Crisis del transporte: comparten boleterías para reducir gastos
La ocupación de estos espacios es del 60%. A casi dos meses del regreso, el sector no logra recuperarse y las empresas se ven obligadas a tomar fuertes medidas para mantener algo de rentabilidad. Empezaron por disminuir los costos fijos como el alquiler, el que hoy pagan entre varias, sin importar que sean de la competencia. Los comercios, por su parte, sufren que la Terminal de Ómnibus de San Francisco ya no sea una gran “vidriera”. La mitad cerró sus puertas.
Por Mauricio Argenti | LVSJ
Desde que el pasado 15 de diciembre se reanudó la actividad luego de 9 meses de parate total por la pandemia y por el paro del transporte, el servicio interurbano de pasajeros no volvió a ser el mismo.
Menos frecuencias y con una notoria disminución en la cantidad de pasajeros en los coches, la actividad dista mucho de obtener el margen de rentabilidad que supo alcanzar antes del coronavirus.
Este contexto llevó a que muchas empresas se vean obligadas a reducir costos y en algunos casos, desprenderse de personal. Entre las estrategias implementadas para disminuir gastos fijos está compartir boletería.
Para ello, varias firmas de transporte no dudaron en hacer causa común y mudarse a un espacio ahora compartido -a veces hasta por cuatro empresas- para ahorrarse así el costo del alquiler que asciende a 10.000 pesos por boletería.
Antes de la pandemia, en la Estación Terminal de Ómnibus estaban ocupadas las 8 boleterías disponibles mientras que en este momento la venta de pasajes se lleva a cabo en 5 de ellas. Entre las empresas que dejaron sus boleterías y pasaron a compartir espacio con otras se encuentran Andesmar, Crucero del Norte, Encon, Flecha Bus y Zenit.
De esta manera, las empresas que aún quedan en sus boleterías y pasaron a albergar a las que decidieron compartir espacio se encuentran Mar Chiquita -que alberga a Encon, Flecha Bus y Zenit-, El Turista, Transporte Morteros, LEP y Fono Bus que acogieron a Crucero del Norte y Andesmar.
Actualmente, cada boletería abona 10.000 pesos mensuales de alquiler mientras que los locales comerciales ubicados en la Terminal pagan un promedio de 8.900 pesos.
La ocupación de boleterías cayó un 40 %.
Momento complicado
La realidad del sector no escapa a lo que sufren las demás empresas. El trasporte sufre la baja de pasajeros y teme que los pocos pasajes existentes caigan aún más. Y advierten que la crisis se agudizará aún más ante el anuncio del gobierno nacional sobre la nueva distribución de subsidios en donde quedará excluido el transporte público de pasajeros que preste servicios de más de 60 kilómetros.
Pese al riguroso protocolo sanitario, todavía hay temor en la gente por realizar largos recorridos en el interior de un colectivo. Es así que luego de la reapertura, las empresas ven notoriamente reducida la frecuencia de circulación. A eso se suma la escasa cantidad de personas que transportan por cada viaje lo que provoca una importante disminución en la recaudación diaria.
De hecho, compañías como El Turista que antes de la pandemia hacían 7 viajes diarios a Córdoba, actualmente opera con dos de lunes a sábados y los domingos viaja una sola vez mientras que a Buenos Aires lo hace dos veces a la semana -domingos y jueves- cuando antes hacía un viaje por día.
Turismo Morteros tiene tres viajes diarios ida y vuelta uniendo nuestra ciudad con la localidad que le da el nombre a la empresa, así como también entre San Francisco y Miramar. A esto se suma la escasa cantidad de pasajeros que se trasladan entre San Francisco y la capital provincial mientras que están aguardando la habilitación para que la Capital Federal sea un próximo destino.
La empresa Fonobus concreta solo un viaje entre San Francisco y Córdoba, mientras que Buses Lep que cubre el trayecto entre nuestra ciudad con Villa María y Río Cuarto lleva a cabo cinco viajes diarios.
El Práctico, por su parte, realiza dos viajes diarios a "la docta".
"La actividad cayó un 80 %"
El propietario de Termini S.A., Eduardo Borgogno, quien tiene la concesión de la Estación Terminal de Ómnibus, no dudó en señalar que la actividad actual, en relación a la que había antes de la pandemia "cayó un 80 %" mientras que no dejó de subrayar que "los gastos fijos siguen siendo los mismos".
Además, en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO Borgogno advirtió que en cada salida "viaja mucho menos gente" y entre las razones, lo atribuyó a que "muchos todavía no se animan" y reconoció que "no hay dinero" para comprar los pasajes.
Recordó también que "en esta época del año no están los estudiantes y eso hace que se reduzca aún más la actividad, tanto de aquí hacia Córdoba como también hacia Morteros".
Los locales comerciales de la terminal sufren el efecto pandemia.
Fuerte impacto en los comercios
Además de las boleterías, la Terminal de Ómnibus sanfrancisqueña cuenta con cinco locales comerciales en el exterior, mientras que en el hall de espera se cuentan otros seis, de los cuales tres están cerrados y desocupados.
La "coronacrisis" también hizo sentir su impacto en la actividad comercial puesto que ante el poco movimiento de viajeros y gente de paso, la Terminal dejó de ser una gran "vidriera" comercial. Con escasas excepciones, los negocios que subsistieron "la reman" como pueden y algunos no descartan mudarse a otro lugar si la realidad no cambia.
"La situación por la que atraviesan los locales comerciales es muy delicada", reconoció Borgogno quien además dijo que "algunos están mejor que otros, pero en todos los casos la están peleando".
Asimismo, el empresario recordó que como concesionario de la Terminal "en 2020 durante varios meses no les cobré un peso de alquiler" y ahora que volvió la actividad, "algunos empezaron a pagar y otros no porque no llegan a recaudar lo necesario".
La disquería sigue vigente a fuerza de ser un clásico
Entre los locales comerciales que se encuentran bordeando la sala de espera de la Estación Terminal de Ómnibus, la disquería Tokoa asoma con cierto aire vintage y más vigente que nunca.
En una época caracterizada por el auge de los contenidos digitales, este negocio se las ingenia para permanecer de pie con las ofertas de los clásicos CD e inclusive, en uno de sus muros se muestran orgullosas varias películas en formato DVD.
Susana Mondino es actualmente la propietaria del local donde estuvo "toda la vida". En realidad, la disquería comenzó a funcionar en 1980 como una iniciativa que comenzaron su hermana Nelly y su esposo Ángel de la Frera. En 1993 se hizo cargo del establecimiento y desde allí pasó "crisis tras crisis" que hicieron que tuviera mucha experiencia para enfrentar procesos complejos como el de hoy.
"Esta pandemia nos impacta a todos de una manera tremenda", dijo Mondino, pero en el rubro en el que se desenvuelve fue optimista al señalar que "esto hizo que mucha gente descubra la música y algunos lo hicieron de grande".
Esto último fue explicado por la entrevistada quien continuó señalando que durante la cuarentena "el encierro hizo que la gente mayor tuviera que aferrarse al celular y descubrió Youtube. Cuando descubrió que podía manejar una tecnología se zambulló de lleno en esta experiencia de una manera plena".
Al igual que el resto de los comercios, tras decretarse el aislamiento social, preventivo y obligatorio, la disquería tuvo que cerrar sus puertas por no ser un servicio esencial. Esa inactividad se prolongó hasta mayo cuando nuevamente retomó el trabajo y con ello las ilusiones para "remarla con mucha fuerza".
Desde ese momento, Susana comentó que "empezó a acercarse gente que no había visto y que me preguntaba por el negocio porque nunca lo había conocido".
"El virus hizo que muchos redescubran la pasión por la música -sostuvo- Están volviendo los casettes ya que pudimos advertir que hay un 60 % de consumidores de casettes dentro del mercado de la música".
Los locales de disquería, no esenciales pero entre los negocios ganadores en la pandemia.
Pese al auge que tomó el streaming durante la pandemia, la entrevistada dijo que "yo no recurrí a la venta on line" y sin embargo "pude mantenerme en pie, afortunadamente" pese a pasar casi dos meses de inactividad hasta que el 17 de mayo pudo retornar al negocio.
"La gente redescubre la música por una necesidad que seguramente surgió durante la pandemia", agregó.
"Hacía años que no vendía la cantidad de CD's originales que estuve vendiendo desde que reabrimos", explicó la mujer con alegría para luego señalar que "la gente viene a buscar todo tipo de música". De esta manera, géneros como el cuarteto, la música latina, el folklore, el chamamé, etc. se encuentran en las repisas del establecimiento a la espera de que los amantes de cada ritmo hagan sus compras.
Lo cierto es que, en medio de la pandemia y en una época donde lo digital parece predominar en el mercado, la música ha demostrado, una vez más, que más allá del soporte en que se almacene, sigue conservando su magia, que trasciende al tiempo y las generaciones.