El avión que desapareció 60 años
Pocos meses después del naufragio del Fournier -hecho tratado en el capítulo anterior- otro accidente increíblemente muy similar enlutó a nuestra ciudad. "La quinta del Ñato", Capítulo 4: El avión que desapareció 60 años.
Por Manuel Montali | LVSJ
Pocos meses después del naufragio del Fournier -hecho tratado en el capítulo 3 de esta serie- otro accidente enlutó a nuestra ciudad, con características increíblemente muy similares a las del buque de guerra.
El 22 de marzo de 1950, un avión Avro Lincoln, de fabricación británica para la Segunda Guerra Mundial pero luego adquirido por las Fuerzas Armadas de la Nación, desapareció en tierras patagónicas, cuando realizaba el trayecto entre Río Gallegos y Ushuaia (tal como el Fournier).
Había partido de la base de Villa Mercedes (San Luis), y luego de recargar combustible en Río Gallegos, culminaba un vuelo de entrenamiento junto a dos bombarderos, pero el mal clima había forzado el retorno. El Avro Lincoln reportó por última vez su posición sobre el Lago Fagnano, en el límite entre Argentina y Chile. Todo hacía presuponer que había terminado estrellándose contra el glaciar.
Adelmo Carmen Amoroso
A bordo de él viajaban once personas, menores de 35 años, incluyendo al capitán Bautista Mendioroz y al sargento sanfrancisqueño Adelmo Carmen Amoroso. Aquí había cursado los estudios primarios y secundarios, para luego ingresar a la Fuerza Aérea, donde fue teniendo un desempeño destacado que le permitió ir escalando grados.
Luego de perderse contacto con el avión, se llevaron a cabo distintas tareas de rastreo, que finalmente se dieron por concluidas sin ningún resultado positivo. Todos los ocupantes de la aeronave fueron dados por muertos.
A raíz de ello, el 13 de abril de 1951 se realizó un acto homenaje en el cementerio local, en donde se descubrió un monumento con una placa recordatoria en memoria del aviador, junto al que ya se había erigido por las víctimas del barco militar. Se trata de un pedestal de mármol, rematado por una hélice con sus dos extremos rotos.
De este tributo participaron los padres y el hermano de Adelmo, autoridades locales, estudiantes y público en general, junto a una comisión del Regimiento de Bombarderos al que pertenecía Amoroso. Los discursos estuvieron a cargo del presidente de la comisión del homenaje, Juan María Baggio, del teniente Mastropaulo (camarada de Adelmo), y Carlos Perrachione, en nombre de la Asociación de Básquetbol y del club "El Ceibo".
El Avro Lincoln desapareció el 22 de marzo de
1950 al unir el trayecto entre Río Gallegos y Ushuaia.
La aparición de los restos
Al constatar la información actualmente, surgió un hecho desconocido, que emparenta aún más este caso con el del Fournier.
En 1983, cuando se cumplían 33 años de la desaparición del Avro Lincoln, montañistas de la Universidad de Magallanes de Chile avistaron los restos de lo que parecía ser una aeronave, cerca del ventisquero Cuevas, en la Cordillera Darwin, sector suroeste de Tierra del Fuego, próximo al Lago Fagnano.
El 22 de marzo de 2015, familiares de los
aviadores desaparecidos realizaron una ceremonio de despedida sobre la morrena
del Glaciar Roncagli.
En marzo del 2009, a casi 59 años del accidente, turistas australianos guiados por el chileno Rodrigo Fuentes hallaron nuevos pedazos de un avión en el fiordo Parry, que divide gran parte de la Cordillera Darwin, también en el lado chileno de Tierra del Fuego.
Al analizarlos, constataron que ambos hallazgos correspondían al Avro Lincoln MK II, matrícula B-019, desaparecido en 1950. En dicho lugar también se identificaron restos óseos, por lo que se supuso que serían de sus víctimas. No obstante, nuevos estudios determinaron que tenían más de tres siglos de antigüedad, por lo que debían pertenecer a pobladores nativos.
Se estimó que el avión se estrelló en la parte alta del Glaciar Roncagli y sus piezas fueron apareciendo en la parte baja como consecuencia del deshielo, en un radio de unos 300 metros.
Desde entonces, familiares de Mendioroz y otras de las víctimas del Avro Lincoln han realizado distintas expediciones en verano al lugar, tratando de dar con los restos de sus ocupantes. Hasta la fecha no se reportaron nuevos hallazgos. De todas maneras, guardan el consuelo de saber ahora con certeza que, en algún lugar de la Cordillera Darwin, sus familiares descansan para siempre. El Glaciar, como alguna vez dijo la viuda del capitán fallecido, es "una tumba muy grande para una persona muy grande".