El grupo Esperanza Viva lucha para prevenir el flagelo de la drogadicción
El programa de recuperación que implementa la Fazenda tiene una duración de 12 meses y está basado en tres pilares.
La Fazenda de la Esperanza es una comunidad sin fines de lucro que recibe a jóvenes que desean recuperarse de la dependencia de las drogas, el alcohol y otros vicios.
El programa de recuperación que implementa la Fazenda tiene una duración de 12 meses, basado en tres pilares fundamentales tales como el trabajo, la convivencia y la espiritualidad como ejes para encarar una vida nueva luego del oscuro mundo de las adicciones.
En nuestra ciudad, desde hace casi 4 años el grupo "Esperanza Viva de San Francisco" desarrolla una intensa tarea en la recuperación de personas que tienen dependencias de drogas y otras sustancias, en estrecha colaboración con Fazenda de la Esperanza a partir de la realización de reuniones semanales que tienen lugar en Casa Diocesana.
Para ello, en los últimos días un grupo de voluntarios de Fazenda de la Esperanza recorrieron nuestra ciudad y localidades de la región brindando charlas dirigidas a adolescentes para alertarlos acerca del riesgo que implica el consumo de drogas.
LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con Lucía Baggio, Cecilia Galli, María Couto, Carla Petronetto, Daiana Colman y Juan Quaglia quienes brindaron detalles acerca de las actividades que se desarrollan en nuestra ciudad.
Lucía Baggio explicó que "a San Francisco llegaron María Couto y Carla Petronetto, provenientes de Brasil, y Daiana Colman de Formosa, en su carácter de 'embajadores de la esperanza' tal como en su momento el Papa Benedicto XVI los nombró junto a nuestros jóvenes que están en San Francisco como Cecilia Galli y Juan Quaglia, para brindar charlas en los colegios a jóvenes y adolescentes sobre el riesgo del consumo de sustancias".
"Cada miércoles, a partir de las 21, nos reunimos en Casa Diocesana para brindar un acompañamiento espiritual como también llevamos a cabo reuniones con los jóvenes. Al margen de eso somos puentes para llegar a la Fazenda de la Esperanza", indicó Lucía Baggio.
Escuchar y orientar
Consultada sobre la manera en que alguna persona que requiera de la asistencia del grupo pueda recibir la ayuda que ellos brindan, Lucía comentó que "estamos dispuestos a escucharlos, prestarles atención, respeto y orientarlos hacia lo que les conviene dentro de las comunidades terapéuticas conformadas por la fazenda masculina, cuyo lugar más cercano está en Deán Funes y la femenina está en Villa Quilino y en Providencia, Santa Fe. De todas maneras hay comunidades en Corrientes, Salta, Tucumán, Formosa, Buenos Aires y La Rioja".
Como embajadora de la esperanza, María Couto explicó que "llegamos el miércoles a San Francisco para llevar a cabo la divulgación de la Fazenda y mostrar nuestro carisma que le aporte esperanza a las familias que atraviesan por el flagelo de la drogadicción. Esta es nuestra misión, como embajadores de la esperanza. Yo me recuperé en la fazenda en 2011 y fui quedando allí gracias a otras familias. Así como mi familia fue ayudada, yo sentí en mi corazón que podía donar un poco de ese amor y hoy soy muy feliz en la fazenda".
Además indicó que con las diferentes charlas "estamos haciendo un trabajo de prevención en las escuelas para que los jóvenes no tomen el camino de la droga" tras lo cual dijo que "las adicciones a las drogas es un flagelo mundial y cada vez se muestra con más fuerza. Por eso es importante fomentar el trabajo que se hace en instituciones como la Fazenda de la Esperanza. Los jóvenes tienen mucha curiosidad sobre nuestras historias porque saben que la droga está cada vez más cerca de ellos".