Día Mundial de la Salud: jornada especial
Los fenómenos de marginación y falta de oportunidades, entre otros, impiden que el derecho a la salud se cumpla cabalmente. Las desigualdades han quedado crudamente expuestas en esta pandemia. El virus golpeó más duramente a comunidades que ya tenían estándares bajos en materia de salud pública.
Se celebra hoy,7 de abril, el Día Mundial de la Salud. Fue instaurado por la Organización Mundial de la Salud para reflexionar e instar a los países miembros a trabajar por una efectiva concreción de un derecho inalienable como lo es el de tener acceso a los medios para garantizar la vida de las personas con herramientas que permitan afrontar las distintas enfermedades y situaciones que atentan contra ella.
Este año, la OMS invitó a construir un mundo más justo y saludable. Los errores que esta entidad cometió en el tratamiento de la pandemia del Covid 19 el año pasado quizás le quiten alguna entidad a esta convocatoria. Porque es verdad que llamamientos de este tipo tienen éxito si quien los hace goza de respeto por sus antecedentes y su imagen es bien valorada por los destinatarios.
No obstante, se impone reflexionar sobre la necesidad de que la salud llegue a todos los confines del planeta y que las personas puedan llevar "una vida más sana y tener mejor acceso a los servicios de salud que otras, debido enteramente a las condiciones en las que nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen", según afirma la entidad multilateral dependiente de las Naciones Unidas.
Los fenómenos de marginación y falta de oportunidades, entre otros, impiden que el derecho a la salud se cumpla cabalmente. Las desigualdades han quedado crudamente expuestas en esta pandemia. El virus golpeó más duramente a comunidades que ya tenían estándares bajos en materia de salud pública. Por ello, quedaron más expuestas a la enfermedad y sus servicios médicos colapsaron o estuvieron a punto de hacerlo. En otros sitios, las incontinencias y los intereses políticos agravaron los cuadros sanitarios y las consecuencias adversas se incrementaron debido a las falencias en la implementación de las medidas aplicadas para contener la pandemia.
En este marco, el mundo hoy asiste a una desigual distribución de las vacunas contra el Covid 19. Las razones pueden agruparse en dos extendidas actitudes: la falta de solidaridad de determinados países poderosos para compartir y la negligencia o impericia de algunos gobiernos para conseguir las dosis necesarias y llevar adelante programas de vacunación exitosos.
En este marco, los reclamos de que se trabaje mancomunadamente se han pronunciado en prácticamente todos los foros internacionales. Desde el Papa Francisco hasta dirigentes sociales de buena parte de las regiones del planeta han solicitado coordinación internacional en esta temática. Y la OMS no está consiguiendo resultados. Por ello, su convocatoria a un mundo menos desigual en materia de salud se opaca ante el fracaso de sus estrategias.
Acabar con la pandemia supone llegar a toda la población con los objetivos de proteger, testear y aplicar los tratamientos inmunizadores necesarios. Para ello, la cooperación internacional es vital, tanto en el acceso a los tratamientos, a los medios para la atención de los enfermos y a las vacunas. Mientras no se observen resultados beneficiosos, será difícil que se alcance un mundo más justo y saludable.