Entrevista
El ACA ante su gran reto: actualizar el legado para construir futuro

En su visita a San Francisco, César Carman, presidente del Automóvil Club Argentino, reflexionó sobre el legado familiar, la vocación federal del ACA y el desafío de modernizar la institución sin perder su identidad: “Nos van a recordar si dejamos un club más fácil, más fresco, más vivo”.
Hay apellidos que no pueden desligarse de una institución. En el caso de César Carman, el vínculo con el Automóvil Club Argentino atraviesa tres generaciones. Su abuelo presidió el ACA entre 1957 y 1983. Su padre, entre 1985 y 1997. Y hoy, él continúa ese camino. “Es una responsabilidad enorme, un orgullo enorme, y también un desafío enorme”, afirma con serenidad, pero sin solemnidad.
Durante su paso por San Francisco, Carman se mostró cercano, conversador y dispuesto a hablar de todo: de la historia y el presente del club, de su visita al presidente Javier Milei, de los servicios para los socios, de YPF, de Córdoba, del país. Y lo hizo con una claridad poco frecuente, con pasión, y con algo todavía más raro en un dirigente nacional: conocimiento de cada rincón, cada estación, cada dato.
Carman llegó acompañado por Mariano Sancho (gerente general del ACA), Rubén Blanda (gerente de filiales), José Luis Rotundo (gerente regional) y el sanfrancisqueño Ricardo Venier, encargado de la filial local.
“El ACA acaba de cumplir 120 años y tiene un promedio de edad de socio de 60. Si queremos otros 100 años, el secreto está en eso: conseguir más socios y bajar esa edad. Si yo termino mi mandato habiendo bajado el promedio a 57, 56, 55… ya sería un éxito”, asegura. Y no lo dice solo. Se apoya en un equipo de trabajo al que menciona varias veces por su nombre. “Estamos todos con la mochila al hombro, pensando cómo hacer que ustedes —los jóvenes— digan: ‘che, esto vale la pena, me hago socio’”.
Para eso, detalla con entusiasmo una serie de alianzas, promociones y servicios nuevos: descuentos en combustibles, acuerdos con la cadena de gimnasios SportClub con el 50% en las tarifas, alquiler de autos de manera 100% digital por la app del club. “Un Yaris automático por 25 mil pesos por día. Eso no existe. Te vas a Buenos Aires, alquilás en el club, y en dos días pagaste la cuota”, dice. También adelanta que están desarrollando corredores para motorhomes, con estaciones que ofrecerán energía, agua, comida, seguridad, “y un biodigestor para los residuos cloacales”.
Pero lo que transmite no es solo una lógica de beneficios. Hay algo más profundo: una idea de pertenencia. “El ACA es una institución que no existe en el mundo. Hay clubs que ofrecen auxilio mecánico, sí. Pero ¿cuántos tienen estaciones, hoteles, hosterías, una red nacional con función social? Nosotros sí. Y más del 50% de la cuota va a sostener eso”.
Espíritu federal
Carman se emociona al nombrar algunas de esas estaciones: Paso de Jama, Encon, San Sebastián, Garayalde. “Son lugares donde, si no está el ACA, no hay nada. No hay combustible, ni comida, ni un baño. En Encon, por ejemplo, le damos el agua al pueblo”. Y va más allá: “En Garayalde, llegar a una posta del ACA puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Con treinta grados bajo cero, ese refugio es un acto concreto de soberanía. Estamos donde nadie más está.”
La función social del ACA se sostiene incluso en contextos adversos. “Venimos de una época de achique, se cayó la venta de combustibles, bajó la cantidad de socios durante la pandemia, hubo obras complejas. Pero el barco hay que moverlo. Y lo estamos moviendo hacia donde queremos ir”, subraya.
La charla también deriva hacia la actualidad nacional, pero sin eslóganes. Cuenta que se reunió con el presidente Milei para entregarle el carné honorario que el estatuto del ACA le otorga al jefe de Estado. “Fue una reunión muy amena. Estuvimos como una hora y media. Nos contó una anécdota con su perro, fue muy divertida. Hablamos de lo que representa el club, del país, de Menem, de Ushuaia. Lo vi metido, trabajando mucho”.
Aunque aclara que no le gusta opinar fuera de su campo, Carman tiene una mirada económica nítida: “Esto no es partidista. Que al presidente le vaya bien nos hace bien a todos. Si no hay estabilidad, no hay inversión. No sabés a qué tasa descontar un proyecto. Nadie invierte en un país que no te da piso”.
Sobre YPF, socio estratégico del ACA, se muestra cauto frente a los conflictos judiciales: “No entiendo del tema legal, pero me pone nervioso que se haya llegado a este punto. Lo único que quiero es que se resuelva a favor de Argentina. Y que YPF siga creciendo, porque si le va bien, también le va bien al ACA”.
También destaca la relación con La Caja, otra de las grandes alianzas institucionales. “Es una empresa que está alineada con nosotros. Hay sinergia real. Nos ayudamos mutuamente. Y eso es parte del espíritu original del ACA: construir en conjunto, con otras instituciones que compartan valores”.
Antes de irse, Carman habla de Córdoba con admiración. “Ves pujanza. Ves autopistas, ves movimiento. Sea el signo político que sea, Córdoba avanza”. Recuerda que ya había visitado San Francisco, pero que esta vez lo hizo como presidente. “Me costó, pensé que lo iba a hacer antes, pero tardé casi un año y medio en recorrer casi todo nuestro mapa. Me faltan pocas estaciones para haber visto todas. Me quedó San Sebastián y Paso de Jama, que está a 4.500 metros de altura. Ya iré”.
Cuando se le pregunta qué le gustaría que dijeran de él al final de su mandato, responde con humildad: “Que el próximo presidente agarre un club más fácil. Que el promedio de edad haya bajado un par de años. Que haya más socios, más servicios. Si eso pasa, se van a acordar de nosotros”.
De caminos a soberanía:
120 años de historia
El Automóvil Club Argentino nació en 1904, en tiempos en que el automóvil era una rareza importada y mal vista. Aquellos primeros socios, liderados por Almiro Varela Castex, no solo promovieron su uso: trazaron rutas, sostuvieron caminos y empujaron al país hacia una nueva era de movilidad.
Décadas antes de la existencia de Vialidad Nacional, el ACA ya mantenía el tramo Buenos Aires–Rosario y la ruta a Mar del Plata. Cuando se creó la Dirección Nacional de Vialidad, el club donó sus máquinas de conservación. También fue pionero en el turismo interno, con estaciones, mapas, guías y hosterías en puntos remotos del país. Muchas de esas postas siguen activas.
Hoy, a 120 años de su fundación, el ACA conserva una red que cumple un rol social estratégico en regiones clave de frontera, desierto o montaña. Allí donde no llega nadie, el ACA sigue presente: con combustible, agua, comida, refugio y camino. Más que servicio: vocación de país.
Ser socio hoy:
ventajas reales para
una nueva generación
Renovar una institución centenaria implica algo más que actualizar el logo. En el ACA lo entendieron: para llegar a las nuevas generaciones, hay que ofrecer algo concreto, útil, inmediato. Por eso, bajo la presidencia de César Carman, el club diseñó una batería de beneficios orientada a demostrar que asociarse vale la pena desde el primer día.
Uno de los ejes es el ahorro. Al cargar combustible en estaciones del ACA, los socios obtienen un 5% de descuento, con un tope anual de 12.000 pesos. Si el pago se realiza por débito automático y además se contrata el seguro con la compañía propia del club, el costo de la cuota mensual disminuye aún más, haciendo que el número cierre por todos lados.
Pero los beneficios no terminan en el surtidor. En varias filiales del ACA se firmaron convenios con SportClub, permitiendo a los socios acceder al gimnasio con una bonificación del 50%. Incluso en las sedes donde SportClub no funciona dentro del club, el descuento sigue siendo del 25%. Con estos valores, el diferencial se vuelve significativo para cualquier joven que hoy busca entrenar sin pagar de más.
Otra innovación destacada es el nuevo sistema de alquiler de vehículos, pensado para un uso moderno y flexible. A través de una app, los socios pueden acceder a una flota de autos disponibles en distintas sedes del club, sin pasar por mostradores ni trámites presenciales. La tarifa, además, tiene una rebaja del 50% respecto a los precios habituales. Así, por ejemplo, un Yaris automático puede alquilarse por solo 25.000 pesos diarios. En apenas dos días de uso, la membresía se paga sola.
El ACA también trabaja en nuevos corredores turísticos para motorhomes, con estaciones equipadas con agua, energía, servicios sanitarios y espacios para descanso. El objetivo es combinar el espíritu viajero con comodidad y seguridad en cada posta. A esto se suma el acceso a hosterías, campings y estaciones distribuidas por todo el país, muchas de ellas ubicadas en lugares remotos donde no existe otra infraestructura.
En síntesis, hacerse socio del ACA ya no es solo una cuestión de tradición o pertenencia: es, cada vez más, una decisión práctica, económica y funcional.