El costado menos conocido del cementerio, donde se recibe a la muerte bajo tierra

Allí, los fallecidos son verdaderamente enterrados. En su gran mayoría, son vagabundos, o aquellos que no tienen identificación alguna. En el lugar, que funciona desde hace 20 años, la muerte se hermana con la tierra. Desde 2008 hasta hoy, se hicieron 218 sepulturas en tierra; mientras que en el mismo período, sobre cemento, el número asciende a 5729.
Por Juamps Lídiam
¿Cuándo lo entierran? Se suele preguntar ante un fallecimiento. Pero lo cierto es que aquí en la ciudad los fallecidos no van a la tierra. O no la mayoría. Sí lo hacen en cambio -además de los que siguen el rito judío, que tienen su propio cementerio- los vagabundos, los que perdieron la identidad: aquellos que parecen tener borrado, o siquiera alguna vez escrito, ese número de unidad de millar que nos asignan al nacer.
O simplemente los que no tienen para pagar el servicio. Porque hasta la muerte cuesta.
Manuel Ruiz toma la cámara y nos vamos al cementerio. Pero no a la parte vieja, ni a la nueva (esa que raramente nunca se deja de llamar nueva), sino al costado, por detrás del cementerio judío, cuyo acceso es un camino de tierra.
Aunque no lo recomiendan, porque los cuerpos permanecen allí no mucho más de siete años, un hombre se encuentra edificando una tumba. Y se pueden ver muchas más en el terreno. Son pequeños altares que los familiares dedican a sus seres queridos, restando importancia, claro está, a las mentadas cuestiones temporales.
Algunas se encuentran acompañadas por el colorido de las flores plásticas. Alguna otra, alberga en su interior botellitas y latas de cerveza.
Manuel se tira sobre la tierra y dispara con la cámara. Se tira una vez y otra. A mí no me sorprende porque se brinda de lleno a la fotografía. En tanto, yo sigo mirando, para poder escribir.
Cual epitafios, se pueden ver escrituras en las paredes
Cual epitafios, se pueden ver escrituras en las paredes. Son nombres que dan el presente y acompañan a sentencias del tipo 'te recordaremos' o 'te amamos'.
Otras tumbas, como si rindieran honor al minimalismo, sólo tienen a la cruz plantada en la tierra, sin nombre, con la herrumbre como insignia.
En el recorrido se ven cruces tiradas, que ya no son de nadie. O que ya no son de ese nadie.
Y hay espacio, incluso huecos que esperan por las sepulturas que vendrán.
Las flores plásticas son el adorno de varias de las tumbas que se pueden apreciar
Desde 2008, 218 sepulturas
Dicho terreno alberga restos humanos desde hace veinte años. "Salvo un pedido muy expreso del familiar o allegado al fallecido no se sepulta en tierra. Se dan mayormente casos por indigencia. En estos casos el municipio paga los servicios fúnebres. Se sobrestima que tampoco se cuenta con el dinero para pagar un nicho y se le da una sepultura en tierra", comenta Omar Guettier, coordinador del cementerio.
Los restos se retiran a los siete años, ese es el tiempo estimado en que el cuerpo se degrada en la tierra. No obstante, como el número de ingresos es menor, los tiempos son flexibles.
En muchos de los casos que pasan por Acción Social, el cuerpo es llevado por la ambulancia, y al fallecido no lo acompañan ni familiares, ni conocidos.
Pasados los siete años, "se notifica a la persona en cuestión (en caso de que haya una) de forma fehaciente que ya pasó el tiempo. Si esto no es posible se publica una lista en LA VOZ DE SAN JUSTO durante tres días, en la cual el municipio avisa a los familiares cómo se procede con los restos. Luego, se esperan dos meses y si nadie aparece, se los pasa al osario municipal. En promedio, de cada diez, ocho terminan el en osario porque nadie los reclama", afirma Omar.
Hay espacio, incluso huecos que esperan por las sepulturas que vendrán
Datos concretos son los siguientes: desde el 1 de enero de 2008 hasta hoy se hicieron 218 sepulturas en tierra; mientras que en el mismo período, sobre cemento, el número asciende a 5729.
Omar recuerda un caso de un fallecido sin identidad. "Entre fines del año pasado y principios de este año falleció una persona indocumentada en el Hospital que no se sabía quién era. Se lo sepulta como NN. Uno cree que los indocumentados no existen pero hay más de los que uno cree. En Buenos Aires mi hija se desempeña como trabajadora social, en Florencio Varela, y me sabe comentar que hay hasta familias totalmente indocumentadas, grupos de 10 o 12 personas. Esa es una parte de la Argentina que no conocemos".
El coordinador informa también que uno de los sectores del cementerio está destinado a las tumbas comunitarias, que se ocupan hasta con cuatro cuerpos, ¿en qué casos? La ordenanza municipal establece que se puede tener una deuda de tres años con los nichos, si no se paga en ese tiempo, el nicho puede ser desocupado. "Pero qué pasa, son cuerpos que tienen menos de 25 años en los nichos, por lo que no están totalmente descompuestos. Entonces, tras las notificaciones pertinentes, se los lleva a tierra, a las tumbas comunitarias".
Por otro lado, las intensas lluvias traen inconvenientes. "Los dos últimos años tuvimos muchas en febrero y eso levanta el nivel del agua subterránea. Cuando esto pasa se pone a los cuerpos provisoriamente en un nicho hasta que baje la vertiente y pueda ser llevado a tierra", finaliza Omar.