Doña Rosa, la habitante más longeva en la historia de Brinkmann y ciudadana ilustre
Con 103 años, Rosa Dota de Rosina se convirtió en la nueva Ciudadana Ilustre de esa ciudad. "Vivo muy feliz y tranquila con mi familia", asegura. A pesar de su fuerte convicción radical, es la "preferida" del intendente justicialista Gustavo Tevez.
BRINKMANN.- Cumplió 103 años el pasado 8
de enero y fue declarada Ciudadana Ilustre. Se trata de Rosa Dota de Rosina,
quien batió los récords históricos de la ciudad siendo la habitante más longeva de Brinkmann en sus
125 años de historia.
El homenaje fue realizado por el municipio en el Teatrillo Municipal, el cual se vio colmado de público, entre ellos, familiares, amigos, vecinos y funcionarios de la ciudad.
De esta manera, Rosa se convirtió en la quinta ciudadana ilustre de Brinkmann, luego de José Gavelli, Averaldo Giacosa, Ana Giaveno de Pagani y Padre Jorge Isaac (homenaje realizado post mortem).
"Doña Rosa", como la llaman en el pueblo pasará también a la galería de Ciudadanos Centenarios, en la que se exhiben las fotos de los habitantes que en los últimos 30 años alcanzaron sus 100 años de vida.
"No lo esperaba a esta altura de mi vida"
"Fue algo maravilloso, que no esperaba a esta altura de mi vida, pero que no voy a olvidar nunca. Tanta dedicación, cariño y demostración de amor de tanta gente de la ciudad me llena de emoción, es algo que no pensaba vivir a esta edad", comentó la nona Rosa, en entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Durante su larga, pero feliz vida, Rosa tuvo cuatro hijos (uno de ellos fallecido), 6 nietos, 9 biznietos y 1 tataranieto, y atribuyó su longevidad a Dios. "Si el Señor me hizo vivir tantos años es porque tenía una tarea preparada para mí", aseguró.
En este sentido, señaló que "vivo muy tranquila y feliz junto a mi familia, no tengo más nada que pensar y ni que hacer".
Rosa Dota de Rosina junto al intendente de Brinkmann, Gustavo Tevez.
Al tanto de las noticias
Rosa Dotta de Rosina nació en la pequeña localidad santafesina de Colonia Aldao, en el año 1916 donde vivió un corto período de tiempo junto a sus 8 hermanos. Luego de un tiempo, la familia se mudó a un campo de Seeber para que los niños pudieran continuar con sus estudios primarios.
En este pueblo, y a sus 15 años, Rosa conoció a José Segundo Rosina, quien dos años más tarde se convirtió en su esposo.
"Éramos vecinos del campo y un día nos cruzamos en una cremería buscando leche. Desde ese día no nos separamos", comentó.
En el año 1971, llegaron a Brinkmann y luego de 54 años juntos, el marido de Rosa falleció por un accidente cardio vascular en 1986 y desde entonces la nona vive con la familia de sus hijos.
Si bien ya no goza de buena vista ni audición, recuerda que hasta hace unos años tejía al crochet, miraba novelas y leía el diario LA VOZ DE SAN JUSTO. Asimismo se confiesa ser una fiel oyente de AM 1050 Radio San Francisco.
"Me encanta escuchar la radio todo el día para contarle a mi familia lo que está sucediendo en Brinkmann. A la tarde sigo mucho a AM 1050 y Cadena 3 porque te enteras de todo lo que pasa en el país", comentó Doña Rosa.
Confía mucho en las nuevas generaciones, le encanta charlar con los jóvenes aunque no conoce de qué se tratan las redes sociales. De hecho, aseguró que "nunca pensé ver toda la tecnología que hay hoy en día. Mis nietos me hablan y me muestran, pero no sé de qué se trata".
Una "loca" de los perfumes
Rosa goza de buena salud, a pesar de sus limitaciones en la vista y el oído, está muy lúcida y se mueve por toda la casa, ayudada de su andador. Según comentó su nuera Betty, quien cuida a Rosa junto a su esposo (el hijo mayor de Rosa), "la nona se levanta todos los días a las 7 y se baña con agua fría, sea verano o invierno. También se lava su ropa y hasta hace poco tiempo se encargaba también de tenderla".
Lo que abandonó, y con mucha pena, es la cocina. "No le gustó mucho la idea, pero hace unos años ya no cocina, debido a que no ve, por lo que tuvimos que obligarla a que deje de cocinar", comentó Betty.
Entre sus comidas favoritas se destacan los chocolates, el asado, la sopa y el infaltable chorizo a la grasa.
Asimismo, Betty no dejó de lado un dato primordial para Doña Rosa. "Todos los domingos la llevamos a dar una vuelta por la ciudad y el campo. Ella la espera ansiosamente ya que le gusta saber cómo está el pueblo, qué cosas se hacen y comentarle a sus familiares y amigos".
La nuera de Rosa afirma además que la abuela es "la loca de los perfumes. Todas las mañanas cuando se levanta se perfuma y se pone crema. Le gusta estar siempre prolija y bien arreglada".
De hecho, para su cumpleaños recibió muchos perfumes de regalo. "No quiso que le hagamos ninguna fiesta familiar. No obstante, el día de su cumple no entraba un alfiler en mi casa, desde amigos, vecinos, y hasta la prensa que se congregó para saludarla", comentó Betty.