El drama de alquilar no tiene fin: la oferta es muy escasa
Un sector en crisis que necesita medidas urgentes. La Ley de Alquileres, todavía vigente, retrajo la oferta e incrementó los precios. En San Francisco piden no hablar de "una guerra entre inquilinos y propietarios o inmobiliarias", sino del problema de fondo: el déficit habitacional.
La crisis inmobiliaria en nuestra ciudad y en todo el país no es novedosa, persiste desde hace varios años y sin importar el nivel poblacional, en la Argentina nunca se pudo dar una solución viable a la problemática.
Gastón Funes, referente de la agrupación Inquilinos San Francisco, manifestó que la situación es crítica y que la Ley de Alquileres -todavía vigente, aunque se debaten cambios- terminó perjudicando a la parte más débil del eslabón en este tipo de contratos.
Los aumentos, al estar sujetos a la inflación, generan un gran perjuicio en los inquilinos, sobre todo teniendo en cuenta que los salarios vienen desfasados frente a la suba de precios.
"Hoy los alquileres aumentan, mínimo, entre un 50 y un 60 por ciento. Si se contempla, además, el sueldo de los trabajadores, no existe ningún caso de ningún ámbito que un trabajador haya conseguido un aumento con esos valores. El que lo consiguió o estuvo cerca, lo obtiene de manera escalonada", precisó Funes a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Como vocero de los autoconvocados, Funes remarcó que más allá de encontrar acuerdos entre inquilinos, propietarios e inmobiliarias, se necesitan políticas públicas que fomenten el acceso a la vivienda. "No solamente es el problema de los precios, sino también el déficit de viviendas", subrayó.
Con poca oferta -porque cayó drásticamente desde que se sancionó la ley en 2020- y precios por las nubes, se consolida algunas tendencias: muchos inquilinos jóvenes debieron volver a vivir con sus padres o las llamadas "casas compartidas" con familiares o amigos, pporque tuvieron que rescindir los contratos de alquiler de sus viviendas o departamentos. Esto "cada vez se hace más común, está sucediendo mucho, cuando debería ser todo lo contrario. Tenemos un Estado que está ausente. Pasa en todo sentido, es una crisis que nos afecta en todas las áreas, en alquileres, en alimentos, en nuestra vida cotidiana. Cada vez perdemos más nuestro poder adquisitivo", insistió Funes.
Y sostuvo que con las condiciones económicas de la Argentina, "no se debe hablar de una guerra entre inquilinos y propietarios o inmobiliarias", porque todas las partes se ven afectadas.
Para cerrar, más allá de los reclamos sobre leyes "más realistas" respecto a los alquileres, desde la agrupación de inquilinos manifiestan que es urgente que el Estado se haga presente y fije políticas que fomenten el acceso a la vivienda para frenar esta problemática que repercute directamente en quienes no poseen un hogar.