Historias
De Porteña a la NASA: la historia de Santino, el joven que proyecta su talento al espacio

Santino Clemente, estudiante de Ingeniería Mecánica, forma parte de un proyecto universitario evaluado por la NASA. Desde Nueva York, repasó el camino que lo llevó de su pueblo natal al mundo aeroespacial.
A sus 22 años, Santino Clemente ya forma parte de un proyecto vinculado a la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA. Nacido en Porteña, este joven estudiante de Ingeniería Mecánica se encuentra cursando sus estudios en la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, y recientemente integró un equipo que diseñó y lanzó un cohete en una competencia universitaria organizada por la agencia espacial norteamericana.
Desde Nueva York, donde disfruta unas vacaciones junto a su familia, Santino brindó una entrevista a Cadena 3 y relató el camino que lo llevó de su pueblo natal al mundo de la ciencia aeroespacial. “Siempre me interesó la cultura de Estados Unidos. Nunca había viajado como turista, pero durante mi año de promoción en la secundaria, en plena pandemia, con las clases online y mucho tiempo frente a la computadora, me puse a investigar por mi cuenta sobre becas y oportunidades para estudiar en el exterior”, explicó.
Ese primer interés se convirtió rápidamente en un objetivo claro. “Es todo un mundo: hay que rendir exámenes, escribir ensayos, contactar profesores, hacer entrevistas”, agregó. Así fue como, en 2021, tras terminar la secundaria en la Escuela Dante Alighieri de San Francisco, se mudó a Nashville para estudiar en una de las instituciones más reconocidas del país.
La vocación de Santino por la matemática y la ciencia comenzó en su infancia y tiene raíces muy concretas. “Desde chiquito siempre fui curioso, me gustaba la matemática. Participé en las Olimpiadas gracias a las profes de Porteña. Mi mamá es profesora de Matemática en el colegio Nuestra Señora de Lourdes, así que todo empezó ahí. Sin su ayuda, sobre todo, no estaría acá”, reconoció.
El esfuerzo personal y académico rindió sus frutos. Este año, fue parte de un equipo de 15 estudiantes que representó a su universidad en una competencia organizada por la NASA. El desafío consistió en diseñar, construir y lanzar un cohete que superara los 4.000 pies de altura, aterrizara con paracaídas, desplegara una antena y enviara una señal de retorno.
"Fueron meses de trabajo intenso. Estábamos divididos en subsistemas: estructura, cápsula, transmisiones y todo culminó en Huntsville, en el centro de la NASA, donde logramos completar la misión con éxito”, contó.
Durante todo el año, el proyecto fue evaluado por ingenieros de la agencia espacial. Aún se esperan los resultados finales. “No queremos confiarnos demasiado, pero sabemos que hicimos un gran trabajo. Ojalá estemos en el podio”, expresó con entusiasmo.
Más allá del resultado, Santino valora el camino recorrido. “Jamás me imaginé estar en esta situación. Ver al cohete elevarse, separarse y cumplir la misión, después de tanto tiempo en el laboratorio, fue una sensación increíble”, añadió.
Aunque hoy su presente está en Estados Unidos, su vínculo con Porteña sigue intacto. En cada receso académico, vuelve a su casa, se reencuentra con su familia y sus amigos, y retoma las rutinas que lo conectan con sus raíces. “Desde el hotel en Nueva York, estaba viendo el partido de Porteña contra 9 de Morteros. Ganaron, lo sigo siempre”, comentó.
Respecto a su futuro, mantiene una visión abierta. Gracias a su visa de estudiante, podría trabajar durante un año en Estados Unidos, aunque no descarta regresar a la Argentina. “Si existe la oportunidad de hacer lo que me gusta en mi país, me encantaría, es mi casa”, concluyó.