Danzas folclóricas: una tradición que se comparte en familia y que hoy está de fiesta
La Escuela Municipal de Danzas Folklóricas cumple hoy 50 años de existencia y de enseñanza a familias de bailarines que encontraron en este arte valores y motivos para unirse más.
La Escuela Municipal de Danzas Folklóricas cumple hoy 50 años de vida y por los pasillos del salón cultural municipal son numerosas las anécdotas que pueden contarse.
Gauchos y "chinas" integran las familias de bailarines, que con zapateos y movimientos de faldas invitan a aprender y a conservar valores de unión y de respeto por el otro y también de nuestro país.
Entre tantos abuelos, padres, tíos, hijos, sobrinos y nietos; está la familia Bessone. María Luisa junto a sus hijos Gabriela, Claudia y Mario, y las nietas Cecilia y Francesca son parte de este espacio que cumple medio siglo de vida.
La primera bailarina fue Gabriela, quien hace 22 años comenzó a bailar la danza popular a través de un exnovio. "Empecé yo y todos veían lo mucho que me gustaba y lo bien que me hacía, y poco a poco se fueron enganchando", señaló a LA VOZ DE SAN JUSTO.
El primero que se entusiasmó fue Mario, hermano de Gabriela, quien hoy es profesor en la escuela. "Recuerdo verla bailar y lo lindo que lo hacía. Empecé a estudiar al igual que ella y me enamoré. Tuve la fortuna de convertirme en un profesor más del plantel de docentes de la institución y me siento feliz de hacerlo", afirmó.
Ya con dos hermanos bailando y aprendiendo los secretos del folclore, siguió Cecilia, la hija de Gabriela, y más tarde llegó el turno de Claudia. Para Cecilia, "pesó más la herencia que otra cosa. Ya a los cinco años estaba bailando folclore y aquí estoy, enamorada de esto que va a ser para toda la vida".
Y aunque Francesca aún no va a clases, es la "china" más linda de las peñas. "Suena una guitarra y un bombo y es la primera que sale a bailar. La gente se sorprende cuando la ve haciendo los pasitos con solo dos años. Es muy emocionante", contó Claudia, su mamá.
Una danza que cura
La abuela, María Luisa, comenzó hace dos años a bailar tras la pérdida de su marido. Su hijo comenzó a dar clases de folclore a los adultos mayores y la mujer de 68 años no dudó en asistir. "Me cambió la vida. Fue muy duro perder a mi esposo pero la danza me levantó el ánimo y me da una felicidad que no puedo explicar", comentó.
Con una familia de bailarines, los trajes se confeccionan en la casa materna y ella es la artífice del vestuario. "Me traen a mí las ideas y elaboro los trajes de todos los colores y tamaño. Para mí no es un trabajo, es un placer que comparto con mi familia", señaló la mayor de la familia.
Unidos por la sangre y ahora por la danza, los Bessone reflexionaron sobre la importancia del folclore como unión familiar. "Hay un sentimiento doble. Por un lado ver a tu familia bailar y notar cómo disfruta el otro, pero también es lindo compartirlo entre todos", confió Mario.
"El folclore es el eslabón que nos unió más todavía y lo disfrutamos como uno solo", expresó Gabriela.
La enseñanza también se hereda
La escuela municipal de Danzas Folklóricas se fundó el 13 de abril de 1969. Desde su fundación, su directora fue Norma Navarro hasta que en 1979, José Alberto Carballo y María Cristina Escudero tomaron las riendas y hoy enseñan también en familia junto a su hija Natalia.
"La función que tenemos como Escuela Municipal es funcionar como enlace entre las costumbres y los alumnos", comentó José Alberto.
Pero no todo
termina en la danza. En las clases, los valores de la unión, el respeto y la
amistad se nutren a través de la música popular. "Lo que aprenden los chicos es
desde cómo ordenar el salón o limpiar luego de merendar en clases hasta los
secretos y los orígenes de cada uno de los ritmos, y eso les permite entender la
idiosincrasia y lo grande que es nuestro país", agregó el director.Los
directores de la Escuela Municipal de Danzas Folklóricas, María Cristina
Escudero y José Alberto Carballo
Lo que el niño aprende, para Carballo se lleva a casa y ahí está el secreto de que se traslade a padres y hermanos, los cuales se tientan de aprender. "Los chicos quedan sorprendidos de lo que aprenden, de las experiencias que viven con el folclore y todo eso lo llevan a la casa donde los padres o los hermanos más chicos quedan fascinados. Eso alimenta los valores familiares que tan perdidos están", añadió el entrevistado.
La tarea para ellos no es fácil ya que tienen 203 alumnos entre niños, juveniles y adultos, y por eso los acompañan profesionales idóneos de primer nivel como son los docentes Patricia Pérez, José Bollea, Mario Bessone y Pablo Ochoa. "Que la familia venga a bailar nos da la satisfacción de que nuestra misión como docentes está cumplida", afirmó Carballo.
Actividades por el 50º aniversario
Hoy a las 16.30, la concentración será en las instalaciones de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Francisco, con todos los alumnos y exalumnos de la escuela y las academias de nuestra ciudad, Frontera y de la región. El grupo luego partirá hacia la Plaza Cívica donde se realizará una gran manteada con música y suelta de 50 globos con mensajes de los alumnos.
El próximo 9 de Junio será el almuerzo de camaradería en el Superdomo con alumnos, exalumnos y allegados. También se realizará una gran peña bailable con música de la mano del grupo Peregrinos y contará con la presencia de un número artístico de la Agencia Córdoba Cultura.