Eco de la crisis: chatarra, un negocio que despuntó en pandemia

Los costos de comercializacón varían según la clase del material: lo que más cotiza es el cobre. La mayor parte del material que la gente lleva para vender, termina en grandes acererías. Diego Ríos, dueño de una chatarrería sobre la ruta 19, contó cómo es el circuito de la actividad.
La venta de chatarra se convirtió en una salida económica para muchos en este tiempo de pandemia. La crisis hizo que aumentara aproximadamente entre un 30% y un 40% la cantidad de gente que se acerca a la chatarrería a vender hierro, bronce, cobre, baterías y todo tipo de objetos en desuso que luego empresas compran para su reciclaje.
Lo que para muchos es sinónimo de basura, objetos oxidados o en mal estado, para otros, significa una fuente de ingresos más para sostener a sus familias.Y así empieza un círculo que termina en la siderúrgica más grande del país e involucra a diversos sectores sociales, formales e informales.
Por su parte, la compra se ve estimulada por la recuperación de algunos sectores de la industria (último eslabón de la cadena comercial) que pagan mejor por la materia prima.
"Se ve cada vez más movimiento por la crisis económica que vivimos. Hay personas que juntan los materiales en la calle y los venden. Actualmente el porcentaje de gente que se acerca aumentó entre el 30% y 40%", aseguró en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO Diego Ríos, propietario de la Chatarrería "El Pariente", ubicada sobre la ruta nacional 19, Km 125, que recibe por día entre 3.000 y 5.000 kilos.
Nada se pierde. Para ara conocer la magnitud y el círculo de la actividad, visitamos la chatarrería de Diego Ríos.
Lo más vendido
Diego comentó que lo que más lleva la gente para la venta es chatarra, hierros, "es muy poco lo que recibo de cobre, bronce o baterías. En el caso de cables directamente no lo compramos, tampoco el bronce que llega en forma de placas o adornos religiosa, porque pueden ser de procedencia dudosa. Una placa no la tiene cualquiera, está en un monumento o una institución".
Afirmó que el hierro "que llega de los colonos que limpian los campos, también de clientes grandes en la zona que se dedican a comprar y me lo revenden. También me venden varias industrias de la ciudad, a las que les retiro la basura, la viruta y a su vez les compro la chatarra. También trabajamos en los pueblos de la zona".
La cuarentena trajo nuevos clientes
Ríos agregó que después de la cuarentena en 2020, comenzó a recibir clientes que no imaginaba que podían traer chatarra. "Creo que eso se debe a que mucha gente al estar más tiempo en sus hogares hizo limpieza en patios y terrenos. Recibí todo tipo de objetos como hierros, chatarra, bicicletas, chapas viejas, cocinas, heladeras, etc. Son objetos que guardaron para reparar pero nunca lo hicieron".
Distintos tipos de restos metálicos y otros objetos forman montículos de chatarra que puede provenir de autopartes.
Un negocio rentable que genera mano de obra
Todo lo que compra se destina a la empresa Acindar, donde se funde para el acero. "También vendo por tonelada -indicó Ríos-, no es una gran ganancia pero es un negocio rentable que alcanza para vivir y ayuda también a otros porque le damos trabajo. Envío cuatro camiones por mes".
"Hay personas que juntan los materiales en la calle y los venden -dijo sobre el "cirujeo"-. Llegan empujando carros, en bicicleta, moto o cualquier vehículo en el que se pueda cargar algo y así van afrontando el día a día con lo ganado. Esa cantidad de gente aumentó con la crisis, entre el 30% y 40%".
En la chatarrería se trabaja con todos los cuidados preventivos ante la pandemia de coronavirus. "Es obligatorio el uso de barbijo, alcohol en gel y siempre mantenemos el distanciamiento, entra un cliente por vehículo", remarcó.
La crisis mueve la compra venta por kilo de todo tipo de objetos en desuso.
¿Cuánto se paga?
El mercado de la chatarra tiene sus propias cotizaciones, dependiendo de cada elemento y además de ser un comercio, contribuye al cuidado del medio ambiente.
Todo se vende por kilo o por tonelada y cada material tiene un precio diferente. El hierro se paga entre $10 y $13, el bronce $300, cobre $600, la chatarra $7, además hay variedad de precio en lo que es aluminio o baterías que se pagan entre $60 y $70 el kilo.
"La batería se compra entera y todo depende de cómo la traiga el cliente, si es con ácido o sin ácido", explicó Ríos
Tipos de chatarra
La chatarra está compuesta por trozos metálicos viejos que vienen de distintos objetos. Entre ellos destacan las máquinas y artefactos que ya no se usan, y están listos para reciclarse. Así, en la industria el volumen de chatarra deriva de: trenes, barcos, residuos de artículos electrónicos, artefactos eléctricos, maquinaria diversa, cableado y demás vehículos de transporte.
Tomando como base esta referencia, podemos decir que la chatarra se clasifica una vez que su tiempo de vida útil se ha terminado. Esto, sin perder de vista las disposiciones y normativas nacionales, y los procedimientos para su localización de acuerdo con las actividades productivas.
De metales ferrosos
Deriva del hierro, el acero, y las fundiciones. Comprende metales que se oxidan con facilidad y representan un reto a la hora de trabajarlos. No obstante, al ser susceptibles a la oxidación, necesitan un tratamiento oportuno, a excepción del hierro forjado y el acero inoxidable.
De metales no ferrosos
Está compuesta por residuos de aluminio, zinc, cobre, estaño, níquel, plomo, y pueden ser pesados, ligeros, maleables y ultraligeros.
Qué se puede reciclar
Hierro y acero
Reciclar hierro es importante para la industria del acero. ¿Por qué? No solo se ahorran los costos de extracción y procesamiento, sino también de los recursos energéticos. También podemos mencionar, que resulta un proceso sencillo, debido a que la mezcla solo debe pasar del estado líquido al sólido.
Con ello, se logran excelentes beneficios medioambientales, sociales y, por consiguiente, económicos. ¿Cómo? Mediante el empleo de chatarra que proviene de labores industriales, electrodomésticos, latas, clavos, vehículos, entre otros.
Aluminio
Dentro del mercado de la chatarra, el aluminio suele ser un material de muy fácil tratamiento y recuperación. ¿Lo mejor? Es posible reciclarlo varias veces, pues es extremadamente ligero, y asegura buen conducto de energía y calor.
Con él, se pueden fabricar productos como cubertería y latas para alimentos, por mencionar algunos. No es tóxico, es impermeable, sirve como reflectante del calor, y es posible deformarlo fácilmente. Por estas razones, el aluminio se considera un metal de gran valor.
Bronce
El bronce es uno de los elementos más antiguos, y puede provenir de ciertas máquinas industriales, por ejemplo. ¿Para qué reciclarlo? En primer lugar, porque es un recurso natural no renovable, ya que está compuesto por la unión de cobre y estaño.