Disfruta del afecto de su compañero equino
Julieta Murgio sigue volcando sus conocimientos en la atención de caballos en el Club Domanie de Chantilly international como también participando de prestigiosos torneos en Francia.
Desde el año pasado se encuentra en Francia donde sigue disfrutando de la convivencia diaria con los caballos, brindándoles la máxima atención en pos de su bienestar y que puedan mostrar su mejor rendimiento en la temporada deportiva de polo.
La sanfrancisqueña Julieta Murgio mostrando su pasión y compromiso con su profesión en comunicación con LA VOZ DE SAN JUSTO habló de su actualidad en su nueva institución en suelo francés.
"Volví a París en noviembre del año pasado y si bien tuve unos días para vacacionar arranqué con mi trabajo para la temporada indoor en el Polo de Paris donde fue mi hogar por tres arduos meses en donde cuidé caballos para diferentes patrones muy importantes y jugué algunos partidos muy divertidos", contó.
"La temporada indoor, es sobre arena techada y con luz artificial ya que a las 4 de la tarde es de noche aquí en invierno. Después el primero de abril me mudé a 300 kilómetros al norte de París en la zona de Normandie, más exactamente en Dauville, para comenzar a preparar los caballos que entrarían en la temporada fuerte de acá", comentó.
Sobre la planificación llevada a cabo, indicó: "Hicimos un trabajo muy progresivo para que lleguen en condiciones óptimas a las primeras prácticas y partidos que arrancaban en mayo. Pero recientemente nos volvimos a mudar, y cuando hablo de mudar, me refiero con caballos y todas las cosas, para el juego y la cuida, al Polo Club Domanie de Chantilly international, en donde haremos base por aproximadamente dos meses".
"Aquí se disputan algunas de las copas más importantes de Francia como la Rider Cup, la Cup D' Or, otras copas de 6 a 8 y de 12 a 16 goles de hándicap, el Open de France, entre otras en donde competimos con equipos de toda Europa y en sí, es una zona muy bonita", explicó.
"Luego nos trasladaremos al sur de Francia, a unos mil kilómetros a St Troppez y volvemos a Dauville, después a Chantilly de nuevo para terminar. Para destacar, absolutamente todos estos sitios son importantes por los caballos y no solo el polo, sino turf, trote, salto, adiestramiento, y paseos, toda zona caballar, y la gente lo tiene muy inculcado en su vida", destacó.
Acerca de su tarea específica y la posibilidad de dirigir una escuela de equitación, comentó:
"Aquí mis actividades son abocadas el ciento por ciento del tiempo a la cuida del caballo que abarca sus necesidades básicas, salud y entrenamiento. Como mencioné en notas anteriores, son atletas y necesitan estar en óptimas condiciones para su mejor rendimiento".
"Por otra parte me gustaría tener a cargo una escuelita pero para radicarme aquí necesitaría aprender muy bien francés, aunque debo aclarar que con el idioma me llevo muy bien, me gusta aprenderlo, no es imposible y básicamente me hago entender muy bien".
Continuando la conversación sobre su actividad, señaló que "Siempre vivimos lo más cercano y próximo al club, o incluso en algunos lugares dentro del mismo, es mucho tiempo el que se pasa en las caballerizas, comenzando de muy temprano y nunca tenes un horario fijo".
"Hay días que dependes de la organización de los partidos, clubes, viajes y es muy difícil cuando vivís a más de 15 minutos por ejemplo", completó.
El propósito de desarrollar a sus amigos los equinos en las distinguidas instituciones es un desafío que se redobla constantemente, sobre lo que opinó:
"Bueno, un poco sí, si bien es más importante a quien le cuidas caballos y no en el lugar, para mí tiene mucho que ver porque a este tipo de clubes va gente de muy buen nivel, y uno compite en la cuida contra los mejores caballos, cuidadores, jugadores, profesionales y patrones".
"Los clubes en los que trabajo pretenden que aboque todos mis conocimientos y esté a la altura de las circunstancias, por el momento están muy felices con mi trabajo y se refleja en los resultados", cerró.