Entrevista
Del semáforo al escenario: “Cuete” y su vida en el circo
Gonzalo Borgogno es un malabarista y artista de San Francisco que encontró en el circo una forma de vida. Desde su primer contacto con el malabarismo en 2003, hasta la creación de su propio ciclo de circo y humor, "Sokarrat", su historia está marcada por la pasión, la superación personal y los desafíos familiares.
Gonzalo “Cuete” Borgogno es un artista de nuestra ciudad cuya vida está marcada por la pasión y la dedicación al circo. Su historia no es la de un niño que desde pequeño soñó con el circo, sino la de un joven que, tras probar distintos deportes y actividades físicas, encontró en el malabarismo su verdadera vocación.
En 2003, una especie de “accidente” cambió su vida para siempre. "Me encuentro con el malabarismo casi por casualidad. Estaba buscando cosas nuevas, siempre fui un niño muy hiperactivo, probando deportes y diferentes actividades", comentó “Cuete” a Posta / LA VOZ DE SAN JUSTO. El destino lo llevó a encontrarse con un amigo artesano que le mostró lo que se podía hacer con tres limones. Esa simple demostración despertó una obsesión que aún hoy lo tiene atrapado. "Empecé a investigar todo lo relacionado con el circo, el malabarismo, y lo que antes era algo de pura diversión, se transformó en una pasión", agregó.
Lo que comenzó como una curiosidad se convirtió rápidamente en una verdadera vocación. “Me cautivó la atención que requiere el malabarismo, la relación con el espacio, el cuerpo y el objeto. Te obliga a tomar conciencia de tu cuerpo, de tu corporalidad, y sobre todo, de cómo interactuar con otros, especialmente cuando se hacen acrobacias o ejercicios que requieren contacto físico", reflexionó Gonzalo sobre lo que lo atrajo del circo. A medida que fue profundizando en esta disciplina, la fascinación fue creciendo. No solo le ofreció una vía de expresión personal, sino también una forma de conectar con los demás.
Sin embargo, al principio, el camino no fue fácil. "En mi familia no había artistas circenses. De hecho, al principio fue difícil que lo aceptaran. Vivía en una familia más convencional, con trabajos más tradicionales, y cuando les dije que quería dedicarme al circo, fue un choque", recordó Gonzalo. Si bien su familia no tenía antecedentes artísticos, la situación fue tomando otro rumbo cuando vio que su hijo se mantenía firme en su decisión. "Aunque en un principio fue difícil, con el tiempo y al ver que podía vivir de esto, mi familia comenzó a aceptar mi elección", destacó. A pesar de las dificultades iniciales, logró formar una “familia artística” junto a su pareja, quien también tiene un vínculo con las artes, y su hija, que ahora se dedica a la música.
Para Gonzalo, el circo es mucho más que un oficio y un arte, es una forma de vida. "Lo que tiene el circo es que te conecta con una comunidad muy especial. En el mundo del circo, todos se apoyan. He conocido artistas de todo el mundo que, sin conocernos previamente, nos terminamos ayudando mutuamente. Ya sea en festivales, en giras o en encuentros casuales, la red circense está siempre presente", explicó. La comunidad artística es uno de los aspectos que más valora de esta disciplina, ya que le permite intercambiar ideas, aprender constantemente y, sobre todo, sentirse parte de algo más grande.
Hoy, Gonzalo Borgogno no solo vive de la producción de espectáculos circenses, sino que también se ha convertido en un referente local en el mundo del circo. Su amor por esta disciplina lo llevó a fundar su propia productora y a organizar eventos para fomentar el arte circense en su ciudad. "Empecé a hacer malabares en un semáforo y, con el tiempo, fuimos logrando llevar nuestro arte a escenarios más grandes, como festivales y convenciones", manifestó.
Una de sus iniciativas más recientes es el ciclo “Sokarrat”, que se lleva a cabo todos los días hasta el 20 de abril en la Plaza Cívica de San Francisco. Este evento busca acercar el circo y el humor a toda la familia, con funciones en formato callejero y entrada libre a la gorra. "El objetivo es continuar formando público y mantener la esencia del circo, que es accesible para todos. Queremos que las personas se acerquen a este arte milenario y lo disfruten, sin importar su condición social o económica", señaló Gonzalo sobre la importancia de hacer que el circo sea inclusivo.
El ciclo “Sokarrat” no solo tiene la intención de ofrecer un espectáculo de calidad, sino también de posicionar a San Francisco como un punto clave en el circuito cultural del país. “San Francisco está en una ubicación privilegiada dentro del corredor cultural de Argentina, y con eventos como este queremos mostrar que la ciudad tiene mucho para ofrecer en términos de arte y cultura. Queremos que compañías de todo el país puedan visitar San Francisco y que los artistas tengan un espacio para mostrar su trabajo”, remarcó.
El evento será una oportunidad para que los espectadores disfruten de un variado programa de circo, humor y espectáculos familiares, con funciones a partir de las 16.30. Además de la propuesta artística, el ciclo busca generar un espacio de encuentro para los artistas locales e internacionales, creando una red que permita la colaboración y el intercambio cultural.
A pesar de que “Cuete” logró consolidarse como un referente del circo en San Francisco, él no olvida sus raíces. "El circo es el arte que reúne todas las disciplinas, y en nuestro caso, todo lo que hacemos tiene una relación directa con el circo. Mi trabajo como malabarista, la música, la producción, todo está pensado dentro del universo del circo. Es un lenguaje que conecta a todos, y es algo que me apasiona profundamente", concluyó.