Dolor pelviano crónico: cuáles son las causas y qué tratamientos existen
Se trata de una patología crónica, como la diabetes o la hipertensión, que requiere de un abordaje interdisciplinario y continuo para lograr estabilidad. La persistencia del dolor deteriora la calidad de vida y el fracaso de diferentes tratamientos ocasiona al paciente una continua sensación de enfermedad.
El síndrome de dolor pelviano crónico (DPC) es persistente y no tiene una causa infecciosa o tumoral que lo origine. Esta sensación de dolor se ubica en la zona del bajo vientre (hipogastrio) y en la región perineal, en lo que se llama la región pélvica. Como su duración es mayor de 6 meses, se lo denomina crónico.
Afecta tanto a hombres como a mujeres, pero éstas últimas son las más afectadas; se estima que un 25% de las mujeres en edad reproductiva sufren de dolor pelviano crónico. Es una patología crónica como diabetes e hipertensión, que afecta la calidad de vida de quien la sufre.
La persistencia del dolor deteriora la calidad de vida y el fracaso de diferentes tratamientos ocasiona al paciente una continua sensación de enfermedad.
El médico urólogo Marcos Alejandro Zabala (MP-37303/8; ME-18331) que atiende en la Clínica de Especialidades "Enrique J. Carrá (h) y el Sanatorio Argentino afirmó en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO que se trata de una patología crónica, como la diabetes o la hipertensión, que "requiere de un abordaje interdisciplinario y continuo para lograr estabilidad".
Explicó que las causas del dolor pelviano crónico son múltiples, en mujeres se destacan la endometriosis y enfermedades de transmisión sexual dentro de las ginecológicas, y en hombres la prostatitis crónica. Además existen muchas patologías urológicas como la vejiga hiperactiva, asociada o no a incontinencia urinaria, la cistitis intersticial, pos tratamiento de cirugías de próstata, radioterapia, etc. que también pueden provocarla.
Dr. Marcos Zabala
¿Prostatitis o Síndrome de Dolor Pelviano?
La prostatitis es una enfermedad frecuente que afecta del 10 al 20 % de los hombres. Entre el 5-10% de los casos tiene una causa infecciosa y responden al tratamiento con antibióticos. En el resto de los casos, los cultivos son negativos y popularmente se le llama prostatitis crónica, aunque es mejor denominarla síndrome del dolor pelviano crónico (Sdpc).
El doctor Zabala afirmó que las personas que sufren este sindrome "presentan dolor crónico en periné, molestias miccionales, sexuales (disfunción eréctil, dolor durante las relaciones, aneyaculacion, hemospermia y disminución del deseo sexual) y descenso de la calidad de vida. Es una enfermedad frecuente y muy molesta. La prostatitis bacteriana crónica y el Síndrome de Dolor Pelviano Crónico pueden presentar manifestaciones clínicas muy parecidas y el diagnóstico diferencial puede ser difícil".
Agregó que para el tratamiento es fundamental "pensar la patología, encarar un tratamiento muldisciplinario con médico urólogo, ginecólogo, fisioterapeuta, nutricionista. Además combinar medicamentos con tratamientos locales (ondas de choque) terapias físicas como masaje prostático, acupuntura, neuromodulación, inyección de toxica botulínica, tratamientos quirúrgicos, compromiso del paciente con cambios en el estilo de vida -actividad física y dieta antiinflamatoria- y adherencia al tratamiento".
Qué son las ondas de choque
Entre los tratamientos se encuentran las ondas de choque. ¿En qué consiste esta terapia?. El doctor Zabala explicó que son "ondas de presión que se desplazan a través de un medio a la velocidad del sonido. A nivel médico, se utilizan desde 1980 para la fragmentación de los cálculos renales y ureterales. Posteriormente se han desarrollado múltiples utilidades médicas".
Las ondas de choque empleadas en dolor pelviano crónico, disfunción eréctil y enfermedad de Peyrone (incurvacion peneana) son de baja energía, diferentes a las empleadas para la fragmentación de cálculos (alta intensidad).
Actualmente, las ondas de choque de baja energía se utilizan para:
• Mejorar la circulación sanguínea.
Estimular la generación de vasos sanguíneos.
Producir relajación muscular.
Eliminar puntos dolorosos.
Existe amplia y excelente experiencia con el empleo de Ondas de Choque de baja energía para el tratamiento de dolores crónicos traumatológicos (fascitis plantar, tendinitis, etc.).
Cuando una persona siente dolor durante largo tiempo y fracasan diferentes tratamientos, se produce un reforzamiento de los impulsos negativos (dolor) en el cerebro y se crea una especie de "memoria de un dolor particular".
"En estudios realizados se demostró que las Ondas de Choque de baja energía aplicadas a nivel perineal producían un descenso significativo del dolor y una mejoría significativa de las molestias miccionales y de la calidad de vida. Los pacientes que recibieron ondas de choque de baja energía mejoraron de manera muy significativa con respecto a los pacientes que recibieron placebo, simulación del mismo tratamiento", afirmó Zabala.
¿Cómo se administra el tratamiento?
Se aplican 6 sesiones de ondas de choque de baja intensidad, una por semana. En cada sesión se aplican 3000 ondas de choque distribuidas por todo el periné y por las zonas dolorosas. La intensidad de las ondas de choque se eleva progresivamente a partir de la segunda sesión. No se necesita anestesia, no producen dolor.