Sociedad
Daniel Aimar: “Ser mecánico es lo mejor que me pasó en la vida”

Nunca dejó su oficio, ni de trabajar, ni de aprender. Hoy, en el Día de Mecánico Automotor, contamos su historia.
Tal como ocurre todos los años, cuando llega el 24 de febrero se celebra el Día del Mecánico Automotor, para agasajar a todas esas personas que se encargan de mantener el excelente estado de funcionamiento nuestros vehículos evitando de esa manera cualquier tipo de sobresaltos cuando los necesitamos.
En San Francisco, muchos son los que desarrollan esta noble actividad que, en muchos casos, suele transmitirse de generación en generación como una especie de legado familiar, marcado por una pasión adquirida entre motores y herramientas.
Un ejemplo de ello lo refleja Daniel Aimar, un experimentado mecánico de 60 años, que pasó 54 años en medio de un taller mecánico convirtiendo esta actividad en su forma de vida.
Como claro exponente de la actividad, Aimar recibió a LA VOZ DE SAN JUSTO en su lugar de trabajo donde recordó que “la pasión por la mecánica la heredé de mi papá, Omar ‘el loco’ Aimar, que también era mecánico de toda la vida. Yo tenía seis años y al terminar el período de clases me preguntó si quería ir al taller con él a empezar a aprender el oficio. Por supuesto, muy contento respondí enseguida que sí. Así empezó todo”.
Terminado ese período de vacaciones, Daniel Aimar no cesó en su pasión por ‘los fierros’ sino que dividía su tiempo entre la escuela y el taller. “Recuerdo que a la mañana iba al colegio y por la tarde estaba en el taller donde me quedaba hasta las diez de la noche, todos los días”.
Luego de haber terminado sus estudios secundarios en el Colegio San Martín continuó trabajando en el taller de su padre hasta que, a los 22 años, se decidió a rendir libre la especialidad de Mecánica del Automotor en la por entonces Escuela Nacional de Educación Técnica (Enet) N° 1, hoy Ipet N° 50 “Ing. Emilio F. Olmos”.
“Tomé la decisión de rendir libre la especialidad Mecánica del Automotor porque me parecía importante tener el título y además era importante por el incentivo económico que me generaba en el lugar donde estaba trabajando, pero, por sobre todas las cosas, por el orgullo que me generaba alcanzar ese logro”.
Si bien su papá era un especialista en preparar vehículos de competición, Daniel reconoció que “nunca quise meterme en ese terreno” hasta que, al cumplir 21 años ingresó como mecánico en la concesionaria Renault donde permaneció durante 20 años. Transcurrido ese tiempo se dio cuenta que era momento de iniciar un taller por su cuenta, actividad que desarrolla desde hace 20 años, atendiendo vehículos multimarcas.

Una vida de mecánico
Tras haber transcurrido toda una vida vinculada a la mecánica automotriz, en momentos de realizar un balance sobre lo que significó haber incursionado en esta actividad, Daniel no dudó en asegurar que “ser mecánico es lo mejor que me pasó en la vida”.
“Soy feliz siendo mecánico, es mi profesión y a veces eso vale más que mil títulos”, señaló con profundo convencimiento.
En este caso, Aimar valoró también “la capacitación como un elemento muy importante” dentro de su actividad porque “si querés mantenerte al día tenés que capacitarte, porque de lo contrario, es imposible”.
De esta manera, el entrevistado se define como una persona que “me gusta capacitarme permanentemente” para no darle ventajas al avance vertiginoso de la tecnología sobre la industria automotriz.
“Yo siempre digo que la evolución va de la mano del ser humano. Si no aceptás la evolución, te estancás y quedás afuera del sistema. El sistema no espera a nadie. Yo nunca le tuve miedo al avance tecnológico y siempre me fui capacitando e incorporando herramientas y tecnología entendiendo que la inversión en herramientas es importante. Nunca se termina de comprar cosas para el trabajo”.
Con la autoridad que le da la experiencia como mecánico, Aimar reconoció que “no añoro nada” de sus primeros años en la actividad, sobre todo a partir de todo lo aprendido a lo largo de todos estos años en el rubro. “Para mí la evolución en la mecánica automotriz fue importantísima y lo celebro. Día a día me presenta un nuevo desafío y eso es maravilloso”.
“En todo esto hay algo muy importante. Yo trato de trabajar siempre manteniendo los vehículos lo más original posible, sobre todo porque entiendo que no se puede experimentar como se lo hacía antes. Con la tecnología actual los mecánicos pasamos a ser ‘cambiapiezas’ aunque eso no significa que un escáner te simplifique el trabajo. El escáner te va guiando, pero el mecánico siempre pone su impronta para solucionar el problema”.
Por último, como un mensaje a la nueva camada de mecánicos que año tras año surgen en la ciudad, les dijo que “esto no se hace de un día para el otro. Tienen que ser pacientes y hacer experiencia. Al principio es duro, no es fácil porque la mecánica tiene sus cosas lindas y otras feas. No se desanimen y vayan para adelante. Sobre todas las cosas deben ser correctos en su rol de mecánicos y trabajen con honestidad con el cliente”.