Devoto: Una laguna “en el corazón” del pueblo
Ubicada a dos cuadras de la plaza central, se emplaza la laguna "Cristal", una obra que nació con el abovedado de las calles pueblo y que se transformó en un ícono para sus habitantes. Orgullo de los devotenses que llevan junto a la bandera del cooperativismo
Devoto es conocido por su movimiento cooperativo de hecho es la "Capital Provincial de las Entidades de la Economía Social", un sello distintivo. Pero también, en su corazón tiene una la laguna, ubicada a dos cuadras de la plaza principal, consagrada por sus propios vecinos como "patrimonio natural".
Dueña de cientos de historias y anécdotas, este espejo de agua trasciende generaciones. Es casi un paseo obligado para románticas parejas de cualquier edad, para almas solitarias que van a llorar sus penas, para niños que van a divertirse o a tirarle pan a las aves; aficionados a la fotografía, algún pescador furtivo o simplemente a compartir unos mates en contacto con la naturaleza.
Nació en la década del 20 con el objetivo del abovedado de calles y desagües de las mismas, se tornó con el tiempo en un hermoso lago que forma parte del ADN devotense y es el orgullo de sus habitantes.
LA VOZ DE SAN JUSTO rescató algunos testimonios de vecinos que se criaron frente a laguna "su lugar en el mundo" sostenido por los recuerdos de la infancia y el lugar que ocupa en su corazón en el presente.
"Es un ícono, un monumento y patrimonio de todos", coinciden los habitantes de esta localidad, situada a 20 kilómetros de la ciudad de San Francisco. De hecho, es uno de los pocos pueblos de San Justo, sino el único, que cuenta con un espejo de agua en el medio del mismo, y que supo mantenerse con el paso de los años.
Beatriz Massante: "Me crié alrededor de la laguna, es un lugar muy especial"
Beatriz Massante, de 68 años, creció en su casa paterna frente a la laguna. Luego se casó y se mudó, pero no muy lejos, ya que construyó su hogar nuevamente frente a este "ícono". Es una de las pocas vecinas que vive en el sector, desde que nació.
En su memoria alberga los recuerdos más felices de su infancia. "Alrededor de la laguna aprendí a andar en bicicleta, a patinar, hice nuevas amistades y hasta el día de hoy es el punto de encuentro para los devotenses que vienen a caminar, a tomar mates o traen a sus hijos a pescar mojarritas o alimentar a los patos y gansos, así como también para gente de otros pueblos vecinos que no tienen un espejo de agua como este".
"En verano nos reuníamos con los chicos del barrio en una esquina a jugar, hasta de noche. Jugábamos al carnaval con nuestros padres, a baldes porque no había bombitas y hasta la usábamos como pileta", recordó Bety.
"La laguna es algo muy especial para mí y para todo el pueblo, un lugar tan hermoso. Uno se levanta a la mañana y ve esa postal y te levanta el ánimo, salís con otro ímpetud a trabajar", expresó la devotense.
También contó que actualmente "cuando llueve mucho se inunda pero gracias al desagüe que tenemos, a las dos horas no baja el agua".
Bety manifestó que "todos los vecinos cuidamos y respetamos este espacio. Si pasan los patos por la calle, se frena. Si vemos que hay chicos o jóvenes ensuciando o rompiendo algo, llamamos a la policía o salimos nosotros mismos y les decimos que cuiden porque es patrimonio del pueblo".
Roberto Gioino: "Al no tener vecinos en frente, es como un patio grande"
"Para nosotros es un parque.Al no tener vecinos en frente, es como un patio grande que cuidamos entre todos", manifestó Roberto Gioni que desde hace 60 años - toda su vida- reside en inmediaciones a la laguna.
"Es un espejo de agua que cualquiera quisiera tener y nosotros que lo tenemos queremos debemos cuidarlo y lo valorarlo porque queremos verlo cada vez mejor", reflexionó.
De hecho contó que su padre- que ya falleció- "durante seis o siete años les dio de comer a los gansos, mañana y tarde".
El vecino devotense revivió un espectáculo único para la época. "En el año 1983 un paracaidista se propuso y cumplió un desafío: se tiró de su paracaídas y cayó en medio de la laguna, donde había preparado el aterrizaje con cámaras de tractor y una lona. Ese día se congregó un mundo de gente alrededor de la laguna".
Si bien abundan los buenos recuerdos, entre los más amargos, Roberto mencionó cuando vio la laguna seca. "Yo era chico, tenía alrededor de 8 ó 9 años. Ese año hubo una sequía muy grande, de hecho venían a buscar agua para los animales del campo porque era el único espejo de agua en el pueblo y no había agua ni para darle a los animales. Muy angustiante".
"En ese momento trabajaban desde el municipio con caballos que sacaban tierra con la pala", comentó.
Para Roberto, la laguna esa también un punto de referencia geográfico a la hora de guiar a las personas hacia algún lugar del pueblo.
"Toda mi infancia y la de mis hijos transcurrió en este espacio, de hecho mi hija de 28 años que ya se fue de Devoto, cada vez que viene toma fotos y les muestra a sus amigos el lugar donde se crió. Muchos se sorprenden de que un lago así esté en medio de un pueblo como Devoto", comentó.
"Verla parquizada, linda y limpia es lo que más nos gustaría de aquí al futuro", concluyó.
Jorge Godoy: "Es el ícono del pueblo, un monumento natural"
Jorge Godoy (77) es uno de los vecinos más antiguos del lugar. Recuerda que en sus orígenes, usaron este bajo natural para sacar tierra y levantar calles del pueblo pero también para sacar agua y regarlas. "El agua se bombeaba a un tanque ubicado en el sur de la laguna y se arrimaba el camión regador para las calles", manifestó Godoy.
La fisonomía del lugar fue cambiando con el paso de los años. "El cambio fue brutal; había muchos eucaliptus y sauces hermosos con mucha sombra donde la gente venía a comer asados a tomar mates".
Para Godoy, "la laguna es un ícono, un monumento natural para el pueblo. Para los más chicos es una cita obligada venir a tirarle pan a los gansos de la laguna y eso es lo que nosotros mamamos desde chicos y hoy lo seguimos haciendo con nuestros nietos".
De hecho, los vecinos del lugar comentan un pato era el regalo más común para los niños, ya que cuando estos animalitos crecían los llevaban a la laguna y después se encargaban de alimentarlos.
El deseo de Jorge es que continúen embelleciendo el lugar, con el borde de cemento uy sobre todo reclama una limpieza, siendo que "hace más de 60 años que no se limpia".
El "chapacán", la pesadilla de los niños
Uno de los principales atractivos de los chicos era y sigue siendo la pesca en la laguna, pero en aquel entonces estaba prohibido por el peligro que significaba. "La laguna estaba cercada por un tejido, pero lo rompíamos e íbamos a pescar, hasta que llegaba el cuidacalles o más conocido como ´chapacán´", cuentan Jorge y Roberto.
"Si nos veían nos robaban la pesca y además nos llevaban a la comisaría, nos hacían limpiar y baldear toda el edificio policial, después nos acompañaban a casa y hablaban con nuestros". recuerda Roberto.
"Nosotros veníamos a pescar anguilas y teníamos que tener cuidado con la policía que en bicicleta te llevaba hasta la comisaría. El castigo era había bombear agua hasta llenar el tanque. Siempre que se les vaciaba nos venían a buscar para llenarlo", contó Jorge, con una sonrisa pícara.
"Nos dividíamos con los chicos uno en cada sector de la laguna y cuando veíamos venir a la policía gritábamos: "Viene!" y salíamos corriendo y nos escondíamos de los vecinos", recuerda entre sus anécdotas.
"No creo que haya alguno que se haya salvado de ir a bombear agua", aseguró. (Pasa a página 36)
Las múltiples funciones: desagüe, riego de calles y refrigeración de motores
Este espejo de agua que nació en la década del 20 con el objetivo del abovedado de calles y desagües de las mismas, se tornó con el tiempo en un hermoso lago que forma parte del ADN devotense.
Una investigación realizada por el escritor devotense Carlos Bongiovani, quien además es asesor del Archivo Histórico Municipal "Fortunato y José" Devoto señala que el origen de la laguna se remonta a fines de la década del ´20 durante la gestión del intendente Sincero Dotti.
A fines de los años ´20, durante la intendencia de Sincero Dotti (1926-1930), las autoridades municipales solicitaron a José Devoto, heredero de Fortunato Devoto, la donación de una manzana de terreno. El pedido perseguía dos objetivos. El primero, y principal, era obtener la tierra necesaria para llevar a cabo el abovedamiento de las calles de la localidad. El segundo era aprovechar ese espacio, ya bajo por sí, y además ahondado por la excavación, para convertirlo en desagüe natural del pueblo; y de paso en un espejo de agua con fines recreativos.
Después, durante la gestión de Andrés Vilosio (períodos 1936/1940; 1940/1943), surgió la idea de aprovechar el sector del pequeño embalse para hacer una obra que sirviera como fuente de provisión del camión regador. Este vehículo sería el encargado de aplacar el polvo de calles que no conocerían el pavimento hasta mediados de los años ´60. Así fue como aparecieron en escena el paredón, el pozo y el tanque ubicados sobre calle Esteban Larco.
Otra de las funciones era refrigerar los motores de la usina eléctrica ubicada a pocas cuadras de allí, a la que estaba conectada por una tubería subterránea.
Hoy pozo y tanque ya no cumplen ninguna función. Son apenas dos mojones que recuerdan un pasado que ya se fue, pero que resiste a pie firme los embates del olvido.
Dos veces seca
Según esta investigación, la laguna se secó en dos oportunidades: Una fue apenas pasando mediados de los ´60 y la otra a principios de los ´70, cuando una sequía prolongada asoló la zona y las napas estaban por el centro de la tierra. Entonces se andaba en bicicleta por el lecho cuarteado y se "cazaban" anguilas cavando hasta encontrarlas. La primera de las ocasiones se aprovechó para ahondarla un poco más con una pala buey arrastrada por caballos.
De laguna de retardo, a "Cristal" del pueblo
Ya iniciados los años ´70, lentamente comenzó a cambiar su fisonomía cuando los añosos eucaliptus y sauces llorones fueron talados. A partir de allí, en las dos décadas siguientes, el tejido que la rodeaba desapareció, se construyeron las veredas y se pavimentaron las dos calles que faltaban, se levantó una pequeña isla artificial y sus orillas fueron intervenidas con piedras y hormigón.
Y un día cambió de estatus: la laguna pasó a llamarse "Cristal del Pueblo", nombre que le dieron los chicos de la Escuela Florentino Ameghino a través de un proyecto educativo.
Un hecho trágico y eventos históricos
Historias nunca le faltaron a la laguna.Los vecinos dicen que el doctor Rómulo Cúneo Vessini, allá por los años 20/30, tenía un bote amararrado en su orilla con el cual solía navegar, y que se llevaba los remos a su casa para que no se lo usen.
También hablan de un hecho trágico: alguna vez alguien, pasado de copas, se ahogó en ella: "Fate nauta, Beretta" ("hacete otra, Beretta"), festejaban sus acompañantes cuando el pobre se hundía y volvía a salir a la superficie, creyendo que era una broma. En el relato popular también aparece un hecho de 1955: con motivo del levantamiento militar en Córdoba que diera inicio a la Revolución Libertadora, tropas leales provenientes de Santa Fe, con camiones y tanques, acamparon en su perímetro. Dicen que Arturo ("Arturito") Díaz navegó en sus aguas a bordo de la lancha de su padre, el Dr. Víctor Guillermo Díaz. Dicen que en sus alrededores fue hallada un hacha de piedra de los Sanavirones, antiguos habitantes de estas tierras.
A comienzos de los ´80, un suceso multitudinario: Roberto Sandri, practicante de lo que en aquel entonces podría considerarse deporte extremo, se arrojó en paracaídas y cayó sobre una plataforma ubicada en el centro del espejo de agua; esta superficie había sido especialmente preparada con cámaras de auto, tractor y camión, amarradas y cubiertas con una lona.