Eduardo Borgogno iniciará un emprendimiento gastronómico en Barcelona: “Nunca es tarde para perseguir un sueño”

A pocos días de partir hacia España, donde lo espera un desafío vinculado a las parrilladas, el empresario gastronómico habló con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Por Mauricio Argenti | LVSJ
A poco de cumplir 71 años, el reconocido empresario sanfrancisqueño Eduardo Borgogno tomó la decisión de comenzar un emprendimiento gastronómico en Barcelona donde actualmente reside uno de sus hijos. Esta decisión, que puede parecer extraña, sin embargo, lo define como una persona que busca constantemente nuevos desafíos entendiendo que, de ninguna manera, la edad puede limitar a una persona a seguir un sueño.
Durante varias décadas Eduardo Borgogno fue la cara visible de Organización Cacho, una empresa gastronómica de alcance nacional que llegó a ubicarse entre las más importantes del rubro en el país.
Igualmente, durante 11 años estuvo al frente de la concesión de la Estación Terminal de Ómnibus que entregó hace unos meses para continuar desde ese momento con la explotación de la confitería y el comedor de la ETO.
Borgogno se inició en la gastronomía hace 55 años cuando se hizo cargo de la explotación de la cantina del Club Alumni y luego de una serie de actividades comerciales volvió a incursionar en el rubro cuando se puso al frente de un restaurante en la década del '70 y poco tiempo después comenzó con Organización Cacho, empresa con la cual se convirtió en un referente en todo el país.
Recordó también que se inició en la gastronomía "un poco impulsado por mi mamá que siempre cocinó muy bien y junto a mis hermanos Deolindo y Cacho comenzamos con un comedor y un poco después iniciamos nuestra empresa de gastronomía a la calle con Organización Cacho".
Con varias décadas de experiencia en el rubro y luego de haber terminado con la concesión de la Estación Terminal de Ómnibus de nuestra ciudad, lejos de quedarse quieto, Borgogno empezó a pensar en alguna alternativa para canalizar sus inquietudes. En este sentido, impulsado por su hijo Sebastián quien hace 19 años reside en Barcelona, tomó la decisión de incursionar en una iniciativa en la ciudad condal.
"Nunca hay que tener miedo a emprender algo por temor a fracasar", asegura Borgogno.
"Hace un año que venimos conversando con Sebastián quien me impulsó para concretar algún emprendimiento gastronómico en Barcelona, aprovechando que ahora comienza el verano europeo. Seguramente se hará algo modesto del rubro gastronomía, quizá más vinculado con las parrilladas", explicó.
"En pocos días viajo a Barcelona para comenzar a definir qué vamos a hacer allá", dijo para luego agregar que "en España, Francia e Inglaterra es cada vez más común la figura del parrillero en casas de familia. Entonces alguien organiza una reunión familiar o con amigos en algún lugar y contrata el servicio de parrilla que incluye no solo la elaboración del asado sino también la preparación y el servicio a los comensales".
Borgogno dijo luego que "encaro este proyecto por decisión pura y exclusivamente personal. En este momento me siento una persona activa, con ganas de emprender cosas nuevas y ante esta posibilidad, decidí intentar este emprendimiento. Además, no quisiera ver pasar la vida sin hacer nada porque no sirvo para eso".
"En España, Francia e Inglaterra es cada vez más común la figura del parrillero en casas de familia. Entonces alguien organiza una reunión familiar o con amigos en algún lugar y contrata el servicio de parrilla que incluye no solo la elaboración del asado sino también la preparación y el servicio a los comensales".
Un apasionado de la gastronomía
"Me apasiona esta actividad que hice durante toda mi vida y además mi hijo me insistió para que vaya a allá a quedarme por un tiempo y solo acepté si en ese período podía encarar algo para hacer y así fue que surgió esta posibilidad que veo con mucho entusiasmo", comentó para luego señalar que "nunca es tarde para perseguir un sueño".
Eduardo continuó con su reflexión asegurando que "nunca hay que tener miedo a emprender algo por temor a fracasar. En mi vida pasé todas las crisis desde principios de la década del '70 a la fecha y siempre me levanté y seguí adelante. Estoy en un momento donde no vivo mal, pero hace dos años que no estoy vinculado con Organización Cacho y creo que es tiempo de que vaya por otros objetivos".
"Encaro este proyecto por decisión pura y exclusivamente personal. En este momento me siento una persona activa, con ganas de emprender cosas nuevas y ante esta posibilidad, decidí intentar este emprendimiento".
Igualmente se mostró seguro de que Organización Cacho "va a continuar por la senda del éxito como hasta ahora ya que la empresa se encuentra en las mejores manos, por el empuje y la dedicación que le brindan a diario mis sobrinos Silvia y Juan junto a mis hijos María Soledad y Nicolás. Ellos conforman un equipo sólido y decidido a dejar bien parada la trayectoria empresarial de la empresa que comenzamos con mi hermano Cacho".
"Quizá muchas personas estén dudando sobre si es el momento adecuado para perseguir un sueño. Yo creo que el que tenga la oportunidad de hacerlo, no tiene que dudar un segundo. En mi caso quiero continuar trabajando en lo mío en un contexto de tranquilidad y equilibrio que es lo que busco en esta etapa de mi vida", concluyó.