Obra pública
Córdoba avanza con la planta regional de Porteña para eliminar basurales a cielo abierto
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El gobierno destinó una inversión de $901.990.755 para la puesta en marcha de la planta regional que ya opera gradualmente y beneficia a 8 localidades del departamento San Justo. La infraestructura reemplaza el antiguo sistema de encapsulado por un relleno sanitario moderno.
La provincia de Córdoba concretó una inversión de $901.990.755 para transformar la gestión de residuos en el departamento San Justo. La Planta Regional del Ente Noreste en Porteña beneficia a ocho localidades: Porteña, Freyre, Altos de Chipión, La Paquita, Morteros, Seeber, Brinkmann y Colonia Vignaud, que generan más de 50 toneladas diarias de residuos.
La infraestructura reemplaza el sistema de encapsulado por un relleno sanitario controlado con una fosa de 110 metros de largo por 60 de ancho, impermeabilizada con geomembrana de 1500 micrones. El proyecto incluyó maquinaria pesada: topadora, báscula de pesaje y camión compactador.
La inversión se distribuyó en dos etapas: $242,6 millones para equipamiento municipal y $538,2 millones en la segunda fase, incluyendo una prensa hidráulica de $12,5 millones para Morteros. El Fondo Ambiental también destinó recursos para la cicatrización de basurales en Porteña, Altos de Chipión, La Paquita, Morteros y Brinkmann.
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Para Nicolás Vottero, secretario de Economía Circular y Empleo Verde, se trata de una política ambiental que impulsa el gobernador Martín Llaryora para evitar "seguir enterrando" residuos. "Es una política ambiental que contempla a toda la provincia", explica, destacando inversiones simultáneas en Coronel Moldes (cerca de $600 millones), Río Tercero y Calamuchita.
La Economía Circular es una política productiva que implica un cambio cultural. "Tenemos que hacernos cargo del residuo que generamos", afirma Vottero. Esta transformación posicionó a Córdoba como sede de la primera conferencia climática internacional de Argentina, con más de 6.000 visitantes de 40 países.
Más que una infraestructura ambiental, la planta regional de Porteña es el símbolo de una política productiva basada en la Economía Circular, una estrategia que transforma los residuos en recursos y los problemas ambientales en oportunidades laborales.
“Necesitamos que la ciudadanía, que el vecino y la vecina, empiece a ser responsable por el residuo que genera.”, enfatizó Nicolás Vottero, secretario de Economía Circular y Empleo Verde.
Para el funcionario, la nueva etapa que vive Córdoba es ante todo un “cambio cultural”. La gestión de residuos dejó de ser un tema de recolección para convertirse en un modelo económico sustentable que involucra a municipios, cooperativas y ciudadanos.
“Es una política ambiental que contempla a toda la provincia, pero también una política productiva: la economía circular.”, explicó.
¿Qué recibe la planta y cómo se mide el éxito regional?
La planta recibe únicamente el "mixto no reciclable". El residuo orgánico debe compostarse en los hogares, y el material seco reciclable (cartón, plástico, aluminio) debe llevarse a centros verdes locales donde cooperativas le dan una segunda vida.
La provincia potenció los centros verdes de cada localidad con prensas, cintas, enfardadoras y balanzas. Cada municipio paga por el peso del residuo que ingresa: cuanto mejor separen los vecinos, menos paga el municipio. "Cada plástico que se recicla es derivado de petróleo que es recurso natural finito que no se puede utilizar", explica Vottero.
La "cicatrización" consiste en cerrar los basurales a cielo abierto una vez garantizada la disposición final en un vertedero controlado. Los basurales generaban "proliferación de vectores, con esto estamos hablando de dengue, Chikunguya, alacranes", además de humo e incendios.
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Cuando se le pregunta sobre el futuro, Vottero es contundente: "Es el presente, no es el futuro". Para una provincia que depende de sus recursos naturales, el cuidado ambiental es una necesidad. "No es una modernización, es un cambio cultural", insiste.
Entre los próximos pasos figura la construcción de una planta regional en Arroyito y la incorporación progresiva de más municipios al esquema. El éxito, resumió el secretario, “se mide en la conciencia ambiental, en cuidar los recursos naturales”, una meta que trasciende gestiones y define el futuro de las comunidades del interior.
Corresponsabilidad ambiental: ¿qué aportan los vecinos y municipios?
El éxito de la Economía Circular descansa sobre un principio fundamental: cada ciudadano debe "ser responsable por el residuo que genera". Esta responsabilidad se traduce en acciones concretas: compostar el residuo orgánico en el hogar y llevar el material seco reciclable a los ecopuntos o centros verdes locales.
La separación en origen no es un capricho ambiental, tiene impacto económico directo. Como cada municipio paga por el peso del residuo que ingresa a disposición final, cuanto mejor separen los vecinos, menos paga el municipio. El ahorro municipal es proporcional al compromiso ciudadano.
Pero la provincia tampoco deja solos a los municipios. La fuerte inversión en la planta regional se justifica porque existe un "claro compromiso de las 8 localidades" de trabajar en esta política ambiental. Sin ese compromiso municipal, sin la asignación de recursos locales a la gestión de residuos como se hace con la salud o la educación, la inversión provincial no se habría concretado.
Este modelo genera valor económico concreto: lo que antes era basura hoy es "fuente de trabajo local" para cooperativas y emprendedores. El material reciclable puede comercializarse o transformarse en una unidad productiva que genera empleo verde en cada comunidad.
