Análisis
El dilema de la “avenida del medio”
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La persistente polarización argentina volvió a clausurar la “avenida del medio”. La experiencia de las últimas elecciones confirma que, sin un anclaje emocional capaz de competir con los polos, las alternativas moderadas siguen sin terreno fértil.
Por Fernando Quaglia | LVSJ
¿Puede prosperar una opción política moderada en una Argentina partida en dos?
En su análisis de los resultados de la elección del 26 de octubre, el prestigioso politólogo Andrés Malamud, expresó que “la división histórica entre peronismo y no peronismo sigue estructurando la sociología electoral del país”. Agregó que esta lógica tiene raíces profundas: “El peronismo va cambiando de piel con la década y con la identidad del líder, a veces de derecha como (Carlos) Menem, a veces de izquierda como Cristina (Kirchner). El no peronismo también va cambiando de piel, pero también de partido. Lo encarnó primero el radicalismo, después el PRO y ahora La Libertad Avanza. Los votantes son muy parecidos”, sostuvo.
Por ello, Malamud concluyó que persiste la resistencia del electorado a terceras fuerzas. “No hay aquí juicio de valor. Es una descripción de la sociología electoral argentina, que sigue dividiendo al país en dos opciones útiles y piensa que no hay terceros que le sirvan”, explicó.
Este contexto determinó el desempeño electoral de Provincias Unidas, que pretendía posicionarse como alternativa entre los dos polos. Si bien se difundieron interpretaciones para edulcorar el magro resultado, es evidente que no se alcanzaron las expectativas de sus dirigentes principales.
La dinámica de la polarización es ley en la política nacional desde hace décadas. La grieta que empuja a los votantes hacia los extremos obtura la “avenida del medio”. La moderación no consigue fortalecerse en este clima de confrontación entendida como un fenómeno emocional que construye enemigos y relatos. Así, el “voto útil” actúa como un mecanismo disciplinador, puesto que incluso quienes simpatizan con propuestas moderadas, cierran filas con unos de los polos para evitar el triunfo del otro extremo de la grieta.
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Por cierto, el fenómeno no es puramente argentino. En varias otras democracias la racionalidad técnica y la filosofía pluralista se dan de bruces con el fanatismo, la rigidez ideológica y la dinámica del voto útil. Los resultados electorales muestran que las propuestas centristas no han logrado perforar la lógica dominante del anclaje emocional. Malamud y otros especialistas coinciden en que, en las actuales circunstancias, sin una narrativa capaz de activar emociones que -inevitablemente- deberán acercarse a los polos, las propuestas de centro seguirán confinadas a un nicho sin posibilidades reales de triunfo.
Sin terreno fértil
La experiencia de Provincias Unidas y de varias otras agrupaciones que procuraron encontrarse en el centro del espectro ideológico confirma que, en la Argentina actual, lo que se presenta como moderación fracasa por carencia de terreno fértil. Resulta espinoso avanzar por la “avenida del medio” en virtud del clima que la rodea. Un ambiente que demanda épica antes que razonabilidad y que convierte cada elección en una batalla moral y hasta cultural. En ese escenario, cualquier intento moderado es leído como debilidad. En este caso, a los tibios los “vomitan” los electores por imperio de la emocionalidad polarizadora. Además, abundan dirigentes que se presentan como centristas, pero su historia política proviene de alguno de los polos ideológicos. En otros casos, el mensaje confunde más aún puesto que la moderación está teñida de coincidencias con alguno de los extremos, lo que alimenta la desconfianza.
La crisis del peronismo - kirchnerismo y el ocaso de su épica revolucionaria, así como los barquinazos del mileísmo con el caso Libra y las maniobras sospechadas en la Agencia Nacional de Discapacidad asoman, entre otras, podrían reconfigurar en el futuro el mapa de la grieta. Sin embargo, todavía parece distante un escenario en el que gobernar sea algo más que derrotar al adversario - enemigo de turno. En definitiva, hoy no estarían dadas las condiciones para que el dilema de la “avenida del medio” encuentre solución.
