Diciembre de 2001: dos décadas del mes en que el Estado se rompió

¿Qué nos pasó? Una pregunta rebuscada si se trata de pensar en lo que sucedió hace 20 años. En esta entrega la pobreza y el dolor que trajo ese falso progreso de la convertibilidad.
Por Ivana Acosta |LVSJ
La Alianza, esa fuerza que apareció en 1999 como la gran promesa post década menemista se cayó a pedazos rápidamente con características que superaron cualquier hipótesis. No se trató de una crisis cualquiera sino de una fractura sociopolítica que terminó de forma violenta en 2001.
Por supuesto que la crisis económica ya existía antes de ese fatídico mes de diciembre de hace 20 años, la convertibilidad daba señales de un final que debía introducirse, la famosa "salida" como la llamaron muchos, pero todo salió mal o mejor dicho fue un escenario aun peor.
Argentina atravesó un diciembre que no debe olvidarse nunca porque son contadas con los dedos de las manos las naciones que han debido reponerse de una fractura institucional, sociocultural y político partidaria.
Diciembre madrugó a todos con un sistema financiero quebrado sin dólares, ni reservas y con un modelo de convertibilidad totalmente ficticio. No había pasado ni una semana del mes 12 cuando se decretó el corralito y se empezó a escuchar el "que se vayan todos".
Siguieron los saqueos, los carteles recordando escandalosos casos de corrupción, tambaleaba un gobierno cuyo vicepresidente tiró la toalla tempranamente y toda esa escena dantesca sucedía mientras los dólares se iban de forma masiva. Todos sabemos cómo terminó, con un presidente que se fue por los aires dejando en la tierra miseria, mucha miseria.
Todos esos detalles y muchos más son parte de los tristes sucesos de hace 20 años y que obligan a preguntarnos de nuevo ¿qué nos pasó? Siguiendo la premisa acerca de que la memoria de los pueblos debe construirse de abajo hacia arriba, para repensar esta pregunta planteada es preciso que volvamos sobre los pasos y analizar cómo fue el 2001 en San Francisco.
Los ahorristas se agolparon frente a los bancos reclamando sus depósitos
Diciembre negro
El 1 de diciembre de 2001 la tapa de este diario daba cuenta en su noticia principal de la reestructuración municipal que se avecinaba en virtud de la gravedad que había adquirido la situación económica en el país. Esto llevó a que el gremio SUOEM hiciera manifestaciones gremiales, pero los paros y marchas en aquel momento no eran atípicos, a nivel nacional por ejemplo De la Rúa soportó diez iniciativas de este tipo.
Ese mismo día el gobierno puso un freno a la fuga interminable de divisas que había alcanzado picos históricos esa semana, pero se mantenía desde el 2000 cavando lentamente la fosa del sistema financiero, acompañado por un Riesgo País en alza que por esos días llegó a 3340 puntos.
El ministro de Economía Domingo Cavallo anunció el congelamiento de los depósitos en dólares existentes en los bancos. Dos días después se publicó en el Boletín oficial el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 1570 la medida y los depósitos en esa divisa extranjera quedaron atrapados dentro del sistema financiero. Había que parar la ola masiva de retiros y a partir de este plan no podía retirarse en efectivo -(solo hasta 250 pesos por semana), aunque sí podían realizarse operaciones siempre que el dinero no saliera de esa "caja de contención".
Los más perjudicados fueron los pequeños y medianos ahorristas, así como a jubilados y el gobierno de la Alianza sostuvo que la medida era transitoria con el objetivo de cumplir su promesa electoral de mantener la convertibilidad. No debe perderse de vista que para ese momento la Argentina había disminuido a la mitad en menos de un año el total de reservas internacionales existentes.
San Francisco no tuvo saqueos aunque sí hubo una jornada de tensión donde el entonces intendente, Hugo Madonna, intervino.
Garantías mínimas
En paralelo la gente desempleada, pugnaba porque al menos se garantizara algo mínimo e indispensable como la comida, ya que para gran parte de la población argentina el problema no estaba en los dólares que otros reclamaban, sino en la comida.
Esto no significaba que una exigencia tuviera más valor que otra, simplemente era una cuestión de supervivencia. Un adulto podía no comer, pero ver platos vacíos de los chicos era más que duro y eso enervaba los ánimos. Era una olla a presión que obligó a reforzar el rol del Paicor, Guarderías Municipales y comedores comunitarios, pero aun así eso no cubría la demanda.
Hugo Madonna que por entonces era intendente de San Francisco recordó que entre 1999 y 2001 el país vivió las consecuencias de la profunda recesión que existía y el fin de la convertibilidad.
"Fueron épocas muy difíciles, pero a partir de diciembre con todo lo que fue la caída de la convertibilidad y la devaluación abrupta de la moneda argentina se generó un aumento mayor de la pobreza y la desocupación", sostuvo el dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR).
La prioridad como gobierno pasó a ser "garantizarle a la población en la ciudad las necesidades básicas especialmente en materia de alimentos y salud" y así recordó que "surgió la fábrica de medicamentos municipales, la cobertura de salud de 24 horas en la Asistencia Pública" y eso permitió que se amortiguara la cobertura de necesidades básicas".
El presupuesto se dirigió entonces a reforzar estas áreas: "Durante casi dos años tuvimos que volcar muchos recursos para atender eso, pero era necesario e importante porque era lo básico para la población".
Como en esta pared los reclamos en Argentina hace 20 años se superponían unos a otros hasta que estallaron por igual. (Gentileza: La izquierda diario)
Contención
La atención estaba puesta en contener las necesidades poblacionales. Así como sucedía en el país a la gente le preocupaba no tener dinero (léase pesos o cuasimonedas que ya circulaban en esa época) para comprar. Así fueron desatándose las olas de saqueos que terminaban en represiones mortales en algunos casos.
En la ciudad no hubo saqueos, pero sí se estuvo a las puertas de ello. A mediados de diciembre un grupo espontáneo de personas se agolpó frente a un supermercado pidiendo asistencia alimentaria.
Un vecino había sintetizado por qué llegaron a ese extremo: "Acá en San Francisco hay hambre al no haber más trabajo, cualquier padre de familia de los que estamos acá puede decir que sinceramente no tiene trabajo ni tiene para comer, lo único que venimos a pedir es mercadería, no venimos a robar ni a saquear nada, sólo pedimos que nos ayuden para poder pasar las fiestas porque es feo llegar a nuestra casa y no tener nada para comer".
Ese día de tensión Madonna llegó al lugar y entabló diálogo con la gente organizándose un operativo de reparto de alimentos por parte de lo que en ese momento se llamaba Acción Social.
El ex intendente recordó aquel momento: "En otros lugares hubo saqueos, acá hubo intentos en un episodio yo participé directamente, ¿Por qué tomé esa decisión de ir y hablar con las personas? Porque sabía que si caía un supermercado iba a ser un efecto dominó que no iba a poder pararlo".
En esa línea argumentativa señaló: "Hicimos todo lo que pudimos y con gran apoyo de toda la gente, de hecho, pusimos llevar adelante el gobierno y a los dos años ser reelegidos con un margen que fue histórico para la nueva democracia argentina con un 58 % de los votos".
Cambio de planes
En aquella época, Madonna había asumido su primer período de gobierno en 1999, su espacio a nivel nacional estaba representado en la Alianza, palabra que quizás jamás vuelva a emplearse en la política partidaria por la oscuridad a la que remite.
Al dirigente le tocó gobernar con brasas en las manos y en un contexto donde si se tapaba un problema se abrían tres más en simultáneo, todo eso llevó a poner la mirada en otras cuestiones más urgentes y desplazar ciertos proyectos.
Madonna prefiere no decir que existieron proyectos truncos debido a la crisis institucional, afirmó que solo se difirieron en el tiempo y alcanzaron en coordinación con gestiones de otro signo político.
"Teníamos acordado con De la Rúa y Cavallo desarrollar muchos proyectos de infraestructura en San Francisco que no se concretaron debido a la abrupta caída del gobierno. Son proyectos que se truncaron para hacerlos con el gobierno de la Alianza, se alcanzaron después en nuestra siguiente gestión y otra a nivel nacional y que hoy son visibles", cerró.
La gente tenía hambre, quería trabajar, pero no había, fue una ebullición social donde los desclasados salieron a las calles hastiados de la situación; en el camino se encontraron con los que tenían ollas o cacerolas en las manos pero que no tenían comida porque estaban llenas de indignación por la debacle económica y el "secuestro" financiero que representó el Corralito.
El caos desatado cuando el sistema de convertibilidad caía y ese encuentro de personas necesitadas fue un caldo de cultivo para lo que se avecinaba: estado de sitio, represión y sangre en las calles sin freno.