Día Mundial del Corazón
Este año, la fecha adquiere una relevancia especial. En el mundo que sucederá a la pandemia, la metáfora que apela a que los seres humanos tengan siempre buen corazón también puede tomarse de manera literal. Porque el corazón sano es sinónimo de una existencia plena.
Cada 29 de septiembre se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Corazón, con el objetivo de llevar conciencia a todos los rincones del planeta respecto de la necesidad de combatir todos los factores que favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Este tipo de patologías es la principal causa de muerte en todos los países. Se origina por diferentes factores que, por fortuna, están bien identificados: tabaquismo, sedentarismo, hipertensión, obesidad, estrés y enfermedades predisponentes como la diabetes y el Chagas, entre otros.
Desde hace más de un año y medio el mundo vive la pandemia del Covid 19 y, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, esta situación ha sido "sobrecogedora" para los más de 500 millones de seres humanos que viven con enfermedades cardiovasculares. "Han corrido más riesgo de desarrollar complicaciones si se contagiaban del virus. Por ello, muchas de ellas han tenido miedo de acudir a sus citas médicas rutinarias e incluso de buscar asistencia médica en situaciones de emergencia. Se ha aislado de sus amigos y familiares", señala la entidad multilateral.
En el mismo sentido, la Sociedad Argentina de Cardiología advirtió que "el coronavirus puede dañar al corazón en forma directa, invadiendo las células del músculo cardíaco (cardiomiocitos), o puede invadir las paredes internas que tapizan las arterias coronarias (endotelio). Como sea, el resultado puede ser una inflamación del corazón o miocarditis, una arritmia peligrosa o un agravamiento de la insuficiencia cardíaca, entre otras afecciones".
Entonces, el Día Mundial del Corazón adquiere una relevancia especial. Porque cuidar y prevenir la irrupción de patologías que afecten a este órgano esencial es muy importante, ya que el Covid potenció los riesgos y aumentó los indicadores de mortalidad en pacientes que se contagiaron. Asimismo, la pandemia postergó consultas médicas y tratamientos que han agravado determinados cuadros de salud en millones de personas.
Frente a este panorama complicado se hace necesario recordar las medidas universales para que el corazón se mantenga sano: alimentación equilibrada, ejercicio físico regular, no fumar, control de la presión arterial y la glucosa en la sangre, entre otras. Por lo mismo, la salud pública no puede desentenderse de la difusión de todos los aspectos preventivos y el llamado a que las personas con síntomas hagan las consultas médicas oportunamente. Un diagnóstico certero formulado de manera precoz es sinónimo de vidas salvadas en estos casos.
En el mundo que sucederá a la pandemia, la metáfora que apela a que los seres humanos tengan siempre buen corazón también puede tomarse de manera literal. Porque el corazón sano es sinónimo de una existencia plena.