El día que la pandilla de la radio se volvió a reunir

Algunas de las voces históricas que pasaron por el micrófono de AM 1050 Radio San Francisco se encontraron para recordar sus viejas épocas y contar qué significa ser locutor.
Por Ivana Acosta | LVSJ
La radio es magia porque hay una persona al otro lado en un estudio y con un micrófono delante que dice las mismas palabras que cualquiera de nosotros, pero con una tonalidad especial. Sus voces son privilegiadas, cada una tiene una impronta propia y por eso se hacen inolvidables para los oyentes de diferentes épocas.
A lo largo de 50 años,LV27 Radio San Francisco primero, renombrada AM 1050 ha tenido a varias mujeres y hombres en sus estudios entreteniendo e informando a las personas de la ciudad, región y el país. Sus voces, aunque muchos ya no estén trabajando se hacen inconfundibles pese a que no se las escuche seguido.
No es capricho hablar de estos 50 años de vida, es una realidad porque esta fue y es la única radio AM de San Francisco que sostuvo en medio siglo la misma esencia y si eso fue posible es gracias a grandes locutores que celebran hoy su día.
Ellos marcaron tan fuerte los locutores la radiofonía local que cuando ingresaron otra vez al estudio se sentaron al frente del micrófono para recordar algunas cositas que han pasado a lo largo de su trayectoria, porque como bien dice Mirtha Legrand, "el público se renueva" y a los de siempre les hace falta escucharlos.
De la pandilla de conductores que han pasado por la radio LA VOZ DE SAN JUSTOreunió a Ana Badella, Graciela Aimar, Luis Nazzi, Francisco "Pirincho" Camoletto y Nelson "Chachi" Ludueña quienes contaron qué se siente ser locutor.
Anita fue la primera mujer locutora en la
cancha de Sportivo Belgrano
La señora de la voz perfecta
Usted la escucha todos los días o reconoce que hay un partido de Sportivo Belgrano así se hubiera olvidado porque ella lee en la tanda publicitaria. Ella es la señora de la voz perfecta porque no reconoce tiempos, ni épocas, temas o cualquier elemento que se pueda asociar a lo cronológico. Se llama Graciela Aimar y su voz es la de AM 1050 desde la época en que salió al aire, además custodia la discoteca que tiene la primera emisora local.
Desde el vamos "Chela" sintetizó cómo fue su carrera en la radio: "Yo siempre fui locutora comercial o acompañante desde que comencé sola o como co-conductora". Si bien dijo que la profesión es muy amplia en la veta donde se desenvuelve se requiere precisión: "Generalmente he sido locutora comercial, la tarea específica porque con la entonación, puntuación y palabra hay que transmitir lo que quiere el cliente".
Es diferente cuando se trata de la conducción de un programa porque "debemos poner toda la capacidad para que sea real y que las palabras de verdad transmitan lo que se quiere con ese mensaje, requiere mucha concentración".
Graciela que tiene una voz impecable y resistente al tiempo hace hincapié en pensar y elegir bien cada palabra porque pueden ser malinterpretadas, "hay que cuidar mucho el vocabulario, tratando de ser lo más objetivo que se puede". Es por eso que ella prefiere difundir música o compartir información "más trivial", evitando confrontaciones.
"La radio fue parte de mi vida, empecé desde muy jovencita en esto, me embarqué en este trabajo que no era soñado y por eso es parte de mi vida", reconoció.
La voz de la imaginación
Otra de las voces femeninas históricas de la radio y que se retiró hace unos años es la de Ana Badella. En su curriculum tiene un apartado especial ser la primera mujer que hizo locución comercial en la cancha en el viejo estadio "Oscar C. Boero". Su leyenda es grande y por eso muchas veces ha sido invitada a despuntar el vicio.
Reconoce, al igual que otros compañeros, que la digitalización que transformó a la radio se les hace rara. Años atrás no se sabía cómo era la persona que estaba al otro lado de la radio, esa que con su voz te podía llevar al cielo.
Eso sucede porque "un locutor da un mensaje que con un solo sentido llega a una persona de forma total". Al respecto profundizó: "En un segundo cuando se prende el aire el oyente puede imaginar lugares, paisajes, aromas. Por eso decimos que la radio es magia y para nosotros la digitalización no convence. Me gusta la radio en soledad o con un grupo grande de amigos, pero llegar solo de esa manera".
Se siente además una agradecida de la vida porque con ese trabajo "pudo vivir dignamente" y "divertirse" trabajando como debe hacerlo todo locutor o locutora "con respeto y dignidad".
Las voces de los buenos muchachos
Allá por el '72 cuando la radio puso el cartel de "Al aire" en verde por primera vez, Luis Nazzi fue la voz que escucharon todos cuando se sintonizaba LV27. El tango es su pasión y la huella que dejó a lo largo de su trayectoria frente al micrófono.
"Un locutor tiene varias funciones, pero su misión, lo que tiene que lograr es captar al público, que se compenetre en el mensaje que le estamos mandando porque solo así se genera el feedback", explicó con la misma precisión que lo identificó siempre.
Detrás de él llegó "Pirincho" que resaltó sobre la importancia de ser locutor "estar informado, tener un profundo respeto y vocación para trabajar en la radio". Personalmente las sensaciones son diferentes: "Tenía 8 años y hacía transmisiones de fútbol arriba de una planta con un tarrito de conserva, el sueño era ser locutor y cuando lo hice por primera vez en la radio fui muy feliz".
No tuvo reparos en reconocer que a lo largo de su actividad aparecieron otras ofertas laborales, incluso con mejores pagas, pero las sensaciones no hubieran sido las mismas y al fin y al cabo su sueño de la locución de toda la vida lo seguía atando al micrófono de tiempo completo.
"Rechacé muchos otros trabajos, que económicamente eran más importantes, mi pasión era la radio y ser locutor, no periodista porque eso es diferente", cerró.
"Chachi" extraña mucho la radio, se nota. Nelson Ludueña es la voz que identificó al folclore de la radio y que aseguró que para ser locutor "no hay que disfrazarse de ningún personaje, si no ser lo que uno es". La profesión lo llevó a "aprender mucho sobre cultura" ya que eligió el folclore y todo lo que simboliza este mundo y vaya que le llegó a la gente.
El locutor tiene esa particularidad, cuando llega a las personas se queda adherido como si fuera la tinta de un tatuaje, cambia la vida de todos y todas solo con la magia de su voz.