El altruismo en primera plana
La condición solidaria, profundamente humana, está en auge en este tiempo. Es la actitud que no espera que la ayuda venga. Que sale a buscarla. Que la encuentra. Que se presenta en cada donación y en cada gesto de desprendimiento, sea material o espiritual.
Varias crónicas que se han venido publicando en este diario señalan una característica que identifica a las sociedades y las eleva en su dignidad. Merenderos y comedores que hacen todos los esfuerzos para paliar el hambre de los más necesitados, colectas organizadas por varias entidades civiles y religiosas, búsqueda de soluciones puntuales para problemas que se presentan como de complicada resolución, dictado de cursos de capacitación en los que el monto de las inscripciones se destina a fines solidarios.
El recuento podría seguir. Y también continuaría la enumeración de pedidos de ayuda de muchos sectores que todavía aguardan algún alivio. No solo para retomar sus actividades laborales, sino también -y esto es lo más grave- para conseguir el sustento necesario que permita atravesar la pandemia y la cuarentena. Y, con ello, se repiten los gestos de empatía social que alivian y ayudan, muchos de los cuales acompañan desde el silencio aquellos comportamientos que están hoy en las primeras planas de los diarios.
Es decir, las necesidades son múltiples. Quizás se agravarán en los próximos meses. Y será difícil que la ayuda del Estado llegue a todos. Por la ineficiencia que siempre ha demostrado, porque no basta con la buena voluntad de un gobernante si en los estratos más bajos se continúa "rosqueando" y maniobrando con intereses distintos al general, porque los recursos estatales han caído a mínimos estrepitosos. Pero también, porque la tentación autoritaria existe, es real en casi todo el mundo actual y sus consecuencias pueden ser devastadoras. En definitiva, la acción del Estado es indispensable. Pero esperar todo de él es una ingenuidad riesgosa.
En este contexto, la condición solidaria, profundamente humana, está en auge en este tiempo. Es la actitud que no espera que la ayuda venga. Que sale a buscarla. Que la encuentra. Que se presenta en cada donación y en cada gesto de desprendimiento, sea material o espiritual. El analista internacional libio - venezolano Moisés Naim resumió esta visión en una reciente entrevista: "Estamos viendo actos de solidaridad importantes. El altruismo no desapareció, no solo pertenece a los libros de poesía. El altruismo en estos tiempos está en las primeras páginas de los periódicos".
Se habla mucho de los cambios sociales y culturales que sobrevendrán luego de esta crisis mundial. Conjeturas que avizoran transformaciones radicales en favor de la humanidad y otras que son más pesimistas. Son solo postulados sin comprobación científica. Ni siquiera desde lo empírico. Porque todavía estamos en medio de la tormenta. La esperanza es que sea posible avizorar que el altruismo y la solidaridad formen parte de los valores esenciales que sustenten la vida futura.