Día Mundial de la Salud Sexual
Crecen los casos de sífilis y preocupa el desconocimiento sobre su transmisión
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Profesionales de la salud pública alertaron sobre el crecimiento de los casos de esta enfermedad de transmisión sexual a nivel local; estimado entre un 30 y un 40% en los últimos dos años. Señalaron que gran parte de los contagios se producen durante el sexo oral sin protección y que persiste el desconocimiento y los tabúes que dificultan la prevención.
Por Cecilia Castagno | LVSJ
El incremento de las enfermedades de transmisión sexual (ITS) en San Francisco encendió la alarma entre los equipos de salud pública. En el marco del Día Mundial de la Salud Sexual, que se conmemora cada 4 de septiembre, un grupo de profesionales que trabaja en territorio advirtió sobre el crecimiento sostenido de la sífilis en la ciudad y el escaso conocimiento de la población acerca de los riesgos del sexo oral sin protección.
La sífilis, una infección que parecía controlada años atrás, hoy se expande de manera preocupante. “Estamos viendo un aumento muy marcado de sífilis en San Francisco, y muchas veces la vía de contagio es el sexo oral, algo que la gente no sabe o no termina de asumir”, señaló a LA VOZ DE SAN JUSTO el médico pediatra Nery Zupel, integrante del equipo Recreo Salud. Según explicó, las lesiones bucales son uno de los signos característicos: “Se trata de una llaga ínfima, indolora, que detectan muchas veces los odontólogos en un control de rutina. Como no duele, no se consulta a tiempo y la enfermedad sigue su curso”.
Riesgos invisibles
Generalmente, cuando se habla de enfermedades de transmisión sexual, se piensa en las relaciones con penetración. Sin embargo, el sexo oral también implica riesgos. Los entrevistados explicaron que “el contacto de las mucosas de la boca con las secreciones facilita la proliferación de virus y bacterias”.
Pese a su normalización, esta práctica es una vía de transmisión de diversas Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), destacando el virus del papiloma humano (VPH) —principal causa de cáncer de garganta relacionado al sexo oral—, además de herpes, sífilis y gonorrea. Por este motivo, insisten en la necesidad de utilizar métodos de barrera, como el preservativo y los campos de látex (también conocidos como "condón oral"), como la única forma eficaz de prevención.
En muchos casos, los síntomas no son claros y se confunden con otras afecciones. “La persona ni siquiera sabe que está infectada porque puede confundirse con una candidiasis o con un cuadro gripal. Eso retrasa el diagnóstico y aumenta las posibilidades de contagio”, agregaron.
El aumento en cifras
Los datos de San Francisco coinciden con una tendencia nacional. Según el último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, los casos de sífilis en población general aumentaron un 95% entre 2020 y 2024, pasando de 6.280 a 12.268 notificaciones. A nivel local, los profesionales estiman que los contagios crecieron entre un 30 y un 40% en los últimos dos años.
“No es un problema exclusivo de los adolescentes, también lo vemos en adultos. Y en los adultos todavía persiste el tabú de no consultar al médico, lo que favorece la propagación”, subrayó Zupel.
Un abordaje interdisciplinario
El equipo de salud del Centro de Atención Primaria de la Salud (Caps) de barrio Roque Sáenz Peña está integrado por el médico pediatra Nery Zupel, la enfermera Yanina Barrera, la licenciada en Nutrición Laura Granado y la psicóloga Carina Pécile. Todos trabajan de manera conjunta en la promoción de la salud sexual y reproductiva, la prevención de embarazos no deseados y la detección temprana de infecciones de transmisión sexual.
“Cada uno aporta una mirada diferente. Desde la medicina vemos los diagnósticos, desde la enfermería se hace el seguimiento de los tratamientos, desde la nutrición se trabaja el bienestar integral del cuerpo, y desde la psicología apuntamos a la toma de conciencia y la responsabilidad en los cuidados”, explicó Pécile.
Educación sexual como herramienta
La prevención en los barrios y en las instituciones educativas es uno de los ejes de trabajo. “Desde el grupo Recreo Salud tratamos de llevar la Educación Sexual Integral (ESI) a las escuelas. No solo hablamos de lo biológico, también de lo psicológico y lo nutricional, porque la sexualidad es integral”, explicó Zupel.
Sin embargo, reconoció que no siempre logran ingresar a los colegios. “Por motivos religiosos o institucionales a veces no nos permiten el acceso pleno, entonces buscamos otros espacios como los clubes. Allí llegamos a jóvenes de distintas edades y contextos sociales, y cumplimos con lo que marca la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral”, relató.
La psicóloga Pécile reforzó: “Nuestro objetivo es que los adolescentes cuenten con herramientas para prevenir embarazos no deseados e infecciones, y que comprendan que cuidarse es también un acto de responsabilidad hacia los demás”.
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Acceso y prejuicios
El acceso a los métodos anticonceptivos también presenta dificultades. “En los dispensarios entregamos preservativos, anticonceptivos orales e inyectables, pero muchas veces cuesta que la gente se acerque. En una jornada de testeo masivo en la Plaza Cívica vimos que muchos no se animaban porque creen que si uno se hace el test es porque ya está enfermo. Todavía hay prejuicios muy fuertes”, señaló Zupel.
Coincidió en que falta información clara: “Aunque hoy hay más apertura y más datos circulando, no siempre se usan de manera correcta. Todavía cuesta entender que por la boca también se transmiten enfermedades sexuales”.
El desafío del seguimiento
Una de las mayores dificultades aparece en el momento de cortar la cadena de contagios. “Cuando aparece un caso de sífilis, se realiza un seguimiento estricto con penicilina e inyecciones. El problema es seguir la cadena de contagios, porque muchas personas no quieren dar información sobre sus contactos sexuales. Eso limita la prevención comunitaria. Aun cuando esa información es totalmente confidencial”, explicó Zupel.
La enfermera Barrera agregó que el acompañamiento es clave: “Tras el diagnóstico viene un seguimiento y un abordaje integral del paciente. El mensaje a la comunidad es que se acerquen al Caps: aquí están los ginecólogos que informan, asesoran y, en caso de ser necesario, inician el tratamiento”.
Una mirada integral
Granado destacó que la salud sexual no puede pensarse de manera aislada. “Abarca lo biológico, lo psicológico, lo social y también lo nutricional, porque el bienestar del cuerpo y la autoestima están vinculados con la capacidad de cuidarse”, remarcó.
El equipo coincidió en que el trabajo en territorio es la clave para avanzar en la prevención. “Las herramientas están, la información está. Lo que falta es que cada persona pueda hacerse cargo de su salud sexual sin miedo ni vergüenza. Mientras tanto, nosotros seguimos trabajando en los barrios, porque ahí es donde se dan las respuestas más rápidas”, concluyó Zupel.
¿Cómo se produce el contagio?
El contacto entre boca y genitales puede favorecer la aparición de una o incluso más ITS. El contagio puede producirse incluso con un simple roce en presencia de lesiones. El semen, los líquidos preseminales y el lubricante vaginal transmiten patógenos, siendo las mujeres más vulnerables por la delgadez de la mucosa vaginal y la posibilidad de fisuras durante el sexo.
En el sexo oral en el pene (felación), en la vulva (cunnilingus) o en el ano (anilingus) el riesgo aumenta ante lesiones en boca o genitales. El sexo vaginal supone mayor intercambio de fluidos, mientras que el anal presenta más riesgo por laceraciones. El sexo oral implica menor riesgo relativo, pero puede ser vía de transmisión tanto por parte de quien lo practica como de quien tiene una infección activa.