El impacto de 501 kilos de droga

Definitivamente, San Francisco es una ruta obligada para el paso de la marihuana procedente de Paraguay hacia grandes centros urbanos del centro del país. Y, a la vez, es un "mercado" atractivo para narcos que se benefician del consumo local.
Los 501 kilos de ladrillos de marihuana secuestrados el 3 de enero en el ingreso a nuestra ciudad se convirtieron en uno de los acontecimientos noticiosos más relevantes del verano. Como publicó LA VOZ DE SAN JUSTO, la media tonelada de marihuana sería la mayor cantidad de esa droga que decomisada en un procedimiento policial en nuestra región y quizás en la provincia de Córdoba. Es que supera el recordado episodio de los 425 kilos que aparecieron en un campo lindero al Aero Club San Francisco el 26 de agosto de 1999, en lo que se denominó operativo "Lluvia Verde".
También es mayor que la hallada en un depósito cercano a la ciudad de Río Cuarto el 25 de abril de 2002 y a la decomisada en septiembre de 2013 en inmediaciones de la localidad de Obispo Trejo cuando se detuvo a seis narcotraficantes y se secuestraron vehículos, una avioneta Cesna, combustible para alimentar la aeronave y una millonaria suma de dinero.
Estos datos que recuerdan procedimientos exitosos en la provincia remiten a una problemática compleja que tiene facetas difíciles de describir e intrincadas sendas que conducen, muchas veces, a ninguna parte. Es que no siempre las investigaciones llegan a buen puerto, pese a que la difusión de los sucesos en los que se hallan cargamentos de droga de tanta magnitud y se detiene a muchas personas hace presumir que se está, en muchos casos, bien cerca de desarticular las bandas que trafican.
El caso de los 501 secuestrados días atrás tiene, además, aristas algo sorprendentes. A prima facie no puede comprenderse lo que podría calificarse como conducta torpe de los delincuentes que viajaban con tanta cantidad de droga por rutas troncales donde siempre existe la posibilidad de encontrarse con un control policial como el que quisieron eludir en el ingreso a San Francisco. Además, viajaban en vehículos supuestamente robados y con cartulinas en los vidrios.
Imposible no despertar sospechas frente a esta descripción. Dudas de la ineptitud de quienes transportaban la droga. O podrían existir también recelos por la insólita manera en la que cayeron detenidos. Algo así como un metamensaje hacia destinatarios imposibles de identificar para el ciudadano común que observa con estupor cómo la marihuana y otras drogas pasean, varias veces impunes, por los caminos y rutas de esta región.
Todavía digiriendo el impacto producido por el decomiso de media tonelada de droga es hora de comprender que, definitivamente, San Francisco es una ruta obligada para el paso de la marihuana procedente de Paraguay hacia grandes centros urbanos del centro del país. Pero que, a la vez, es un "mercado" atractivo para narcos que se benefician del consumo local. Minimizar las consecuencias de esta situación es la peor actitud. En el combate contra el narcotráfico se ganan batallas, algunas con repercusiones mediáticas importantes como la que permitió hallar los 500 kilos de marihuana. Pero, a la larga, la sensación es de derrota frente al poderío de estas bandas criminales.