“El títere sigue siendo magia y capaz de sorprender, no es un avatar”

"Los titiriteros estamos constantemente identificados con la realidad. Todos los conceptos pedagógicos imaginables se pueden trabajar desde su lenguaje", aseguraron desde Fida, a días del inicio del 20º Festival Nacional "El Barrilete".
"¡Dale Juancito, enfrentá tus miedos y decile que la amás!". Lo que fue la reacción de un niño frente a un títere -que entre algo tímido y otro poco vueltero, no se animaba a declararle su amor a María, el otro personaje de la obra- revela el espíritu de una expresión cultural que resiste al paso del tiempo y la tecnología.
El chico se levantó eufórico entre el público estudiantil, y casi como una orden, le habló al muñeco manejado con las manos. Es que el espectáculo en vivo transmite algo que no se ve en una pantalla. Y los títeres, so que sólo ellos pueden hacer. Si la obra se hiciera con actores, el efecto no sería el mismo. El público se emociona, sufre, se enamorara... decodifica el mensaje.
El teatro de títeres tiene el poder de abrir la fantasía de niños y adultos. Aborda temas para que los chicos hagan una lectura y los más grandes otra, inspirándose siempre en la realidad que luego desemboca en la magia de la ficción.
Todo ese espinel de sentimientos que viven los espectadores se hará tangible cuando el 7 de junio comience el 20º Festival Nacional de Títeres "El Barrilete", que se extenderá hasta el domingo 11. Habrá funciones itinerantes en escuelas y residencias de adultos mayores de la ciudad y en localidades de la región. Y en el Centro Cultural, doble función el sábado.
"Lo importante es que la cultura siga llegando a los barrios, a todos los colegios, a la mayor cantidad de gente posible", dijo Raquel Camusso, quien junto a su esposo, también titiritero, Pedro Ordóñez, integran Fida, entidad organizadora del festival que hizo de San Francisco una ciudad con mucha tradición en este tipo de espectáculo que todavía tiene mucho lugar para el desarrollo.
Este festival de gestión independiente se auto sustenta gracias a la participación de la gente, pero la sinergia de lo público-privado le permitió instalarse en la escena local, sostenerse en el tiempo y convertirse en patrimonio cultural de la ciudad, a fuerza del talento y calidad de las obras.
Los organizadores destacaron "el apoyo de la municipalidad a través de la Dirección de Cultura y Secretaría de Políticas Sociales, de los centros vecinales, las escuelas, el Centro Cultural San Francisco y los 'padrinos' del festival, las empresas Macoser y Akron".
"El títere es una herramienta pedagógica, refuerza los conocimientos que el docente da en el aula y trabaja los valores". (Fotos: Manuel Ruiz | LVSJ)
Estimular la lectura
"El títere sigue siendo magia, no es un avatar (identidad virtual)", expresó Raquel sobre los factores que contribuyen a la continuidad de este arte que se presenta como una gran herramienta pedagógica.
"Ya no es el títere de mate, sino una variedad de técnicas, historias, temáticas, distintas formas de narrar esas historias y comunicar el mensaje", indicó Pedro, y marcó como una "característica fundamental la revalorización de la lectura" que proponen los títeres.
"Esto se trata, básicamente, de presentar personajes de ficción animados desde la lectura, algo que no es poca cosa en los tiempos que corren. Si nos acercamos a los libros, acerquémonos también a los títeres", planteó.
El público al que apuntan "es general, porque todos tenemos un niño interior -retomó Raquel-. Es como un cuento infantil, cada persona hace una lectura según su nivel sociocultural o intelectual. Por eso decimos que el títere es una herramienta pedagógica, refuerza los conocimientos que el docente da en el aula y trabaja los valores".
"Con el títere se da un fenómeno: el niño entra en se cubículo y se conecta, le avisa al muñeco para dónde tiene que ir, qué hacer, si lo engañaron, si lo están esperando, es decir, es parte de la obra", describió.
"En dos décadas que llevamos con el festival pudimos mostrar todas las técnicas, títeres de mesa, de retablo, marionetas, títeres de varilla, títeres de grandes dimensiones, etc. También los mejores grupos y compañías que existen en la Argentina y en países limítrofes", añadió Pedro y aclaró que en 2023 no habrá presencia internacional debido al alto costo que implican los traslados.
La propuesta de Fida "llegó a captar la atención de compañías de Buenos Aires o países como Venezuela, Colombia y hasta más lejos, Países Bajos, que están para el Teatro San Martín y sin embargo, eligen 'El Barrilete' sorprendidos por la variedad y calidad de la grilla y el formato festival", dijo Ordóñez.
Consultados sobre cómo eligen las obras, Raquel manifestó que "en general, son temas humanos y transversales, que nos tocan a todos. Con el títere se trabaja mucho en la temática de medio ambiente, bullying, el valor de la amistad y el compañerismo... Los titiriteros estamos constantemente identificados con la realidad, de esta manera, siempre se buscan propuestas y despertar en el niño la parte creativa, la imaginación e incentivarlo a leer. Todos los conceptos pedagógicos imaginables se pueden trabajar desde el lenguaje del títere".
"Estamos felices de haber llegado a esta edición número 20. No fue fácil. Fue un tránsito muy lento, donde cada vez se incorporaron más condimentos. A las obras las elegimos, primero, por la trayectoria del titiritero, y aquí hemos traído a los mejores", siguió.
También contribuyó que "esta vez, el festival llegara en un momento en que la cultura es verdaderamente tomada como política de Estado, que busca consolidar a San Francisco como una ciudad de eventos".
Un festival de todos
En la maravillosa profesión del titiritero, este matrimonio de docentes que comparte la pasión por el teatro y son motor y alma del "El Barrilete", atesoran anécdotas inolvidables. "Recuerdo a una ciudadana porteña que, acostumbrada a llevar a sus hijos a obras de títeres en los teatros, de pronto se enteró que en una ciudad del interior del interior todo eso lo tenía todo junto en un festival, le fascinó la idea y viajó hasta aquí", comentó Raquel.
También recordó la anécdota de la obra "Juancito y María" que introduce esta nota, en la que "Juancito por timidez no se animaba a declararle su amor a María, hasta que un niño del público irrumpió, se levantó y le dijo al títere que enfrentara sus miedo. Entonces, ese niño tendrá la misma reacción en la vida, se replantea él mismo la duda y traza una solución: vencer los miedos para superar una situación. Lo trasladará a su vida personal, por eso es tan importante que todos los niños vean títeres, de allí la idea de que este festival sea popular, que llegue a todos lados".
Asimismo, recalcaron la continuidad generacional en el público: "Hoy vienen a ver las obras hijos de quienes fueron los primeros espectadores" del festival.
"La idea de que 'El Barrilete' sea expansivo radica en el objetivo de crear un movimiento donde el títeres no sea olvidado y a su vez, dignificar la tarea del actor titiritero que es un trabajo", acotó Raquel.
"Cada año el festival quiere ofrecer una propuesta superadora, por ello sumamos entre la audiencia a los adultos mayores y haremos obras en el Hogar de Ancianos 'Enrique J. Carrá' y el Hogar Diehl de Sienra, donde también la familia, los nietos pueden compartir".
¿Por qué alguien, aunque sea una vez en la vida, no debería perderse una función de títeres? Los que saben responden: "Un niño o una persona adulta que por primera vez ve títeres en acción, se va a sorprender. Creo que la humanidad hoy necesita eso: movilizarnos desde la sorpresa, entre tanto bombardeo de información. Son 50 minutos en los que salís de este mundo, que tu cabeza no está más que en ese muñequito que tenés al frente, que encima te contesta, interactúa".
"El secreto de la permanencia del títere es su capacidad de sorpresa -insistió-. Es todo muy elástico, porque es un feedback entre el titiritero y el espectador; también hay algo de improvisación. A diferencia del teatro, donde el público solo participa a través del aplauso o la risa, en este caso hay una interacción y eso solo lo genera la magia del títere", sostuvo Raquel sobre el feeling que se crea entre los chicos y los muñecos.
"El títere abona la creatividad desde el sentido de la curiosidad - afirmó Pedro-. Nos invita a sorprendernos. Los niños quieren tocar al títere, sin tener la certeza de que hay alguien manejándolo. Los chicos contestan, se involucran en la problemática que tiene el personaje; muy distinto a lo que ocurre con la pantalla, aquí tienen la posibilidad de entrar en su mundo"
"Teatro hay mucho en la ciudad, pero los títeres y los mejores, solo se pueden ver en este festival. Espectáculos hay muchos, pero de calidad, ¿cuántos? Por eso, le pedimos a la gente que nos siga apoyando, para que este festival nunca desaparezca, porque este festival es de la ciudad".
Escenarios y obras
Serán subsedes de la 20ª edición del Festival Nacional de Títeres "El Barrilete" las localidades de Seeber, Altos de Chipión, La Paquita, Balnearia, Luxardo, Josefina, Las Varas y Brinkmann.
En San Francisco también habrá funciones en las escuelas Bouchard, Iturraspe, Núñez, Mitre, 2 de Abril, Fava de Esteban, Irigoyen y en los jardines Fasta, Sarmiento, Guardería Manuel Belgrano y Ana Sullivan.
En los centros vecinales los títeres se presentarán en los barrios San Cayetano, La Milka y Parque. Además, en los hogares Carrá y Diehl de Sienra.
En el Centro Cultural (J.J. Paso y Mitre) las funciones para todo público serán el sábado 10 de junio: a las 15, el Grupo "Burbuja" (Villa Gesell), con la obra "El Ratoncito Pérez espera a Pérez"; y a las 17, el grupo El Tornillo (Córdoba) con la obra "Valentino Sofía y el Dragón", con 18 títeres en escena. El valor de la entrada será $1000.
Entre los grupos que llegarán este año al festival se encuentran La Valija, Astrolabio Teatro de Títeres y muchos más, y titiriteros de la talla de Pablo Sáez, entre otros.