifica su figura, corriéndola de ese eje que comienza con el Congreso de la Nación, la Avenida de Mayo, la Plaza de Mayo, la Casa Rosada en reemplazo de la figura de Juana Azurduy, que tiene más coherencia. Y Colón, como antaño, cuando lo habían inaugurado, estará cerca del río de La Plata otra vez, mirando hacia Europa. Así se va reordenando la ciudad porque también vamos reordenando nuestra propia perspectiva. Buenos Aires que siempre se jactó de ser una ciudad totalmente europea, hoy está abriendo los ojos un poquito a su latinoamericanidad".
La figura de Juana, mucho más que una cuestión de género
Cuando se interroga si la obra tiene una significancia mayor por tratarse de una mujer y la necesidad de reivindicar su lugar en la historia, el escultor aclara: "No se trata de una cuestión de género en particular, sino de una nueva perspectiva que tenemos todos al hablar de nuestros héroes de la independencia, hablar de una mujer no tiene que ver con una cuestión de género sino con una cuestión humana. De complementariedad".
"Es positivo para los varones hoy que podamos entender estas anécdotas que siempre escuchábamos sobre nuestros héroes de la independencia, combatiendo con una espada en la mano y disparando cañones, pero representados en este caso desde una mujer que, ni más ni menos, tenía un bebé en la espalda. Es una buena enseñanza para todos".
"No solo se trata de una reivindicación del pasado, sino un mensaje para el futuro. Contamos con los hombres y con las mujeres y sus valentías, para ir luchando por la independencia", señala Zerneri.
Para poder elaborar la figura a representar en bronce, el artista tuvo que realizar una investigación previa que lo llevó al lugar de las raíces de Juana. "Realicé un viaje a Bolivia para 'buscar' el rostro y la historia de Juana, visité los lugares donde ella estuvo. Tuve encuentros enriquecedores sobre la figura de Juana con Mario Linares, que es el director y custodio de la Casa de la Libertad, una entidad análoga a nuestro Cabildo allá en Sucre, que es un lugar donde hay pertenencias de Juana.
Allá está la primera bandera Argentina, que están custodiando; y fue Linares quien me nutrió de documentos y posibles formas de representar a Juana.
Simbología de la escultura
Una de las cuestiones principales fue establecer qué elementos simbólicos acompañarían a la figura de Juana Azurduy y Zerneri contesta: "En reuniones mostraba yo mis bocetos y recibía sugerencias, de esa forma se fue plasmando la cuestión simbólica. Se acordó que estuvieran los cinco hijos de Juana en el monumento, aunque ella nunca pudo ver a sus cinco hijos juntos porque al nacer la quinta hija, sus cuatro hijos ya habían muerto, pero en este monumento están representados todos".
"Por otro lado, Juana tiene la espada en la mano izquierda, aunque ella era diestra, la intención era sacarle el registro bélico a esa imagen, ya que si bien Juana ha sido un luchadora y ha combatido, el mensaje que se intenta transmitir tiene que ver con una Juana como estímulo moral. Una exhortación a un sentido independentista, más allá de la cuestión bélica", sostiene el escultor.
Un trabajo de tres años
Para poder realizar el monumento se trabajó durante tres años con personal que se iba renovando de acuerdo a las tareas. "Hubo una gran cantidad de episodios muy estresantes respecto a administración de los recursos coordinar, como director tuve que coordinar el trabajo de más o menos 50 personas, debido a que se trata de la escultura más grande existente en nuestro país, hasta que se inaugure el monumento de la Mujer Originaria. Primero, 12 escultores asistentes fueron convocados para poder realizar la escultura, después ese equipo fue reemplazado por quienes hacían la moldería, éstos a su vez por la gente de fundición y se prosiguió con los soldadores. La técnica que se empleó para el monumento se llama fundición a la cera perdida, es un método tan antiguo como el hombre dominando el bronce", sostiene el escultor.
El proyecto con Osvaldo Bayer: la mujer originaria
El escritor e historiador, Osvaldo Bayer, le propuso hace más de cinco años realizar el monumento a la Mujer Originaria. "Será el más grande de todos en bronce y no requirió dinero sino de la donación de llaves de parte de la gente. A este monumento lo deseamos emplazar en el mismo lugar donde ahora está el monumento al general Roca".
"No se trata de un acto destructivo ni vengativo, sino de un monumento que nos permita hacer, o cumplir un ejercicio de reparación de la memoria y es, a su vez, un acto de reivindicación y de apoyo a la resistencia de los pueblos originarios", aduce Zerneri.
"Será una buena oportunidad para que entendamos la diversidad que compone esta familia y este pueblo donde pocos saben que el 62% de la población tiene algún vínculo genético con algún pueblo originario. Y que somos 40 naciones dentro de un mismo país, el cual se hablan 20 lenguas nativas".
El monumento a La mujer originaria se realiza con la donación de todos los argentinos. "Que el material lo haya donado la gente es la forma más legítima de poder emplazar un monumento en el espacio público del que todos somos dueños. No hace con dinero ni con una partida presupuestaria, solo con la voluntad de quienes dan su voto de confianza con una llavecita y con ese voto de confianza también resuelven la cuestión material", argumenta el entrevistado.
"Ya tenemos 9 toneladas y media de las 10 requeridasy desde las 23 provincias argentinas se ha colaborado con llaves. Pequeños gestos hacia la apertura de una grandeza", finalizó el escultor.