"Desde chico esperé este día, me puso feliz que estuviera presente mi familia"
El día después de su debut, Mauro el "Mono" Priotti analizó todo lo que vivió el domingo por la tarde en su estreno con la camiseta de Sportivo Belgrano, el fanatismo por el club de toda su familia, la alegría de su padre y todo el esfuerzo de años hasta concretar uno de sus sueños.
Sereno, reflexivo,
con una sonrisa que en ningún momento se borra de su rostro, así encaró el
arquero sanfrancisqueño Mauro el "Mono" Priotti el día posterior a su debut
profesional con la camiseta de Sportivo Belgrano, el club que lleva en la
sangre tanto él como su familia.
Le confirma a LA VOZ DE SAN JUSTO que, efectivamente, no fue fácil poder dormir el domingo por la noche, que se sucedieron uno tras otro los recuerdos de tantos años de esfuerzo y perseverancia para llegar a cumplimentar su sueño. Recuerda a todos los que estuvieron siempre y afirma que su familia es el sostén fundamental.
Su madurez, con solo 22 años, es parte hereditaria de su personalidad, la que lo llevó a portar la cinta de capitán en la primera local de Sportivo Belgrano que sueña con el título en la Liga Regional y que lo tomó con suma tranquilidad en un momento caliente del partido ante Douglas Haig, cuando debió ingresar para ocupar el lugar de Fernando Vijande que había sido expulsado, con un tiro libre de peligro frente al arco, en los pies de Pablo Mazza, un futbolista con pasado en Europa.
En una distendida charla con este medio, contó todos los detalles de su carrera y cómo vivió su estreno en el arco "verde".
-¿Costó dormir el domingo por la noche? ¿Cómo viviste esas horas posteriores al cumplimiento de un sueño?
Costó un poco dormir. Anoche hubo una cena familiar con mis padres, mi novia, mi hermana y mi sobrina, para festejar el triunfo y el debut.
Fueron muchas sensaciones encontradas, una mezcla de sentimientos, de alegría y nostalgia. Justo hoy (por ayer), se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de mi abuela.
Ahora estoy mucho más tranquilo, si bien el domingo lo tomé con tranquilidad y naturalidad. Cuando me pasó lo de la lesión en la cara el año pasado, aprendí a tomar todas las cosas con tranquilidad. Sé que esto es efímero, ya mañana (por hoy) vamos a focalizarnos en lo que se viene. El debut ya pasó, la victoria también. Son una anécdota muy linda pero ya hay que pensar en Boca Unidos.
-¿Qué se te pasó por la cabeza en los segundos previos a tu ingreso? ¿Y cuándo entraste?
Primero me amargué por "Fer" (Vijande) que venía haciendo una muy buena semana pese al partido en Pronunciamiento. Se entrenó muy bien y estaba bien de ánimo.
Cuando me tocó entrar, lo único que pedía es que el tiro libre vaya afuera (risas). Entré con la premisa de cuidar mi palo, esa era mi meta desde lo conceptual. Si iba por arriba de la barrera iba a hacer lo posible por sacarla.
Las sensaciones se fueron completando con el pasar de los minutos. Las ganas de tocar la primera pelota fue importante y cuando vinieron los goles fue todo éxtasis.
-¿Qué te dijeron tus compañeros a la hora de ingresar?
Le agradezco mucho a mis compañeros, al cuerpo técnico y a Darío Capello (entrenador de arqueros) que estuvo ahí dándome palabras de aliento. Domizi me dijo que disfrutara, que esté tranquilo. Tenía bien en claro que tenía que hacer lo que hice toda la vida: atajar.
Mis compañeros me dieron palabras de aliento, de que esté tranquilo.
-Fue una semana especial para todos los arqueros del equipo, ¿qué importancia tiene la unión interna que existe entre ustedes, incluido Darío Capello?
Hay mucha unión entre todos los arqueros del plantel. Compartimos casi todas las horas de los entrenamientos. Tantos años haciéndolo, posibilita que cada uno sepa que rol ocupa. A "Fer" le toca ser el titular, a "Leo" (Martina) y a mí, apoyar, hacer un esfuerzo más para tratar de potenciarnos y que la vara sea cada vez más alta. De eso se trata, que haya competencia, todos queremos jugar, todos queremos estar dentro de la cancha pero solo uno ingresa.
Con la expulsión de Fer, a quien le toque jugar, ya sea a Leo o a mí, va a hacerlo de la mejor forma, dando lo mejor para el equipo.
-¿Qué mensajes te fueron llegando tras el debut?
Recibí saludos de la mayoría de mi gente cercana, de mi familia, de excompañeros como Fede Cosentino, Manu Bustos, Mati Borgogno. El mensaje de la familia fue muy importante porque ellos siempre están, saben lo que uno pasa, lo que vive. Son el primer pilar que está siempre.
Me ponen muy contento los saludos pero eso no me modifica, sé que hay que tener los pies sobre la tierra. No hay que creérsela, hoy me toca a mí y mañana le toca a otro.
-Una vez finalizado el partido, Marcelo, tu padre, estaba completamente emocionado. ¿Qué fue lo primero que te dijo y qué importancia tiene en tu carrera?
La verdad que el viejo estaba muy emocionado, está feliz. A él también se le pasaron muchas sensaciones por la cabeza. Fue el que siempre me apoyó, el que siempre estuvo cuando estaba en Córdoba. Siempre me seguía, incluso viajaba a verme a Buenos Aires. Con los años dejó de ir por un tema del trabajo.
El año que jugué en novena, fue a todos los partidos. Fue a Boca, a River, a Rosario. No me olvido más un día en el que viajó, sin avisarme nada, a verme en Buenos Aires contra Argentinos Juniors. No sabía que él estaba, cuando salí a la cancha y me iba hacia el arquero lo vi ahí atrás y le dije '¿qué hacés acá?'. Siempre me apoyó.
Ahora tiene que cumplir una promesa, se tiene que tatuar. Tiene que ser algo referido a la fecha del debut. No tiene ningún tatuaje y con 55 años tiene que romper con sus esquemas y tatuarse. Lo prometió hace unos 5 o 6 años y jamás me lo olvidé.
-¿Cuánto esperaste lo que sucedió el domingo? ¿Qué significa además haberlo cumplido en el club del cual sos hincha y ante su gente?
Es un plus. Lo esperé desde siempre, era mi sueño. Cuando estuve en Belgrano soñaba con debutar allí y en algún momento jugar en Sportivo y que mi papá me viera. Gracias a Dios lo pude cumplir.
Ya en el club, desde el año pasado, y con Fernando Komorovski, con quien estoy muy agradecido, aprendí a vivir esto con serenidad, siempre me decía que tenía que estar tranquilo y esperar mi momento. Que trabaje, que sea paciente. Sabía que en algún momento me iba a tocar.
Desde enero me preparé con el objetivo de ganarme un lugar para ocupar aunque sea el banco de suplentes y ya todo me superó, no pensé que fuera a llegar tan rápido. Me pone muy contento el debut porque estuvo mi familia y se ganó.
-¿Qué sentís al ver también a otros compañeros con quienes compartiste la primera local, jugando en el Federal?
Acá si te va bien en la local tenés muchas chances de integrar el plantel. Le pasó a Nico Moreno que con 15 goles volvió a integrar el plantel profesional y eso es un reflejo de que la Liga Regional sirve. Me pone también muy contento por Enzo (Avaro), viene haciendo las cosas muy bien, entrena muy bien, se cuida, está convencido de lo que quiere. Lo mismo pasa con Alex Aguirre, Tomás Rossi, Facundo Scocco, Lucas Peludé, que son chicos con muchísimas condiciones. A Lucas le va a llegar la oportunidad cuando él se lo proponga, tiene muchas condiciones y el club lo apoya muchísimo.
El sábado fui a ver la primera local, tenemos los objetivos claros, me siento parte y soy parte del grupo. Queremos ser campeones, es una cuota pendiente que tiene el club. Vamos por buen camino.
-Muchos chicos que persiguen sus sueños en las formativas del club te tienen como un reflejo a seguir...
Eso lo hablo mucho con Diego Ensabella (coordinador de logística de las formativas de Sportivo). Trato de ponerme en ese rol porque me tocó pasar por la situación de ellos en la pensión de Belgrano, me pongo en el rol de aconsejar y transmitir con el ejemplo: que tengan buenos hábitos en el cuidado personal, de las comidas, de sus físicos.
En esta carrera uno trabaja con el físico y si no te cuidas vienen las lesiones, bajas el rendimiento. Siempre hay que estar preparado para jugar.
Si uno tiene el deseo de ser futbolista lo tiene que asumir con la responsabilidad que eso amerita.
-¿Quién es Mauro Priotti como persona y como arquero?
Como persona soy muy tranquilo. Me gusta mucho aconsejar. Estoy todo el día con el mate (que tiene el escudo de Sportivo grabado). Soy transparente, a veces tengo sentido del humor, otras soy más callado.
Me considero un arquero al que le gusta tomar riesgos, le gusta salir a cortar centros, jugar con los pies, pegarle a la pelota. Soy atajador y creo que mi punto fuerte, a pesar de la altura, es el juego aéreo y la pegada.
No todo es fútbol
-¿Cuánto duró la charla?
-Una media hora, Mauro.
-¡Uh, lo que va a ser transcribir eso!
La charla surgió una vez finalizada la entrevista con el "Mono". Y sucedió porque conoce del tema. En Córdoba, durante su etapa formativa en Belgrano, Mauro decidió estudiar Periodismo Deportivo, y sumar otro título a su currículum que, en primera instancia, lo presenta como arquero.
-¿Por qué elegiste la carrera?
Cuando terminé el secundario en Córdoba tenía bien en claro que iba a hacer algo, relacionado al fútbol o no pero que tenía que hacerlo para tener ocupada la cabeza. Lo hice en edad de quinta división, justo ese año lo tuve de entrenador a Nahuel Martínez (ex jugador y entrenador de Sportivo) quien me apoyó mucho en los estudios.
La carga horaria no era grande y podía cursar, me llevaba apuntes a los viajes, especialmente cuando jugábamos en Buenos Aires.
Pude terminar la carrera en tiempo y forma, con un buen promedio. Me sirvió para despejarme del mundo del fútbol, a veces uno está tan metido en la burbuja que se aísla del mundo exterior, de lo que pasa afuera. Conocí mucha gente nueva. Me sirvió para abrir la cabeza.
-¿Cómo lo ves al periodismo deportivo?
Lo veo bien, quizás no tiene tanta salida laboral como uno espera pero es muy linda si uno lo hace con vocación, es una carrera hermosa. El hecho de estar dentro de una cancha, hacerle entrevistas a los jugadores, redactar una noticia, es muy linda. Tiene mucho de imaginación y creatividad. En la ciudad hay buenos periodistas.