El “impeachment” a Tristán Paz Casas
El municipio, por entonces en la esquina de Bv. 9 de Julio y Avellaneda, atravesó meses muy turbulentos entre 1917 y 1918, llegando al punto de quedar "acéfalo". Historias Extraordinarias de San Francisco, capítulo 7: "El castillo de naipes".
Por Manuel Montali | LVSJ
Tristán Paz Casas (radical) había llegado a la intendencia luego de ganar las elecciones del 2 de julio de 1916. Había vencido al demócrata Patricio Cabal Cullen, de larga estirpe santafesina, emparentado con los Iturraspe y nieto de Patricio Cullen, el exgobernador santafesino que había fallecido en el levantamiento contra Servando Bayo en 1877, junto a Francisco Iturraspe (episodio narrado en el capítulo 6 de esta serie).
Con el voto secreto, universal y obligatorio de los ciudadanos varones también asumieron como concejales Marcelino Espinosa, José Caamaño, Fermín Rivoire, Domingo Ferrero, Lorenzo Terlera y Juan Cleland.
El nuevo intendente tomó el mando de la flamante ciudad el 15 de julio, cuando se apaciguaron los festejos del centenario de la Independencia.
No había transcurrido un mes cuando, el 12 de agosto, el mandatario presentó la renuncia por motivos desconocidos. La misma no fue aceptada, por lo que debió continuar en el cargo.
El año siguiente, 1917, fue un año en donde llegaron los vientos de la lucha obrera. La ciudad, con industrias prósperas, vivía el calor de la época, y septiembre fue epicentro de una larga y trágica huelga ferroviaria.
Poco antes, en julio, se habían movido piezas dentro del Concejo: asumieron Félix Monteggio, Mario Basile y Victoriano Baltar en reemplazo de Camaño y Rivoire -que habían terminado sus funciones-, y de Espinosa, que renunció. Luego, por no haberse aceptado el diploma de Baltar y dimitir también Terlera, se incorporaron Damián Martínez y Carlos Bertoa.
Una gestión carente de paz
Tristán Paz Casas tuvo medidas destacadas como la creación de la actual Escuela "Domingo F. Sarmiento" e intervenir con la producción de pan desde el municipio para mantener bajo el precio, a la par de otras que hoy serían muy cuestionadas, como el envenenamiento masivo de perros callejeros al detectarse un caso de rabia (episodio 5 de esta serie), que igual en dicho contexto no tuvo oposición por estar la ciudad afectada luego del paso del cólera, la peste bubónica, tuberculosis y diversas enfermedades generadas principalmente por la falta de agua potable, lo que redundaba en que uno de cada dos niños no superara los 5 años.
La oposición al intendente llegó desde otro flanco. En 1916 se había inaugurado el Hospital "J. B. Iturraspe", por impulso principal de la viuda del fundador, Dominga Cullen, tía justamente del rival de Paz Casas en las elecciones de ese año.
Tal como está documentado en el primer volúmen de "Los 130 años de San Francisco" y en el libro de "Los 100 años de San Francisco" del Centro de Estudios Históricos, el 7 de diciembre de 1917, el Concejo Deliberante presidido por el fotógrafo inglés Juan Cleland le reclamó al intendente la falta del pago del subsidio al Hospital y a su director, el Dr. Enrique Carrá (uno de los grandes referentes locales, sobre todo luego de su contribución para superar la peste bubónica, narrada en el episodio 1 de esta serie). Le solicitaron en consecuencia la presentación del presupuesto 1918.
El 12 de diciembre, todavía sin novedades en materia de pagos y de presupuesto, el Concejo entró en pie de guerra y se declaró en sesión permanente. El intendente respondió excusándose en las dificultades administrativas y de efectivización de ciertos impuestos. Señaló asimismo que Carrá no había hecho "esfuerzos" por cobrar y que el Hospital estaba bien cuidado merced a las subvenciones provinciales y nacionales, por lo que la falta de la contribución municipal no podía afectarlo "mayormente". La réplica del Concejo fue suspender al intendente por 30 días. Su presidente fue quien asumió interinamente en el edificio municipal, por entonces en la esquina de Bv. 9 de Julio y Avellaneda.
Al día siguiente, Paz Casas fue a trabajar con normalidad, sin acatar esta resolución, asegurando que el Concejo se hallaba "fuera de la ley" para tomarla. Y pidió respaldo policial al gobernador Julio Borda. Pero Cleland fue más rápido y evitó la burocracia política, ordenándole directamente a la fuerza pública que tomara el municipio, lo cual fue obedecido y concretado el mismo día.
Otras acusaciones y exoneración
La gobernación envió un comisionado, que actuó entre el 15 y 17 de diciembre, buscando lograr un acuerdo con la oposición para la restitución de Paz Casas. En ese interín, la Comisión de Hacienda agregó más pimienta al caldo, acusando al suspendido mandatario de haber incurrido en gastos no autorizados, pagos particulares con dinero público, sustracción de alfalfa y afrecho del corralón, entre otras irregularidades. Por ende, la propuesta del comisionado no fue aceptada.
En su sesión del 27 de diciembre, los concejales que se encontraban presentes, Félix Monteggio, Germán Dotti, Domingo Ferrero y Mario Basile, resolvieron finalmente destituir al intendente.
El 30 de diciembre se publicó un folleto con el informe de la Comisión de Hacienda, titulado "La exoneración del intendente municipal", del cual este medio se hizo eco, criticando la falta de pruebas sobre las acusaciones contra el mandatario, así como condenando el accionar del Concejo Deliberante. El castillo de naipes de Paz Casas igual ya había sido demolido.
El 5 de enero de 1918 fue formalmente destituido el intendente y el 3 de febrero fue elegido una vez más José Devoto, quien ya había gobernado en dos períodos de la década anterior y prosiguió con su propósito de dar agua potable a la localidad.
Acefalía local y regreso posterior de Paz Casas
El gobierno local siguió atravesando meses turbulentos. Se llegó al punto de que, el 7 de julio, solo votó el 10% de los empadronados para reemplazar cuatro bancas en el Concejo. Se convocó a nuevas elecciones para el 25 de agosto, pero no se pudieron concretar por renunciar tanto el intendente como los otros dos concejales que permanecían en sus cargos. El 17 de agosto de 1918, el gobierno de Córdoba decretó acéfala la municipalidad y se nombró una comisión administradora integrada por el mismo "bombero" José Devoto como presidente, junto a Arturo Masjoan como secretario, Carlos J. Amuchástegui como tesorero, y Ernesto Grosso y Carlos Bertello como vocales.
Por su parte, Paz Casas pudo seguir haciendo carrera a nivel público, y llegó a ocupar cargos de jerarquía a nivel legislativo, en el Banco de la Provincia de Córdoba y en la policía provincial. Justamente, al frente de esta última institución, en los festejos por el cincuentenario de San Francisco, volvió al "castillo de naipes" de la ciudad que lo había destituido.