El año en que nuestros clubes reverdecieron
El deporte de San Francisco volvió en 2021. Si no en todo su esplendor, sí en la realización de su misión central: la generación de espacios donde niños, jóvenes y adultos tienen la posibilidad de encontrarse, aprender y socializar, así como establecer lazos de identidad y pertenencia.
La pandemia alteró su funcionamiento. Incluso puso en peligro su existencia en 2020. Algunos se vieron obligados a cerrar sus puertas. No fue un instante, varios meses de penurias pusieron en peligro su existencia.
Pero se resistieron al ostracismo.
Los clubes. Nuestros clubes. Se mantuvieron en pie, haciendo frente a las dificultades de todo tipo -en especial económicas-, negándose al abandono y a la postergación. Lo consiguieron gracias al tesón de quienes todavía sueñan. De los que están convencidos de la trascendencia fundamental de estas estructuras sociales destinadas al deporte, al esparcimiento. Pero también al aprendizaje, la socialización, la salud y la participación social, teniendo como destinatarios principales a los niños y jóvenes.
Sportivo Belgrano dejó de ser solo fútbol para incrementar sus actividades con otras propuestas, mejorando la infraestructura del predio Oscar C. Boero. En el oeste, Antártida Argentina se consolidó como referencia para un amplio sector de la ciudad. San Isidro, más allá de su competición profesional en el básquetbol, conforma otro eslabón de esta cadena virtuosa allá sobre la avenida 9 de Septiembre. Ahí cerca, El Tala se atrevió otra vez a soñar con trascender, como lo hizo años atrás. El Ceibo volvió a ver su estadio colmado y a los niños correteando por la cancha, además de obtener un triunfo significativo a nivel provincial. La Liga de Baby Fútbol congregó nuevamente a las familias en los escenarios barriales. El Sport Automóvil Club mantuvo su vigencia, incluso con nuevas propuestas deportivas. Se produjo la "resurrección" de una institución histórica: el barrio Sarmiento celebró la vuelta a la vida de Alumni. Y, como si fuese poco, la Liga Amateur les devolvió una tradición a los barrios, con clubes tan emblemáticos como La Florida, Defensores de Iturraspe y La Milka, entre otros. Nuevos deportes se sumaron. Y más sanfrancisqueños pudieron experimentar la alegría del "retorno" de nuestros queridos clubes.
Seguro, más ejemplos se pueden citar. Aunque para muestra basta un botón. El año que termina restituyó un panorama que la cuarentena extensa había difuminado. El deporte de San Francisco volvió en 2021. Si no en todo su esplendor, sí en la realización de su misión central: la generación de espacios donde niños, jóvenes y adultos tienen la posibilidad de encontrarse, aprender y socializar, así como establecer lazos de identidad y pertenencia.