El Hospital Iturraspe abrió una residencia para madres con bebés prematuros
Desde junio funciona una de las tres residencias del interior provincial para mujeres con hijos internados tras el parto Cuenta con cocina, camas, baño y televisor. Un espacio que cubre la demanda de más casos de nacimientos antes de término y acompaña la evolución de la Neonatología, que ahora es de mayor complejidad. En exclusiva, LA VOZ DE SAN JUSTO muestra el flamante hogar y cuanta las historias de Florencia Tissera y Silvia Núñez, que pueden transitar acompañadas este difícil momento, que es aprendizaje y milagro de vida.
En la flamante residencia para madres que tienen a sus bebés internados en Neonatología del Hospital"J.B. Iturraspe", las historias se entremezclan con las tareas diarias, hay conversaciones, miedos, alegrías y esperanza.
Ser mamá de Neo no es fácil. Lo primero que se enfrenta es el vacío de no tener al bebé en brazos, la angustia de saber que no está bien, porque nació antes de tiempo, o tiene alguna enfermedad y que necesita atención en una incubadora de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.
A eso se suman la incertidumbre, el desarraigo - muchas son mujeres que viven en otras localidades de la zona y se separan de sus familiares e incluso de sus otros hijos- y la espera parece interminable.
La contención y el acompañamiento de la madre y la familia en esa situación son fundamentales para ayudarla a transitar el tiempo de internación hasta la llegada del alta.
El Hospital Iturraspe ofreció durante mucho tiempo un espacio de alojamiento en una de las habitaciones del servicio de Maternidad, pero ahora, tras la importante remodelación en sus instalaciones, cuenta con una residencia en su interior que se encuentra a metros de la Neo, posibilitando la permanencia continuada de las madres de los recién nacidos prematuros o enfermos junto a sus pequeños internados.
El derecho a estar acompañados
Hoy 17 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Niño Prematuro, cerrando una semana de actividades en el marco de una campaña que desde hace 10 años promueve los derechos de los bebés nacidos antes de término y moviliza a los equipos de salud y a la sociedad en general para garantizar su protección y cumplimiento.
Este año se hace hincapié en los diez derechos esenciales que constituyen el Decálogo del Prematuro (más abajo). Entre ellos, se encuentra el derecho a nacer y ser atendidos en lugares adecuados y estar acompañados por su familia todo el tiempo.
La residencia para madres justamente es un eslabón que posibilita el cumplimiento de esos derechos y se enmarca en la recategorización de la neonatología, siendo también un requisito del Programa de Maternidades Seguras y Centradas en la Familia.
Desde que se habilitó a fines de junio -aún no fue inaugurado oficialmente-, este espacio -que es un pequeño departamento- albergó a 44 mujeres de los departamentos San Justo de Córdoba y Castellanos de la provincia de Santa Fe ofreciendo vivienda, cama, baño y alimentación, además de información sobre salud, prevención e integrarlas como grupo que está atravesando un problema en común.
Historias puertas adentro
Este hogar para las mamás cuenta con dos habitaciones con baño, cocina, equipados, comedor, siete camas, televisión y todo lo necesario para pasar los días y las noches que dure la internación.
Está ubicado a metros de la Neo y no implica ningún gasto, ya que las madres alojadas reciben gratuitamente las cuatro comidas y cuentan con servicio de limpieza.
Florencia Tissera es de barrio La Milka, tiene 21 años y tuvo a Benicio hace poco más de una semana, quien fue internado por un problema de salud. El hecho de estar a pocos pasos de la Neonatología la tranquiliza.
Aunque las mamás y papás pueden entrar en el momento que deseen, cada tres horas, Flor se prepara para encontrarse con su pequeño y disfrutar de la oportunidad de tenerlo en brazos, cambiarle los pañales y amamantarlo.
Florencia en la residencia, mates de por medio se comparten muchas historias
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, Florencia contó cómo es un día en la residencia. "Salgo de la Neo, vengo a la residencia y puedo descansar, distraerme un poco con el tele, conversar con otras mamás. Tomamos mates juntas y nos apoyamos. Me siento acompañada por otras mamás y también por los médicos y enfermeras. Son todos muy buenos, nunca me dejan sola".
"Además recibimos la visita de las Madres Cangurito que vienen a acompañarnos, me hace sentir bien poder hablar con alguien que también pasó por lo mismo", destacó.
Fuerza y paciencia
Silvina Núñez es de Las Varillas y espera que su bebé Gerónimo se recupere de un problema respiratorio. "Todos los días me levanto para darleánimo, para que salga adelante. Lo primero que hago es higienizarme, le cambio el pañal, le mido la fiebre, le doy mi leche primero por sonda y después con mamadera. Es un proceso lento, hay que tener paciencia, pero sé que va a salir adelante".
Silvina en la Neo, la oportunidad de estar cerca de su bebé y darle fuerza para salir adelante
"En la residencia nos atienden muy bien, estamos contenidas y acompañadas", resaltó Silvina mientras se preparaba para volver a entrar a acariciar a su pequeño y darle todas las fuerzas para volver a casa.
Hacia una maternidad centrada en la familia
Las licenciadas en Trabajo Social Marianella Grasso y Carla Ghisolfi son referentes de la residencia para madres que fue un paso más en la recategorización de la Neonatología del Hospital que ya es de nivel 3 A, lo que implica internaciones de mayor complejidad.
En este espacio, las madres tienen diversas actividades, se realiza asesoría sobre distintos temas como salud sexual reproductiva y no reproductiva, infecciones de transmisión sexual, también hacen gimnasia pos parto con profesionales de kinesiología, además de trabajar y fomentar junto al personal de enfermería la lactancia materna.
Además, cuentan con el asesoramiento para la inscripción de su bebé en la flamante oficina del Registro Civil que se instaló en el Iturraspe.
"Es un paso más en maternidades seguras y centradas en la familia. Tenemos muchos proyectos y actividades, esto recién está comenzando y esta capacidad edilicia hace que podamos pensarnos de otra manera. Cuando se van de la residencia, las mamás hacen una evaluación sobre cómo fue su atención y hasta nos dejan sugerencias que se presentan en el Ministerio de Salud para poder hacer los cambios necesarios", aseguró Grasso.
Este nuevo espacio apunta a una maternidad más segura y centrada en la familia.
Las madres se pueden quedar en el Hospital, la idea es que cuenten con un lugar donde dormir, comer, que se puedan bañar, es un alojamiento que además prevé otras actividades."Lo más importante es que al estar dentro del edificio, les permite estar cerca de su bebé durante la internación, pueden ir y volver a la Neo en cualquier momento y estar cómodas, poder descansar porque eso es fundamental en el binomio madre-hijo", destacó.
También posibilita que puedan transitar lo mejor posible el posparto, hay mamás que se recuperan enseguida, otras no, otras están internadas en terapia intensiva, otras son de afuera y están lejos de la familia.
Se destina principalmente a madres que viven en la zona, porque el Hospital es regional y abarca abarca todo el departamento San Justo sumado a la provincia de Santa Fe, Frontera, Acapulco y demás localidades.
"Los costos de transporte son altos y es muy difícil movilizarse para las madres. Es un servicio que hace años que viene brindando el Hospital pero ahora con más comodidad", dijo.
Para todas las mujeres
La residencia no es solamente para madres sino para mujeres. La trabajadora social explicó que no solamente es para las mamás embarazadas o que han tenido su bebé,"sino para toda mujer que tenga alguna complicación de salud, que viva lejos y necesite controles diarios, su estadía se evalúa con el equipo de salud".
Voluntarios
Entre las actividades de la residencia, el acompañamiento es primordial. Actualmente trabaja activamente el grupo de"Madres Cangurito", conformado por mamás que pasaron por la experiencia de la Neonatología y realizan acompañamiento desde la misma vivencia.
Grasso explicó que según establecen las maternidades seguras y centradas en la familia, "los voluntarios tienen que seguir la misma línea que los agentes de salud y tienen que estar capacitados. Por eso, con este grupo de mamás trabajamos en un curso de lactancia virtual de Unicef y se hacen reuniones con los agentes de salud".
Ahora las mamás puedan estar más cerca de
la Neonatología, todo el tiempo que demande el crecimiento y cuidado de su hijo
También está trabajando el Grupo Lucía que entrega pañales y elementos de limpieza. "La tarea de este grupo es muy importante aunque no tienen tanta interacción con las mamás como el grupo de las Madres Cangurito", afirmó la licenciada.
Otros hospitales que tienen"casas"
El Iturraspe es uno de los tres hospitales del interior que cuentan con residencias para madres, junto al "San Antonio de Padua" de Río Cuarto y el "Dr. Louis Pasteur" de Villa María. La diferencia es que en nuestra ciudad, el Hospital es el único que tiene la residencia ubicada en el interior de sus instalaciones.
En Villa María se destina una habitación en el hospital para las madres de la Neo y en Río Cuarto la residencia está separada del centro asistencial. En la ciudad de Córdoba cuentan con residencia la Maternidad Provincial, Hospital Misericordia y el Hospital Neonatal.
Hay que tener entre los brazos un bebé de 1,300 kilogramos, diminuto, para comprender la dimensión de la palabra "pequeño".
Ser mamá prematura es un aprendizaje
Por Isabel Fernández | LVSJ
A través de mi tarea periodística, me tocó contar muchas veces historias de otras mamás. Hoy en el Día del Prematuro y defendiendo los diez derechos del Decálogo de Unicef, quiero contar mi paso por la neonatología.
Fueron cuarenta días y cuarenta noches de espera en aquella primavera de 1998. Era mamá primeriza y mi hija Inés llegó al mundo mucho antes de la fecha de parto, a las 34 semanas de gestación y con un peso de 1,300 kg.
Llegó forzada a través de una cesárea por la urgencia de la hipertensión que puso en peligro su vida y la mía. Todo ocurrió en poco tiempo, la cesárea y el dolor de no poder escuchar su llanto y tenerla en brazos. Por el bajo peso y su condición de prematura fue derivada a una clínica privada de la ciudad de Córdoba.
Entré a la neonatología tres días después del nacimiento apurado de mi hija, la había conocido a través de una foto que a su tía y su papá les permitieron sacar y que me llevaron a la clínica.
Cuando la vi en la incubadora, llena de cables, canalizada, rodeada de aparatos que hacían ruido y vestida solo con un pañal que por su pequeño tamaño le quedaba grande, el mundo se me vino abajo.
Sentí miedo, mucho miedo... también culpa y enseguida la incertidumbre se instaló en mi mente.¿Por qué me pasó esto?¿Qué será de mi bebé? En medio de todos esos sentimientos, una mano cálida se apoyó en mi hombro:"Pini,¡tuviste una Pinita!", me dijeron. Cuando me di vuelta, me encontré con un compañero de la secundaria, transformado en pediatra, y sentí alivio.
En ese espacio desconocido, el equipo de médicos -incluido mi querido compañero- y enfermeras se convirtió no solo en la atención profesional, sino también en la contención, el consuelo y la enseñanza.
Ellos, junto a las otras mamás que compartían conmigo la misma experiencia, me acompañaron a transitar los días junto a mi pequeña en la incubadora. En ese lugar no había una residencia, cuando salía de la neo, -después de los dos horarios en los que me permitían entrar- me encontraba con la sala de espera.
A mi beba la pude tener en mis brazos recién a los quince días -por un ratito, luego volvió a su incubadora- y fue un momento maravilloso, respetado por todos, en ese lugar en el compartíamos alegrías y decepciones."Cada bebé es una cajita de sorpresas, esto es el día a día, me decían.
Ser mamá prematura es aprender... no solo términos médicos, técnicas de higiene o de amamantamiento. En la neo aprendí que no todo es perfecto o programado, que la vida es muy valiosa, es un milagro.
Aprendí a ser valiente: la primera que me enseñó eso fue mi hija, que luchó con todas sus fuerzas para crecer y salir adelante.
Que con las madres que pasamos por lo mismo nos podemos ayudar, acompañar y que compartimos algo en común: nos convertimos en guerreras que no bajan los brazos.
Pude saber más de números -aunque nunca me llevé bien con ellos- me convertí en una experta en conocer medidas de leche y gramos de peso.
También a valorar y celebrar las pequeñas cosas: que te digan aumentó 10 gramos al final del día era todo un logro, aunque falte mucho para el peso aconsejado para el alta. Aprendí que el apoyo de la familia es fundamental, siempre estuvo presente a pesar de la distancia por la internación en otra ciudad.
El paso por la neo fue difícil, pero fue un tiempo de aprendizaje que hoy me permite ayudar a otras mamás que pasan por la misma situación en el Hospital desde el grupo"Madres Cangurito".
Hoy, mi prematura ya es una mujer de 21 años, sana, libre, una estudiante universitaria llena de sueños y proyectos. Todos los días agradezco a Dios por su vida y celebro la tarea los profesionales de la salud.
Diez derechos
Se considera que un bebé es prematuro cuando nace antes de haberse completado 37 semanas de gestación. Los prematuros y sus familias tienen derecho a:
1- Prevenir la prematurez -en casos en que esto sea posible-, por medio del control del embarazo al que tienen derecho todas las personas gestantes.
2- Nacer y a ser atendidos en lugares adecuados.
3- Recibir atención acorde a sus necesidades, considerando sus semanas de gestación, su peso al nacer y sus características individuales.
4- Recibir cuidados de enfermerías de alta calidad, orientados a proteger su desarrollo y centradas en la familia.
5- Ser alimentados con leche materna.
6- A la prevención de la ceguera por retinopatía del prematuro (ROP).
7- Acceder, luego del alta neonatal, a programas especiales de seguimiento.
8- La familia de un bebé prematuro tiene derecho a la información y participación en las decisiones sobre su salud a lo largo de toda su atención neonatal y pediátrica.
9- Ser acompañados por su familia todo el tiempo.
10- La integración social, al igual que las personas que nacen a término.