El atentado, contado por una sanfrancisqueña que reside en Barcelona
"La ciudad está realmente triste", aseguró Leila Abdala, quien trabaja en una agencia de ayuda humanitaria a refugiados en España.
LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con Leila Abdala, una sanfrancisqueña que estuvo en el lugar del atentado en Barcelona.
"En Barcelona trabajo para una agencia humanitaria de ayuda a personas refugiadas, por lo tanto personas que cada día en sus países viven este tipo de situaciones, mucho más graves, lo que los lleva a tener que huir de sus países. Cada día trabajo cerca de lugar del hecho y nuestra oficina queda exactamente a dos calles de la Rambla, es un lugar que frecuento cada día. En tanto, esta semana por una campaña de verano estábamos trabajando en ciudades cercanas y no en Barcelona", contó la joven.
"En el momento del atentado estábamos justamente en Alcanar, Tarragona, donde explotaron las bombonas que se sospecha se iban a utilizar para el atentado. Nos enteramos rápidamente de lo que estaba pasando en Barcelona y no podíamos creer que por cosas del destino ese día, en vez de estar ahí, estábamos en otra ciudad -continuó-. Sin saber la relación de la explosión con esto, nos llamó la atención la cantidad de cámaras, policías y bomberos, y luego fue por la noche cuando ya confirmaron que esa explosión fue un fallo que hubo, ya que estas bombonas iban a ser utilizadas para un atentado bastante más grave y en diferentes lugares".
Sobre las repercusiones instantáneas, Leila dijo: "En el momento creo que todos entramos en shock, era algo que se sospechaba, pero claro que nos sorprendió a todos. Simplemente en ese momento solo quieres llamar a tus seres queridos y saber que están bien".
"En Barcelona se pido a la gente que no saliera de su casa porque el operativo duró muchas horas".
Un día después, "la ciudad está realmente triste, o por lo menos eso es lo que siento. Desde el viernes Barcelona está gris y con lluvia, algo no muy común aquí, que llueve 10 minutos y sale el sol, pero hay muy poca gente en la calle y mucho silencio", señaló la sanfrancisqueña.
La solidaridad de todo un pueblo
Consultada sobre cómo reacciona el país con Cataluña, en particular, teniendo en cuenta las diferencias culturales y el constante pedido de independencia, Leila relató que "el viernes a la tarde la gente se reunió en el lugar del ataque como homenaje a las víctimas y sus familiares, fue muchísima gente, los bancos de sangre explotaron y pidieron a la ciudadanía que no fueran más porque estaban completos; la gente salió de sus casas a llevar agua y comida a quien lo necesitara y en las rutas, se formaron varias horas de cola por los controles, también la gente de los pueblos se sumó con la ayuda, los hospitales pedían traductores ya que las víctimas eran de más de 30 nacionalidades diferentes y en pocas horas se presentó muchísima gente. Todos los taxistas de Barcelona llevaban a la gente gratis, en redes sociales rápidamente todos ofrecimos ayuda humanitaria, refugio, agua, comida, atención terapéutica y psicológica desde todas partes de España. Los restaurantes y tiendas de la zona se convirtieron en refugio".
"Barcelona es una ciudad muy particular, es muy abierta, multicultural con gente de muchas partes del mundo cada día. Creo que es momento de que entendamos que la unión hace la fuerza y que juntos somos más, dejando de lado las diferencias y sumándonos al pedido de que Barcelona no tiene miedo y que no queremos vivir así, que es lo que pretenden con esto. Barcelona en particular pero toda Cataluña en general es y siempre ha sido un sitio multicultural, abierto, donde se quiere recibir y ayudar a refugiados aunque el gobierno español no esté de acuerdo; donde viven personas de todos los rincones del mundo", concluyó.